Manila, Filipinas.
Estados Unidos devolvió el martes a Filipinas unos trofeos de guerra confiscados hace más de un siglo.
Entre los objetos hay tres campanas incautadas en una iglesia, que Manila llevaba décadas reclamando.
El gesto busca cerrar un doloroso capítulo en la historia de los dos países: la guerra filipino-estadounidense ocurrida entre 1899 y 1902.
'El presidente Duterte hizo un pedido personal a nuestro secretario de Defensa, James Mattis, quien, como todos los que estamos aquí hoy, reconoció que devolver las campanas es lo correcto', dijo Sung Kim, embajador de Estados Unidos en Filipinas.
El 28 de septiembre de 1901, rebeldes filipinos armados con machetes mataron a 48 soldados estadounidenses durante un ataque sorpresa, para el que las campanas habrían dado la señal de asalto.
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En represalia, el general Jacob Smith ordenó que se ejecutara a todos los hombres filipinos de más de diez años.
Miles fueron asesinados, y las campanas fueron tomadas como trofeo de guerra.
'Es hora de sanar. Es hora de pasar página. Es hora de mirar hacia delante como deben hacerlo dos naciones con una historia compartida y dos aliados', añadió Delfin Lorenzana, secretario de Defensa de Filipinas.
La restitución llega en un delicado momento para las relaciones entre el archipiélago y Estados Unidos, ante la voluntad del presidente Rodrigo Duterte de acercarse a China. Texto, foto y video de AFP.
El personal militar filipino descargó hoy una de las tres campanas de la iglesia Balangiga poco después de que llegara de los EEUU., a una base aérea militar en Manila.
