“No soy prostituta, me considero dama de compañía”

A sus 33 años, Perla (nombre ficticio) reconoce que a ella no le gusta trabajar y que en las redes sociales ha encontrado la forma de vivir cómodamente

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Imagen ilustrativa de una personas que se prostituye en San Pedro Sula.

Por: Redacción Web

jue 14 de septiembre de 2023

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Son las 11:30 a.m. y los 36 grados centígrados de San Pedro Sula no representan ningún obstáculo para Perla. “Sigo acostada, pero me levantó su llamada. Hablemos, sólo espere que me acomode porque está bien helado el cuarto. Ahora sí, dígame”, apunta tras afirmar que se acaba de arropar.

Un día antes, esta joven sampedrana a la que llamaremos Perla, por cuestiones de privacidad, se acostó temprano, a la 1:00 a.m, los fines de semana amanece, pero el día de la entrevista debe comprar los víveres de su casa con uno de sus “cuatro amores”.

Su estilo de vida gira entre los excesos, algunos lujos y otros caprichos que deben complacerle los hombres que cumplen la función de patrocinadores.

“No soy prostituta y no me considera prostituta porque no estoy en la calle buscando quién pague por estar con él, ni me voy con cualquiera, conozco gente por las redes sociales y luego nos ponemos de acuerdo, entonces, me considero una dama de compañía”, dice ante la interrogante si lo que hace es prostituirse.

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“Actualmente tengo cuatro personas con las que salgo y ellos pagan mis cosas, uno de ellos me manda 200 dólares a la semana para que compre mis cosas y otro de ellos me paga la renta y también me da para la comida”, detalla.

Este último hombre, al que ella se refiere, es un ciudadano estadounidense, que en los últimos tres años es quien más aporta a su economía.

“Lo conocí por Facebook, todo comenzó de casualidad, él comenzó a ponerme que estaba bien bonita y cosas bonitas, un día le respondí y comenzamos a platicar más seguido, primero comenzamos haciendo videollamadas, pero un día se vino de paseo a Honduras y desde entonces hemos estado un par de veces en la intimidad”, contó.

Asegura que “lo mío con él no es por sexo, es más por compañía y le cumplo algunas fantasías, pero normalmente salimos y cumple mis caprichos. Este fin de semana, por ejemplo, me llevó a comprar ropa y luego me dijo que hoy íbamos a ir al supermercado a comprar una provisión, no tuvimos relaciones y aún así me dio ocho mil lempiras”.

“Por eso yo digo que soy como una dama de compañía porque muchas veces es lo que est´n buscando, alguien con quien platicar, alguien con quien salir a la playa o a un hotel”, argumentó.

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¿Cómo los flecha?

“Con el señor de Estados Unidos comenzamos a tratarnos hace tres años y desde ese tiempo me ha estado diciendo que quiere llevarme a Estados Unidos con todo y mi hijo, lo que pasa es que a mí me gusta salir con mis amigos y tomarme un par de cervezas y aunque él dice que puedo estar viniendo y no estaría amarrada a él, es algo que sigo analizándolo, tal vez más adelante le diga que sí”, mencionó.

Luego se sinceró y dijo que “lo que pasa es que a mí no me gusta trabajar, nunca he trabajado y me pongo a pensar en eso, que me vaya a tocar hacerlo en Estados Unidos”.

¿Se ha enamorado de alguno de ellos?

“Así dejémoslo, solo le diré que una mujer solo se enamora una vez y eso me pasó antes de que naciera mi hijo”, contesta.

¿Pero lo que hace es prostitución?

“Puede, pero a mí nadie me va a ver en Facebook o Tiktok promocionando como que puede salir conmigo, si alguien me da buena espina salgo y nos ponemos de acuerdo”, señala.

¿Vive con alguien en su casa?

“Sólo con mi hijo, otra persona que tengo se viene a quedar a mi apartamento, mi hijo lo conoce, pero solo viene cuando yo le digo que venga y sabe que tiene que pagar mis cosas. Hay un señor ya bien mayor con el que vivo desde que estaba cipota y cuando quiere estar conmigo me llama, yo lo único que no dejo es que me tomen fotos y si quieren ver alguna la tomo yo en mi celular y se las enseño y luego las borro”, puntualiza.

Perla indica que su hijo de 12 años no tarda en llegar de la escuela y debe levantarse a hacerle comida, así que con sutileza va indicando que “ya solté demasiado la sopa” y se despide con un “que tenga un buen día, amor”.

Ella, al igual que muchas jóvenes, han usado las redes sociales para lucrarse económicamente sin necesidad de exponerse al peligro de las calles.