Famoso quiosco de Bajamar fue de los primeros derribados
Rememorar cómo era de extensa su playa y revivir recuerdos de estructuras que eran esenciales en la comunidad hace que muchos añoren los tiempos en los que reinaba la armonía con el inmenso azul.
Foto: Cortesía de pobladores
En su momento, el quiosco fue un parador turístico y una peña artística donde muchos bailaron punta y yancunú.
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Puerto Cortés
Subirse al quiosco de Bajamar, tomarse fotos y apreciar desde allí al inmenso azul es algo que conectaba a los visitantes con la comunidad.
Esta estructura era simbólica, no solo porque estaba en el corazón de la aldea, sino por lo que representaba para la cultura garífuna.
Ahora se habla de él en pasado y se le recuerda en fotos. El mar lo embistió con sus olas y destruyó todo lo bonito que significaba.
El quiosco era el escenario donde se hacían eventos sociales y culturales. Allí se presentaban grupos de danza, los actos litúrgicos y conmemoraciones de la Pastoral Garífuna, en fin, todas las presentaciones artísticas tenían lugar ahí.
Perderlo fue duro porque se convirtió en un atractivo turístico y era parte de la reseña de la comunidad.Cuando los pobladores hablan de cómo era antes, es inevitable que su rostro irradie tristeza.
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Mientras costuraba las mallas de pescadores, Rodolfo Guerrero, uno de los patriarcas de Bajamar, contaba cómo el mar había cambiado todo el panorama de la comunidad.
Él es de poco hablar, pero dice que el mar es el mar y ya estaba ahí mucho antes que la comunidad y no hay nada qué hacer.
La champita donde le da nuevas oportunidades a largos trasmallos para pescar está también en el centro de la aldea, justo en medio de donde se erige la enorme silla de madera que le da la bienvenida a todos los que llegan a la comunidad y donde estaba el afamado quiosco que ahora solo queda en la mente y recuerdo de los lugareños.Lo que está pasando no todos los entienden, pero le atribuyen varias causas.
Cinthia Gamboa, pobladora dueña de un negocio de bebidas junto al mar, tampoco es tan expresiva, pero con pocas palabras trasladó lo que la gran mayoría siente.
“Las cosas suceden de repente. Es la voluntad de Dios. Si mi casa se la lleva el mar me tocará mudarme a otro lado, obligada”, dijo.Otro sitio icónico al que muchos iban de visita para disfrutar de su gastronomía era el restaurante y bar Vistamar.
Este lugar era uno de los más conocidos por sus deliciosos pescados fritos, sopas marineras, camarones al ajillo y langostas. Ahora cerró como restaurante y en su lugar hay una iglesia cuya puerta trasera es golpeada por las olas del mar cuando este trae violentos vientos del norte producto de la temporada lluviosa.
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Sergio Oliva, oficial de gestión de riesgo de la alcaldía porteña, señalaba en el tiempo que la escollera de piedra comenzaba a tomar forma que lo que le sucede a Bajamar lo causa el cambio climático.
“Provoca cambios en las mareas lo que causa que el mar gane terreno y por consecuencia provoca erosión del suelo. Vamos a ver lugares donde el mar va ir retrocediendo y otros lugares donde el mar va ir ganando área”.