Trump inicia mandato con una fuerte ofensiva contra migrantes

Washington, Estados Unidos.

A las 12:00 del mediodía (hora de Washigton) del 20 de enero de 2025, comenzó lo que Donald Trump describió como “la nueva era dorada de Estados Unidos”, al asumir oficialmente la presidencia del país como el 47 mandatario de la nación. El mandatario no perdió tiempo y, tal y como lo prometió, inició con una fuerte ofensiva contra los migrantes al firmar una serie de órdenes ejecutivas para dar forma a su dura política migratoria.

Desde el amanecer del lunes, la jornada de Trump estuvo impregnada de un simbolismo que marcaba la trascendencia de su regreso a la Casa Blanca.

La agenda comenzó con solemnidad, a las 8:15 de la mañana, cuando el presidente electo y su esposa, Melania, llegaron a la iglesia de St. Johns. A las 9:00, Trump y Melania asistieron al servicio religioso, en un claro mensaje de unidad y respeto por las tradiciones que han definido el inicio de cada mandato presidencial.

El día continuó con la tradicional reunión entre el presidente saliente y el presidente electo. A las 9:30, Trump y Biden compartieron un té en la Casa Blanca. Aunque la relación entre ambos ha sido tensa, este encuentro era el último acto protocolario antes de la transición formal de poder.

A las 10:20, la caravana presidencial se dirigió al Capitolio. Trump, acompañado de su comitiva, ingresó a la sala de espera, dejando claro que la ceremonia de investidura estaba por comenzar.

A las 11:40, el vicepresidente electo, James David Vince, fue presentado, y dos minutos después, la atención se dirigió a la figura central del día: Donald Trump.

La multitud contenía el aliento mientras Trump, con la mirada fija en su destino, se preparaba para asumir la presidencia de Estados Unidos. A las 11:59, el vicepresidente prestó juramento, seguido del solemne juramento por parte de Trump a las 12:02 del mediodía, en un momento que, como estaba previsto, marcó su entrada como el 47º presidente del país.

La ceremonia, realizada bajo la protección de los techos del Capitolio debido al frío invernal, se desarrolló con una precisión meticulosa. A las 12:09, el expresidente (2017–2021) comenzó su discurso inaugural.

Como cada presidente desde George Washington, Trump recitó su visión para los próximos cuatro años en el país, destacando en el regreso de la prosperidad, la unidad y el respeto por la ley.

El discurso culminó a las 12:45 de mediodía, posteriormente, Trump dedicó unas palabras de agradecimiento a sus seguidores en el Capitolio, dando paso a una serie de ceremonias que seguirían durante el resto del día. “Gracias por haber venido, esto ha sido algo único”, expresó.

Debido a las bajas temperaturas, el tradicional desfile desde el Capitolio en honor al nuevo presidente fue cancelado. En su lugar, Trump se trasladó al estadio Capital One Arena, donde el domingo celebró su mitin de la victoria y tenía previsto firmar alrededor de 100 órdenes ejecutivas.

Trump arribó en compañía de su esposa Melania y de sus hijos, desde Ivanka, la mayor, hasta Barron, el más joven, quien fue recibido con entusiasmo por la multitud. A su lado también se encontraba Vance, con su esposa y su hija Mirabel en brazos, acompañados de sus otros dos hijos

La tarde se extendió con el tradicional baile del Comandante en Jefe, donde Trump, a las 19:30, hizo su entrada junto a su esposa Melania, ante una audiencia expectante. Breves comentarios, un baile marcaron la jornada.

Finalmente, en la noche, Trump partió hacia el baile Starlight, donde se celebró una velada con donantes y miembros del gabinete. La jornada culminó con la salida hacia la Casa Blanca, dando fin a un día tan cargado de simbolismo como de poder.

La ceremonia de investidura reunió a un variado grupo de asistentes, desde su familia hasta destacados líderes globales y empresarios. La primera dama, Melania Trump, y los hijos del mandatario, junto a sus cónyuges y nietos, ocuparon un lugar importante en el Capitolio.

