Desvalidos ante las lluvias y los huracanes

Ocho enormes ríos le aportan caudal al Ulúa

El peligro para el valle de Sula es mayor cuando llueve copiosamente en Intibucá, Lempira o Comayagua, ya que ahí nacen los afluentes que nutren su poderoso caudal.

mié 7 de septiembre de 2022

Ya no se necesitan huracanes, ondas, tormentas u otros fenómenos tropicales potentes para que el río Ulúa inunde las zonas más vulnerables del extenso trayecto que recorre en su camino al mar Caribe desde que nace en Intibucá.

Dato

Treinta minutos de lluvia que dejen precipitaciones arriba de los 100 milímetros ahora son suficientes para elevar el caudal en Santa Bárbara y desbordar al río cuando se desplaza por la planicie del valle.

Eso es justo lo que está sucediendo desde esta semana en las zonas bajas de Pimienta, San Manuel y El Progreso, Yoro, donde el semáforo se encuentra en amarillo debido a que el río se ha filtrado a las colonias más cercanas causando ya los primeros damnificados de la temporada.

El Ulúa, uno de los más grandes del país con 358 kilómetros de largo, es alimentado por al menos ocho enormes y caudalosos ríos que forman parte de una cuenca que mide 22,000 kilómetros cuadrados, es decir, una amplia zona de captación de lluvias.

El agua de la que se nutre el coloso del valle de Sula baja de otras subcuencas de ríos como el Mejocote, Grande de Otoro, Higuito, Sensenti, Lindo, Sulaco, Comayagua y Humuya.

También le hacen su aporte hídrico decenas de otros afluentes como quebradas y riachuelos más pequeños que se localizan a lo largo y ancho de la cuenca que abarca al menos seis departamentos del centro y occidente del país.

Es por esa razón que las lluvias que se producen en la parte alta de la cuenca son las más peligrosas para el valle de Sula, porque aunque en el valle no llueva e impere un clima soleado, si llueve río arriba, el caudal crece e inunda las partes bajas.

$!Ocho enormes ríos le aportan caudal al Ulúa

Medidas paliativas

Los pronósticos de lluvia para este fin de semana no serán favorables para las miles de familias que viven en las riberas del Ulúa.

El pronóstico es de más lluvias en la zona donde se nutre el río, por ello la vigilancia para emitir alertas es clave para salvaguardar vidas.

Luis Dacosta, jefe de hidrología del Centro de Desarrollo y Estudios del Valle de Sula, señala que este año varias instituciones han trabajado muy duro para tener estrictamente vigilado al río.

Además de controlar sus mediciones con las dos estaciones telemétricas operativas, la de Chinda y la de Santiago, se ha hecho trabajo de hormiga con las comunidades, principalmente de los municipios de Santa Bárbara que colindan con el río para medirlo y alertar.

Dacosta expuso que la alerta temprana beneficia no solo al valle de Sula, sino al mismo Santa Bárbara donde con 30 minutos de lluvia una quebrada ya destruyó una caja puente en Gualala y otra, en Aguagua, socavó la base de un puente bailey recién construido.

“Durante el huracán Mitch hubo más de 6,000 muertes, con Eta y Iota 114 personas. Los comités de emergencia, capacitaciones, la alerta temprana han minimizado el impacto por inundaciones y la pérdida de vidas”, afirmó.

La temporada de lluvias viene comenzando, pero se espera que sea intensa. “Ha sido un año muy atípico y con mucha lluvia. Se espera que las tormentas tropicales pasen lejos del país, aunque está contemplado que en el Caribe, aumente el vapor de agua y más de alguna tormenta impacte al país”, expuso.

$!El color achocolatado del Ulúa es debido a la tala, ya que al no haber árboles, el sedimento de las montañas es mayor.

Por otra parte, la cuenca del río Chamelecón tiene un comportamiento distinto por su tipo y tamaño de cuenca, que mide 4,000 kilómetros cuadrados.

Las lluvias con las que inició la temporada no se han registrado ahí, pero es una cuenca donde la concentración de lluvias puede ser muy grave y causar crecidas repentinas, por todas las cuencas y subcuencas que tiene alrededor como la de los ríos Nance, Manchaguala, Naco, El Palmar, Cacaulapa y todas las otras que vierten en el Chamelecón.

