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Gestos positivos

  • 12 enero 2020 /

    El hoy es hoy y no deben aprovechar previsiones, reales o imaginarias, para apoyar intereses no siempre beneficiosos para la colectividad. Este es el consejo en el pueblo que podemos aplicar a la situación de incertidumbre y tensión, calificada de prebélica, entre Estados Unidos e Irán que en un primer momento desencajó rostros, pero acciones posteriores se califican de gestos para rebajar la tensión.

    El mercado de capitales retrocedió, pero se ha ido recuperando y la opinión generalizada es que la “bofetada” es un mensaje de no querer una guerra, como también lo ha expresado Washington, aunque el “vicio” del uso de redes sociales del presidente norteamericano sacude las bolsas. Habría que aplicarle aquello de “calladito…” También la Cámara de Representantes ha dicho alto al guerrerismo.

    En nuestro país, como en otras ocasiones, de inmediato la vista se dirigió al petróleo, cuyo precio tendió al alza en las primeras horas, pero después se ha ido relajando hasta bajar a un nivel calificado de normal. Apelar a la situación en Oriente Medio para empujar los precios no tiene, por el momento, sustento. En los próximos días veremos, aunque la intervención de mediadores irá canalizando la furia, no para que desaparezca, pues hay fuertes antecedentes históricos, sino para que unos y otros la controlen.

    No faltará en el sector oficial quien alce bandera de prevención y quiera hacernos pagar por adelantado lo que dicen está por venir, aventurando la tercera guerra mundial que, sin duda, sería la última por siglos, pues las armas atómicas con la tecnología harán de los conflictos bélicos del pasado un juego de barrio entre niños. El riesgo está presenta y desdeñarlo será una gran y dramática estupidez que pagaremos todos, pero cuando se identifican a mediadores para la búsqueda de acercamiento hay expectativas reales de alejar el peligro y, en el mejor de los casos, eliminarlo para las generaciones venideras. Desde Moscú, con el presidente Vladimir Putin al frente, llegan esos esfuerzos apaciguadores que se irán concretando en los círculos de poder en ambas naciones, aunque la temporada electoral pesará demasiado en la demagogia y retórica proselitista de la Casa Blanca. Atentos, sí; preocupados, menos; entregados de lleno al trabajo diario y a los esfuerzos por la solución de nuestros graves problemas debe ser la prioridad, pues las previsiones dictadas en el marco de intereses particulares o de grupo nos hacen más daño que los ataques en Oriente Medio, cuya expansión y gravedad hallan mediadores para evitar una catástrofe mundial.