Tregua entre carteles en el occidente de Honduras

El Paraíso, Copán

Los grupos de narcotraficantes que por años han mantenido su dominio en el occidente de Honduras tienen una tregua que les permite hacer sus transacciones de droga sin desatar un ambiente de violencia entre ellos.

Esa información fue recabada por agentes antinarcóticos que investigan los movimientos de los grupos traficantes de drogas que operan en Honduras.

Los investigadores afirman que, específicamente, en la zona de Copán los relevos del cartel de los Valle Valle han cesado las hostilidades con el grupo de los Chinchilla, con quienes antes peleaban las rutas de la droga que conducen a través de puntos ciegos a Guatemala.

Es por eso que en las zonas los índices de muertes violentas relacionados al narcotráfico han disminuido. Incluso, los investigadores sostienen que entre ellos no hay ataques y se están respetando las operaciones en la zona.

El occidente de Honduras fue controlado por el cartel de los hermanos Valle Valle hasta 2014, cuando sus principales jefes (Miguel Arnulfo y Luis Alonso) fueron capturados y extraditados a Estados Unidos acusados por tráfico de drogas a gran escala.

Ese mismo año, luego de su captura, las autoridades hondureñas incautaron la fortuna que los Valle Valle tenían en bienes, dinero en efectivo y en cuentas bancarias de familiares y socios.

Pese a los millonarios decomisos, los relevos de los Valle Valle no quedaron sin efectivo, pues fuentes aseguran que dejaron dinero escondido en caletas y todavía obtienen ganancias producto del trasiego de drogas.

Los Valle Valle no solo dominaban el corredor de occidente, sino que también alcanzaron una cuota importante de poder político, sobornando a funcionarios públicos y jefes policiales, por lo que también manejaban información de las operaciones de seguridad.

El refugio de este grupo fue El Espíritu, Copán, donde construyeron sus mansiones y mantenían un ejército de hombres armados para que nadie sin autorización ingresara al lugar.

Sus lujosas viviendas y la ostentosa vida que llevaban contrastaba con el resto de humildes casas alrededor y la pobreza que impera en el municipio.

Desde El Espíritu también controlaban otra ruta por las montañas con cosechas de café que colindan con Guatemala y por donde pasaban los cargamentos de cocaína.

Con la captura de los principales cabecillas del cartel de los Valle Valle, así como de sus aliados, la estructura se debilitó y en Honduras los narcotraficantes se reagruparon para seguir con el tráfico de drogas.

La dirección de la organización criminal recaía en Miguel Arnulfo y Luis Alonso Valle, quienes se declararon culpables en Estados Unidos de todos los cargos. A finales de 2022, LA PRENSA Premium constató que Miguel Arnulfo ya no estaba en custodia de la Agencia Federal de Prisiones, mientras que Luis Alonso estaba en un reclusorio de baja seguridad.

También fueron capturados sus hermanos, Digna y José Inocente Valle, al igual que otros familiares y cercanos colaboradores que no solo traficaban, sino que trabajaban como sicarios para el cartel. En total fueron 15 acusados por la Fiscalía de Estados Unidos. Los restantes señalados fueron Mario Rojel Urbina, Rafael Antonio Pineda Santos, Tony Pineda y Marlen Amaya.

También figuraron en la acusación Erlis Antonio León Castellanos, Arístides Díaz Díaz, Dirlo Nolasco Argueta, Delis Abner Martínez Palencia, Osman Donay Martínez Guevara y los hermanos José Adali y José Raúl Amaya Argueta.

Una revisión de LA PRENSA Premium en los registros federales de Estados Unidos develó que varios de los colaboradores de los Valle estaban próximos a recuperar su libertad.

Los Valle han trabajado por años con estructuras del narcotráfico de Guatemala, por lo que también fue acusado el chapín José Manuel Morales López, alias Che, quien fue capturado y llevado a la corte de Virginia.

Pese al rosario de capturas, este cartel sigue activo. Fuentes de las agencias antidrogas afirman que los hijos de los Valle fueron sus relevos, tomando el control del tráfico de cocaína, pero durante un tiempo tuvieron que manejar el negocio desde Guatemala.

La forma en la que continuaron trabajando con grupos más pequeños tampoco les ha permitido seguir en guerra con otros traficantes, por lo que los agentes antinarcóticos afirman que continuarán con la tregua pactada.

Los investigadores afirmaron que, además que el cartel de los Valle sigue operando en el occidente con el tráfico de cocaína, ahora tienen el apoyo de otros pequeños grupos de Santa Bárbara. Estas estructuras son las que permiten el trasiego de droga que viene desde Colón y Gracias a Dios, especialmente desde la zona de La Mosquitia, hacia Guatemala.

Estructuras como los Piningos, Yánez, Cubías, Los Amador y hasta algunos que operan de forma independiente se ven obligados a pagar por el transporte de la droga por las rutas occidentales.

Otra de las organizaciones que trabajaba con los Valle es la dirigida por el exjugador de fútbol Óscar Armando “el Pescado” Bonilla, quien con otros cabecillas, según la Fiscalía hondureña, recibía cargamentos de droga vía marítima en La Mosquitia.

Los fardos de droga eran trasladados en lanchas hacia Tela, Atlántida, y a otros puntos de Colón. Luego, vía terrestre, se movilizaba a la zona de Copán.

El 28 de septiembre, la Fiscalía contra el Crimen Organizado (Fescco) y la Agencia Técnica de Investigación Criminal (Atic), en la operación Los Halcones, allanaron la casa del exfutbolista, contra quien hay una orden de captura por el delito de tráfico de drogas. El acusado ya había huido de su morada en Tela cuando los agentes allanaron la vivienda, por lo que solo encontraron sus pertenencias y un vehículo. Otro de los acusados de la estructura es Guilter Mayorga, quien estaba preso en el penal de La Ceiba por violencia doméstica. Aun falta la captura de Bonilla y otros cuatros cabecillas.

Los agentes también han identificado a miembros de otra estructura de Santa Bárbara en alianza con los Valle.

A este grupo le destruyeron una plantación de 5.3 manzanas de hoja de coca que tenían cultivada en la aldea Buena Vista del municipio Trinidad.

La quema de la plantación fue hecha por elementos de la Policía Nacional el 18 de agosto y autoridades indicaron que creían que aún no se había procesado la hoja para sacar el alcaloide y realizar el proceso químico para obtener la pasta de coca.

De acuerdo con especialistas llevados a la plantación, de haberse procesado el sembradío hubiesen producido un aproximado de 13.2 kilos de coca, valorado en unos 5,167,500 lempiras.

En los últimos dos años los decomisos de cocaína han sido mínimos.

Según una revisión de informes de la Dirección Nacional Policial Antidrogas (Dnpa), la Dirección de Lucha Contra el Narcotrafico (DLCN) y la Agencia Técnica de Investigación Criminal (Atic), la cifra no supera los 1,000 kilos de cocaína en estos nueve meses.

Y un análisis a los reportes de la Secretaría de Defensa muestran que en 2022 los decomisos de esta droga cayeron en un 60% comparado al año anterior.

Algunos de los agentes antidrogas son del criterio de que se han reducido los presupuestos para las unidades y falta logística también para la detección de las aeronaves que transportan la droga desde Colombia y Venezuela y que llegan a La Mosquitia.

También fallan las operaciones en alta mar, donde usan embarcaciones para entregar los cargamentos que luego son llevados en lanchas a las costas.