“Si se llegara a dar un núcleo convectivo de nubes en esas zonas se podría generar una alarma en el río Chamelecón. Lo que sucede es que como el Chamelecón es una franja delgada a lo largo de la costa norte, occidente y noroccidente no tenemos tanta afectación de momento”.

Semanas de ajetreo

Para Estanlin Peña, subcomisionado de Copeco de Santa Bárbara, la temporada lluviosa arrancó intensa ya que quebradas que nunca han representando tanto peligro se han desbordado con pocos minutos de lluvias intensas.

Las incidencias producto de las lluvias se han registrado en las últimas dos semanas. Esta situación preocupa, ya que no se ha tenido influencia directa de ningún fenómeno tropical.

“Se está haciendo trabajo de mitigación porque además del Ulúa, los pequeños ríos también crecen y nos están causando problemas”, señaló.

“Tormentas de media hora dejan lluvias intensas y nos deja más vulnerabilidad”, expuso.

Más lluvias

El ingreso de humedad procedente del Caribe y del Pacífico, y que hace convergencia al chocar es el causante de las lluvias que se han extendido por todo el territorio nacional.

Además, hay influencia indirecta de un sistema de baja presión que está dejando condiciones inestables sobre el territorio nacional.

El Centro de Estudios Atmosféricos, Oceanográficos y Sísmicos (Cenaos) de Copeco continuará este día las lluvias y chubascos de leves a moderados y ocasionalmente fuertes acompañados de actividad eléctrica en la mayor parte del país, y los acumulados máximos en las regiones, occidental, central y sur.

Debido a esto, 10 departamentos están en alerta amarilla y los restantes ocho en verde. Piden a la población estar atenta a la información oficial y verificada.

“La única forma de contener al Ulúa son las represas”

“Las inundaciones se van a repetir todos los años y con mayor intensidad cuando tengamos tormentas tropicales. Lo que en este momento afecta al país no es una tormenta tropical, es solamente el inicio del invierno. Y eso evidencia qué tan endeble está el país producto del cambio climático y de la destrucción que se ha hecho en las cuencas de los ríos.

La única forma de que se pueda controlar esto y que no se repitan todos los años es construir represas en el Ulúa. No solo se producirá energía eléctrica, se contendrán inundaciones, que es el beneficio social más importante.

En el Ulúa son tres proyectos que se han ideado: El Tornillito, que es un emprendimiento privado de 200 megavatios, Jicatuyo y Los Llanitos, que hasta este momento son propiedad del Estado de Honduras, pero que no lo ha desarrollado y que tienen un potencial de unos 200 megavatios.

Entre las tres represas probablemente el impacto por Eta y Iota pudo haber sido mucho menor, es decir, un 40% o 60% menos de lo que sucedió.En El Progreso se hubieran podido prevenir las inundaciones que ocurren en este momento con simplemente haber tenido la represa El Tornillito.

Jicatuyo y Los Llanitos pueden tardar alrededor de 10 años en desarrollarse, número uno porque estarían en manos del Estado, que no tiene la capacidad financiera para costearlos y que tiene que ver cómo los desarrollan y conseguir el capital. Eso le puede tomar varios años.

En el caso de El Tablón, que es el proyecto insigne en el río Chamelecón, la represa podría tardar cuatro años así como va. La diferencia con El Tornillito es que es un emprendimiento privado, donde ya se ha iniciado la inversión y hay bastante avance.

¿Qué quiere decir eso?, que lo que está pendiente es el cierre del financiamiento total del proyecto que pudiera ocurrir este año. De concretarse, El Tornillito estará operando en un período de tres años, que es un lapso bastante corto. Es decir, pudiera estar operando a finales de 2025 mediados de 2026 y es lo más temprano que se puede aspirar a tener algo que ayude a menguar las inundaciones en el Ulúa.

Ahorita básicamente está esperando que se concluya el proceso que está realizando el Banco Centroamericano de Integración Económica para aprobar el financiamiento que anda en el rango de unos 600 millones.

La señora Presidenta ya ha manifestado su apoyo al proyecto. Todo lo qué se está haciendo en este momento en el Ulúa son paliativos. La única forma de contener al Ulúa es con represas.