28/04/2024
12:15 AM

Cultura de la muerte

Alfredo Haces

Desde décadas atrás, y en especial en la última, Honduras fue catalogado como el país más peligroso del mundo y aun en el año 2020 sigue ocupando los primeros lugares, debido a que cada hora una persona es asesinada.

Esta cultura de la muerte se ha convertido en cotidiana, donde las víctimas son hombres, mujeres y niños las 24 horas del día y en los 18 departamentos que conforman el territorio nacional.

Son muy pocas las excepciones de familias que no han perdido a un ser querido por causas de la violencia y, de igual manera, el impresionante aumento de los femicidios, y aún más lamentable y repudiado los crímenes en contra de menores de edad.

Según el Sistema Estadístico Policial en el año 2019, se registró un total de 3,996 muertes violentas; es decir, que hasta diciembre cerraron con 43.6 por cada 100,000 habitantes. Un promedio de 340 feminicidios sucedieron en ese año y aproximadamente 400 menores de edad fueron víctimas mortales.

El Comisionado Nacional de los Derechos Humanos en Honduras, Roberto Herrera Cáceres, señaló en fechas pasadas que desde el año 2010 hasta 2018 se registraron 51,000 muertes violentas en el país. Es decir, un total hasta enero de 2020 de 56,000 homicidios.
Con estas cifras alarmantes, penosas y avergonzantes, es como si se ha estado en guerra o alguna pandemia nacional.

En el mes de enero de 2020 se registró un promedio de 269 homicidios; entre ellos, 30 feminicidios. Con todo este panorama de la cultura de la muerte, el pueblo se sigue preguntando para qué tantos policías y militares creados en este Gobierno y, de igual manera, dónde han ido a quedar las millonarias cantidades de la tasa de seguridad en un país llamado Honduras.