Entre las personalidades de alto perfil, destacaron figuras del sector tecnológico como Elon Musk (Tesla), Mark Zuckerberg (Meta), Sundar Pichai (Google) y Jeff Bezos (Amazon y The Washington Post).

El evento estuvo marcado por la presencia del presidente argentino Javier Milei, el presidente ecuatoriano Daniel Noboa, acompañado de su esposa, y la primera ministra italiana Giorgia Meloni, la única líder europea en el evento.

También asistieron el vicepresidente chino Han Zheng, el ministro indio S. Jaishankar en representación de Narendra Modi, y Edmundo González, reconocido por Trump como presidente legítimo de Venezuela.

En su discurso inaugural, Trump delineó su visión para renovar y revitalizar a la nación, dejando claro que está dispuesto a implementar reformas radicales y a enfrentar desafíos para asegurar lo que considera el renacer de Estados Unidos.

”La era dorada de Estados Unidos comienza ahora, a partir de hoy nuestro país va a florecer y será respetado en todo el mundo, seremos la envidia de todos los países y no vamos a permitir que se nos abuse nuevamente”, fueron las primeras y contundentes palabras del magnate.

Trump fue claro al expresar su intención de devolver el poder a los ciudadanos y restaurar el orgullo y la prosperidad en EE. UU. “Nuestra soberanía será reclamada, nuestra seguridad será restaurada, la justicia será nuevamente equitativa”, declaró.

Una parte relevante de su mensaje fue la denuncia de un sistema de salud y educación “ineficaz”, con un sistema educativo que, según él, enseñaba a los estudiantes a “avergonzarse de sí mismos y odiar a su país”. Su promesa de cambiar esto de manera inmediata fue uno de los puntos más destacados.

Además, Trump se comprometió a enfrentar la inflación record que afectó al país, atribuyéndola a los excesivos gastos del gobierno y la subida de los precios de la energía.

En su discurso, aseguró que tomaría medidas rápidas para restaurar la economía, como declarar una “situación de emergencia energética”.

Uno de los aspectos más contundentes del discurso fue el anuncio de una serie de órdenes ejecutivas que, según él, serían cruciales para la restauración de Estados Unidos.

La primera de ellas fue la declaración de una emergencia nacional en la frontera sur, con medidas para frenar la inmigración ilegal y expulsar a delincuentes extranjeros.

Trump también mencionó el regreso de la política de “Quédate en México” y la designación de los carteles de drogas como organizaciones terroristas internacionales.

En cuanto a la seguridad interna, se comprometió a erradicar la presencia de pandillas y delincuentes, utilizando el poder de las fuerzas del orden para proteger al país de amenazas internas.

En el ámbito de la economía, destacó que Estados Unidos se convertiría nuevamente en una “nación de fabricación”. Hizo un llamado a utilizar los recursos energéticos del país, especialmente el petróleo y gas, para reducir los precios y mejorar la competitividad.

En esta línea, también prometió restaurar la industria automotriz y eliminar las restricciones que, según él, perjudicaban a los empleos en este sector.

A pesar de su discurso polarizador, Trump cerró su intervención con un llamado a la unidad, mencionando que la victoria electoral significaba la restauración del sueño americano. Aseguró que, bajo su gobierno, Estados Unidos sería un país más fuerte, libre y excepcional.

LA PRENSA Premium consultó a diversos expertos en derecho internacional, economistas y migración, quienes coincidieron en que las decisiones de Trump tendrán un impacto significativo a nivel global.

No obstante, señalaron que las leyes estadounidenses le otorgan la facultad para implementar las medidas anunciadas.

Desde el punto de vista constitucional, el internacional y máster en Derecho, José Tercero Midence, explicó que el Artículo 2 de la Constitución de los Estados Unidos otorga al presidente un poder plenario sobre las órdenes ejecutivas.

Este poder permite al presidente tomar decisiones unilaterales si considera que existe una amenaza contra la soberanía nacional.

