Entre L6,000 y L50,000 gastará un veraneante en Semana Santa

San Pedro Sula

El gasto desmedido quedó atrás, ahora la mayoría de hondureños con oportunidad de salir están obligados a planificar mejor sus gastos de Semana Santa para no terminar insolventes.

Por otra parte, unos pocos con limitados recursos económicos tendrán que elegir entre ir de vacaciones y gastar lo poco que tienen o guardárselo para comer mientras se quedan en casa.

Tomando en cuenta que el salario mínimo promedio y vigente este año es de entre 8,134 y 15,753 lempiras mensualmente, una persona debe sacrificar al menos uno o dos meses de su salario si pretende hacer turismo con algunas limitaciones.

Si quiere hacerlo con más desahogo deberá ahorrar durante al menos medio año para viajar al exterior sin problemas de efectivo.

Los servicios turísticos se han encarecido, a la vez que el poder adquisitivo de los hondureños sigue siendo insuficiente porque ni siquiera pueden cubrir la canasta básica completa, que asciende a unos 15,000 lempiras, y unas vacaciones como estas llevarían directo a la central de riesgo a cualquiera que se endeude y no tenga capacidad de pago.

Aunque muchos ya planean su descanso, la realidad es que su presupuesto no alcanzará para costear un viaje por tantos días, así lo prevén algunos economistas consultados por LA PRENSA Premium, quienes concordaron en que la inflación es el principal detonante del alza de los productos y servicios, donde uno de los sectores que más ejerce presión es precisamente el turismo.

Elfren Matute, máster en Finanzas, recordó que en esta época veraniega muchas familias buscan financiamientos de viajes a través de tarjetas de crédito u otros mecanismos bancarios; sin embargo, destacó que endeudarse para gastos de consumo “nunca es saludable” para la economía familiar.

Lo anterior se debe, según apuntó, a que las tasas de interés para estos casos o por préstamos personales son muy altas. “Lo más conveniente es que ahorren con anticipación e incluso hay agencias a las cuales les pueden pagar anticipadamente y por partes los viajes. La deuda tiene un costo, y más cuando se trata de algo de consumo”, recalcó Matute.

Señaló que la inflación en este momento está aproximadamente entre un 9% y 10% respecto al año anterior, eso indica que el dinero cuesta más, o tiene menos valor, y las personas siguen registrando los mismos ingresos.

En estimaciones de expertos del área económica; por ejemplo, ahora, como mínimo, para hacer turismo interno se requieren 6,000 lempiras por persona, y si se va hacia otros países se puede llegar a desembolsar no menos de 2,000 dólares (cerca de 50,000 lempiras). Con el incremento de la inflación, se proyecta que los hondureños gasten entre un 20% y 25% más que en años anteriores.

En esta misma línea, el analista económico Carlos Urbizo subrayó que “miles de personas van a sus pueblos a visitar a sus parientes y amigos, y como la economía no crece significativamente, mucho menos la capacidad de compra de las personas, el dinero que van a ir a gastar a las playas u otras ciudades de Honduras lo dejarán de gastar en sus domicilios.

Esto es bueno para los que están en esas playas vendiendo, pero muy mal para los negocios que se quedan sin clientes en la ciudad, dijo. Añadió como dato estadístico que “en la realidad hay más o menos 900,000 personas asalariadas con un sueldo promedio de 7,200 lempiras, por debajo de lo que dicta la ley.

Pese a las barreras financieras que enfrenta el país, el sector turismo sostiene positivamente que sí habrá una derrama económica importante este año, pese a las secuelas de la pandemia; pero reconocen que la recuperación no será total.

Donaldo Suazo, presidente de la Cámara Nacional de Turismo de Honduras (Canaturh) en San Pedro Sula, comentó que esta es la época del año donde los negocios abren sus vitrinas al público para que lleguen y prueben lo que ofrecen.

“Estamos conscientes de que los ingresos van a mejorar en todo el país porque hemos estado cerrados al paseo respecto a los años pasados, es prácticamente el primero libre de pandemia; no obstante, los pocos que puedan, seguramente irán a playas para reducir costos”, dijo Suazo.

El empresario hotelero es del criterio de que todo en exceso es malo. “Considero que es oportuno un relajamiento espiritual, mental y corporal, ya que es algo curativo para el ser humano, y vale la pena endeudarse a cambio de conservar salud y tener momentos de esparcimiento, pues si se cae en una enfermedad por la ausencia de descanso, costará mucho más dinero para los bolsillos ”, dijo.

El presupuesto de cualquier viaje comprende múltiples salidas de dinero, sobre todo en hospedaje, alimentación y transporte.

La mayor parte de personas de clase media y baja que van a zonas del interior del país suelen dedicar su asueto para visitar a familias y lugares de origen, trasladándose casi siempre en autobuses interurbanos.

Los valores son variables y dependen de la distancia. LA PRENSA Premium hizo un monitoreo de precios respecto a algunos puntos turísticos. Por ejemplo, desde San Pedro Sula hasta Comayagua cuesta aproximadamente 145 lempiras, 60 lempiras a Santa Cruz de Yojoa, L180 a La Paz y alrededor de L250 a Tegucigalpa.

Este incrementa si se pretende ir al oriente del país, como Olancho y El Paraíso, con valores que van desde los L300, y aún más si se mueven hacia el sur en Choluteca y Valle.

En tanto, a sitios como La Ceiba el pasaje se acerca a los L180, mientras que en ciudades de Copán, Lempira, Ocotepeque, Santa Bárbara e Intibucá, a entre L175 y L250. En el caso de Trujillo, Tela, Omoa o Puerto Cortés, entre L60 y L325, así como unos L200 si se va hacia algunas zonas de Yoro como Olanchito.

A esto se suma que los viajeros tengan que tomar taxis, mototaxis y buses urbanos, con pasajes de entre L10 y L120 para llegar a sus destinos.

Del otro lado están los turistas que deciden ir a países vecinos como Guatemala, donde el viaje cuesta unos L1,270 saliendo desde San Pedro Sula, mientras que los paquetes hacia Roatán alcanzan los L10,000 o más, y los costos incrementan si se viaja hacia otros países como Estados Unidos o si se va en familia.

En el caso de familias que se trasladan en carro particular, la comodidad y seguridad también tienen un precio.

La revisión físico-mecánica previa a salir puede costar unos L1,000, mientras que el valor del combustible varía según distancia. Solo en el trayecto entre San Pedro Sula y Copán se gasta alrededor de L2,000 entre ida y regreso en un carro privado en combustible.

La alimentación es otro de los factores a tomar en cuenta. Entre los tres tiempos de comida se puede llegar a gastar en un día y solo una persona entre L700 y L800, dejando por fuera golosinas a consumir durante trayectos, además de “souvenirs” en las estadías, así como actividades internas en las visitas a sitios turísticos.

Los números en hospedaje también son fluctuantes. Entre las opciones más cómodas están los hostales, de igual manera cabañas, cuyo valor llega a 3,000 lempiras por día.

El precio en hoteles varía según la categoría y ubicación. Un complejo de lujo, por noche, con alimentación completa, bebidas, “snacks” y otros servicios, cuesta entre 6,600 y 7,000 lempiras. Mientras que las habitaciones sencillas, algunas con aire acondicionado y desayunos, valen en promedio entre 1,100 y 2,000 lempiras.