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La AEL, OEA y la libertad religiosa

  • 15 febrero 2021 /

Noé Vega

El convenio bilateral de cooperación que suscribirá la Organización de los Estados Americanos (OEA) con la Alianza Evangélica Latina (AEL) es esperanzador en materia de libertad religiosa, y supone para los entendidos, un aldabonazo para quitarle la marginalidad a un derecho humano fundamental como es la libertad religiosa, que aunque si bien, disfrutan de un clima público de libertad religiosa en la mayoría de los países; dentro de la institucionalidad estatal este derecho es constantemente menoscabado, desconocido o mal interpretado.

Hubo una rectora de la Unah que creía que laicidad y libertad religiosa son sinónimos y así sucesivamente, este derecho es casi ignorado en sus raíces y alcances, irrespetado en la mayoría de los segmentos estatales o totalmente mal interpretado por las autoridades públicas, sobre todo en materia educativa, aunque hay que aclarar que en el caso hondureño, el Ministerio de Educación constituye una de las entidades que mejor tratamiento y entendimiento ha tenido del tema de libertad religiosa aplicado a los alumnos.

Parece fuera de la órbita política que la OEA se interese en este tema, como primer acápite del convenio de entendimiento y cooperación que suscribirá con la Alianza Evangélica Latina, pero nada más alejado de la realidad jurídica, ya que la libertad religiosa constituye un basamento de tal magnitud para toda sociedad que se dice democrática que, cuando este no es respetado o es menoscabo, todo el engranaje jurídico y de derechos humanos se ve amenazado, por no decir la democracia misma.

Es que el derecho a la libertad religiosa tanto en su dimensión jurídica como en el contexto histórico, a través de los tiempos se ha constituido en un antídoto contra los totalitarismos y las dictaduras, porque deja al hombre con su dignidad en el pleno reconocimiento de una fuerza superior a él mismo y en la posición de adorar según le indique su conciencia.

Postulados que siempre chocan con ambientes antidemocráticos o autoritarios.

Por lo que reforzar un tema como la libertad religiosa, darle vigencia, difusión y conocimiento a la sociedad en general, constituirá un hito importantísimo en el que la OEA va a jugar un papel fundamental.

Ante el clima de autoritarismo que se impone desde el norte hasta el sur del continente, la libertad religiosa inmuniza a una sociedad contra toda imposición arbitraria no importa el espectro desde donde venga, sea político o hasta religioso, ya que la capacita para hacer plantarse ante cualquier arbitrio, consciente de su dignidad humana y su derecho a la adoración personal guiada por su propia conciencia.

Este espacio es muy corto para todas las valoraciones que quisiéramos hacer respecto a este tema, y que hemos expuesto en diferentes foros latinoamericanos.

Pero particularmente, este nuevo y renovador impulso que la Alianza Evangélica Latina y la Organización de los Estados Americanos le está dando a este tema, creemos que va impulsar el respeto a la libertad religiosa, su conocimiento y difusión desde dos entidades continentales de tal envergadura, lo que fortalecerá los derechos humanos, la democracia y la convivencia social de Latinoamérica.