27/04/2024
03:08 PM

Kirchner rompe protocolo en toma de posesión

Cristina Fernández recibió la banda presidencial de manos de su hija menor, Florencia.

La presidenta argentina Cristina Kirchner reasumió ayer el Gobierno hasta 2015 durante una ceremonia en el Congreso donde comparó la crisis económica en Europa con el derrumbe de su país en 2001.

“Esta situación en Europa es un espejo de la Argentina de 2001”, cuando el país cayó en la peor crisis económica de su historia, dijo la mandataria, de 58 años, tras prestar el juramento de rigor aún vestida de luto, a más de un año de la muerte de su marido y antecesor Néstor Kirchner (2003-2007).

La Presidenta, que accedió a un segundo mandato tras lograr el 54.11% de los votos en los comicios de octubre pasado, señaló que lo que Argentina vivió “como un drama, el ‘default’ que nos arrojó del mundo como los peores del grado, hoy lo enfrentan otros países”, en alusión a la situación de varias naciones europeas.

Sobre el final de la jornada, la mandataria resaltó las diferencias entre la Argentina actual y la situación en países desarrollados en un acto popular ante miles de jóvenes en la histórica Plaza de Mayo, frente a la Casa Rosada.

Cristina Fernández confirmó que su principal preocupación es mantener la economía de su país a resguardo de la crisis internacional, pero no dio pistas sobre nuevas medidas concretas que podría adoptar en este sentido.

Fernández dedicó a la economía la mayor parte de la hora y cuarto que duró el discurso de inicio de su segundo mandato de Gobierno, signado por un país que sumará en 2011 nueve años consecutivos de crecimiento económico a “tasas chinas”, pero amenazado, como otras naciones emergentes, por los avatares de la crisis internacional.

Fomento del mercado interno

El gobierno de su marido y luego el suyo aplicaron una política de desendeudamiento y fomento del mercado interno para sacar a Argentina del ‘default’ declarado en 2001, por unos 100,000 millones de dólares, el más grande de la historia.

En cambio consideró que la salida de la crisis de Argentina y su crecimiento a un ritmo promedio de 8% desde 2003, salvo en 2009 por la crisis internacional, no hubiera sido posible sin la integración y la cooperación regional, a las que consideró “una de las mejores defensas contra un mundo difícil”.

En la ceremonia del Congreso, la escuchaban entre otros la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff; de Uruguay, José Mujica; de Chile, Sebastián Piñera; de Paraguay, Fernando Lugo, y de Bolivia, Evo Morales, quienes retornaron a sus países luego de saludar a la mandataria en la sede del Gobierno.

Kirchner pidió justicia

El discurso de Kirchner fue interrumpido en varias ocasiones por los cánticos de sus seguidores ubicados en los palcos y miles de jóvenes siguieron en la calle la ceremonia en una pantalla gigante ubicada frente al Congreso. La presidenta Cristina Kirchner afirmó que, en Argentina, los jóvenes pueden celebrar con alegría, a diferencia de lo que sucede en los países en crisis, al hablar ante una multitud en la Plaza de Mayo y cerrar los actos de reasunción del mando. “Este maravilloso país tiene la inmensa suerte de que, a diferencia de épocas pasadas y de lo que pasa en otros países, los jóvenes se convocan a la plaza para festejar con alegría”, indicó.

Sin mencionarlos explícitamente, la jefa de Estado se refirió indirectamente a los movimientos juveniles de protesta contra las medidas de ajuste en naciones desarrolladas, como los llamados indignados o los que pregonan “ocupar Wall Street” en Nueva York y otras plazas financieras centrales.

Frente a millares de activistas de organizacines juveniles kirchneristas, manifestó: “Estamos dando testimonio de que es posible un desarrollo diferente para los trabajadores, para los estudiantes, para los docentes, para los empresarios nacionales, con posibilidades de crecer y distribuir el ingreso en democracia”.

Antes de su alocución, la Presidenta finalizó su juramento de práctica con la fórmula “que Dios, la Patria y él (como se refiere a Néstor Kirchner, a quien mencionó del mismo modo en varias ocasiones durante su intervención) me lo demanden”, si incumple el mandato.

Al referirse a la política de derechos humanos, uno de los pilares de su gestión, pidió a la justicia que al finalizar su mandato en 2015 hayan concluido los juicios por delitos de lesa humanidad cometidos en la dictadura (1976-83) y que “hayamos dado vuelta definitivamente una página tan trágica de nuestra historia”.

Al finalizar su discurso, Fernández volvió a aludir a Kirchner y prometió “seguir trabajando por una Argentina más justa, más equitativa y solidaria”.

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