Vuelvo a la carga en contra del uso de inglesismos innecesarios, como este: “La contratación de empresas para que realicen un servicio o produzcan una parte de lo que elabora otra empresa constituye un outsourcing”.
El lector común poco o nada comprenderá el contenido de esta expresión porque quizá no sabe qué es outsourcing, palabra que se está empleando mucho en la jerga comercial o de negocios. Outsourcing traducido del inglés al español es un verbo transitivo con el significado de subcontratar, tercerizar (subcontratar o externalizar trabajos o servicios con terceros, personal de afuera de la empresa).
Antes las empresas tenían sus propios guardias de seguridad, aseadoras, personal de mantenimiento, pero con el tiempo (sus razones tendrán) se han deshecho de estos servicios directamente y han recurrido a la tercerización de los mismos, es decir, contratan empresas de seguridad, de aseo, de mantenimiento, repartidores, con las cuales no tienen más compromisos que pagarles por sus servicios; estos trabajadores ya son subcontratados y sus responsables son las personas que los contratan directamente. No le miro nada de incómodo que se diga “La contratación de empresas para que realicen un servicio o produzcan una parte de lo que elabora otra empresa constituye una tercerización o una subcontratación”.
Con eso del coronavirus he visto en un sinfín de veces que se está escribiendo el nombre de la enfermedad, covid, con inicial mayúscula sin ninguna justificación; así como gripe, tuberculosis, sida, sarampión, dengue, diarrea, son enfermedades, así lo es también covid, por lo que va en minúscula. Y a propósito de ese huracán que ha hecho estragos en Honduras, he notado títulos periodísticos como “ETA deja 33 muertos”.
Eta es la séptima letra del alfabeto griego, igual que alfa, beta, gamma, zeta, se escriben en minúscula; por lo que no hay necesidad de escribir ETA, ni totalmente en mayúsculas, en este caso va con inicial mayúscula por ser nombre propio. Luego, en el ejemplo anterior debe ser “Eta deja 33 muertos”.
