Washington, Estados Unidos.
Enigmática y muy discreta, Melania Trump centra el foco mediático en la Casa Blanca, tras anunciar su estrategia como primera dama: un programa centrado en ayudar a los niños.
Como ya hicieran algunas de sus antecesoras ,como Laura Bush, que luchó contra el analfabetismo, o Michelle Obama, centrada en la obesidad, la esposa del presidente Donald Trump quiere marcar su paso por la Casa Blanca abrazando una causa, y lo hace con un eslogan simple: 'Be best' (Sé mejor).
En una ceremonia cuidadosamente estudiada, le exmodelo eslovena de 48 años advirtió en repetidas ocasiones del uso negativo 'demasiado a menudo' de las redes sociales.
'Es nuestra responsabilidad como adultos educar y recordar a los niños que cuando usan su voz, en línea o verbalmente, tienen que elegir sus palabras cuidadosamente y hablar con respeto y compasión', pidió Melania Trump.
Sentado en primera fila frente a decenas de niños invitados para la ocasión estaba su esposo, Donald Trump, conocido por la burla, incluso por el insulto, en Twitter.
El evento sirvió para reforzar la imagen de la primera dama, cada vez más cómoda en su cargo. Un cambio que va en paralelo a su relación con Trump, con el que las interacciones públicas son limitadas.
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Melania, la tercera esposa del presidente, ha permanecido en silencio hasta ahora sobre los rumores de tensiones en el matrimonio o las supuestas infidelidades del presidente con la actriz porno Stormy Daniels y una exmodelo de Playboy.
El índice de popularidad de Melania no ha parado de crecer desde la llegada de Trump a la Casa Blanca.
Según una encuesta del canal de televisión CNN/SSRS publicada el lunes, el 57% de los estadounidenses tienen una opinión positiva de ella, mientras que en enero eran el 47%.
