La ballena gris da a luz cada invierno en las aguas de Baja California Sur, al norte de México, y tras salvarse de la extinción su supervivencia ahora enfrenta el calentamiento global.
Tras estar en peligro de extinción por la cacería, se había recuperado completamente pero ahora enfrenta el calentamiento global.
“Es una gran preocupación el cambio ambiental porque se alimentan de pequeños invertebrados que viven en el fondo del océano y estos son muy sensibles a los cambios de temperatura, cambios de salinidad y de acidez”, dijo Steven Swartz, codirector del programa del ecosistema de la Laguna de San Ignacio.
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La ballena gris que mide unos 13 metros y pesa 30 toneladas, estaba casi extinta por la caza indiscriminada a finales del siglo XIX y principios del XX.
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“Estas ballenas viven tanto como nosotros. Ellas tienen el mismo lapso de vida que los humanos. Sabemos por fotografías que tomamos de 1970 que algunas de las mismas ballenas están aquí hoy. Regresan cada invierno a dar a luz a sus pequeños”, añadió Steven Swartz, codirector del programa del ecosistema de la Laguna de San Ignacio.
La Reserva de la Biosfera Vizcaíno recibe unos 10.000 turistas por temporada.
Las ballenas se acercan a las embarcaciones e incluso algunas son amistosas y se dejan tocar.
“La ballena es más inteligente que uno. La ballena sabe cómo se va a acercar”, explicó VOXPOP.
Actualmente hay unas 22.000 ballenas grises americanas mientras que de la población asiática sólo quedan 130 individuos, según estimaciones del Fondo Mundial para la Naturaleza. Texto, foto y video de AFP.
 Foto captura video AFP.
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