En ese sentido, Trump podría declarar a organizaciones extranjeras como terroristas si se percibe que representan un peligro para la seguridad de Estados Unidos, sin necesidad de la aprobación del Congreso.

Tercero Midence también comentó sobre las políticas económicas de Trump, en particular sus planes para derrotar la inflación y el aumento de los aranceles. Explicó que, bajo la enmienda 2 de la Constitución, el presidente tiene la autoridad para imponer tarifas y aranceles a los países que realizan negocios con Estados Unidos.

“El presidente tiene la facultad de aumentar los impuestos al comercio y, de ser necesario, el Congreso puede apoyarlo con nuevas leyes”, afirmó.

Cuando se le preguntó sobre las posibles respuestas negativas de otros países, Tercero Midence destacó que, a pesar de las posibles reacciones de potencias como Rusia, Japón y China, Trump está decidido a proteger los intereses de Estados Unidos.

“A él no le interesa lo que piensen otros países. Su principal objetivo es asegurarse de que las naciones paguen lo que deben a Estados Unidos”, enfatizó el analista.

Para Edgar Aguilar, analista y experto en migración, las decisiones de Trump sobre las deportaciones podrían tener un impacto inmediato, aunque limitado. “Aunque estas medidas podrían disminuir temporalmente la migración, no abordan las causas fundamentales que obligan a las personas a abandonar sus países. Su enfoque sigue siendo exclusivamente punitivo y centrado en la fuerza”, señaló Aguilar.

Para el especialista, la falta de políticas que enfrenten la pobreza, la violencia y la falta de oportunidades en los países de origen de los migrantes hace que las acciones de Trump sean más un acto simbólico que una respuesta efectiva.

”El discurso de Trump deja claro que su regreso está marcado por un enfoque más radical, una agenda nacionalista y un rechazo a las dinámicas tradicionales de cooperación internacional. Muchos de sus planes carecen de una visión a largo plazo y se perciben más como gestos populistas que como soluciones reales para el bienestar del país”, señaló.

Los analistas consultados coinciden en que el gobierno de Trump se perfila como un periodo marcado por tensiones internas y externas que pondrán a prueba la resiliencia de las instituciones democráticas y la estabilidad internacional.

Sus decisiones, a menudo controvertidas, afectarán a diversos países, como China, Panamá, Groenlandia y México, generando un impacto global, explicaron.

Sobre las medidas económicas anunciadas por Trump, Martín Barahona, economista y experto en Política Internacional, considera que las propuestas calificadas, a su juicio, como “populistas”, carecen de un entendimiento sobre la naturaleza cíclica de la economía.

En conversación con este medio, Barahona sostuvo que la inflación no es un fenómeno aislado o exclusivo de la administración actual, sino un ciclo económico recurrente tanto en Estados Unidos como en otras economías globales.

”Trump sigue actuando como un candidato presidencial, proponiendo soluciones simplistas como si un decreto pudiera acabar con la inflación, lo cual es un absurdo”, señaló el economista. Para él, Trump, en su afán por devolver la grandeza al país, parece ignorar la realidad económica, tomando decisiones que podrían generar más problemas que soluciones.

”Si se habla de combatir la inflación, pero al mismo tiempo de elevar los aranceles, pues Estados Unidos es el segundo páis exportador en el mundo pero resulta que es el primer importador en el mundo. Entonces tiene una balanza comercial deficitaria desde hace unos 35 años. Es decir, importa más de lo que exporta, no porque no tenga capacidad productiva, sino porque es un mercado bastante consumidor”, argumentó el experto.

”Entonces al elevar los aranceles, que son los impuestos a las importaciones, estos van a aumentar de precio. Al aumentar de precios va a generar mayor inflación. La pregunta que se le tendría que hacer al gobierno de los Estados Unidos es ¿cómo es que va a buscar derrotar la inflación si por otro lado va a introducir elementos que van a incrementar la inflación?”, cuestionó.