Magistrados del caso de Tony podrían conocer la apelación
El expresidente tiene hasta el 8 de julio para notificar a la Corte de Apelaciones de los EE UU para el Segundo Circuito de Nueva York que presentará un recurso de apelación de su condena.
Foto: Yoseph Amaya /Jane Rosenberg
El escrito de apelación deberá ser conocido por la Corte de Apelaciones de Estados Unidos para el Segundo Circuito de Nueva York, situada a escasos metros del tribunal donde fue condenado Juan Orlando Hernández.
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Nueva York, Estados Unidos
El tiempo comenzó a correr y el expresidente Juan Orlando Hernández tiene dos semanas para presentar un aviso de apelación ante la Corte de Apelaciones de Estados Unidos para el Segundo Circuito de Nueva York, el que será el primer paso para buscar anular su condena de 45 años de prisión.
Las leyes de Nueva York indican que “el aviso de apelación debe ser introducido dentro de los 14 días siguientes al fallo”, es decir que Hernández tiene hasta el 8 de julio para notificar al Tribunal de Alzada que apelará.
A partir de ese momento, el exmandatario tendrá hasta mediados de octubre, tiempo que le fue autorizado para permanecer en la cárcel de Brooklyn, para trabajar la apelación con su abogado de confianza Renato Stabile, antes de ser cambiado a una prisión federal.
La redacción de la apelación puede llevar meses o quizás hasta un año, tomando en cuenta la complejidad del caso.
Durante la lectura de sentencia, Hernández Alvarado adelantó que apelaría su condena porque a lo largo del juicio “no se me permitió usar información clasificada de una de las más altas agencias de inteligencia de tres letras que no es la DEA, cables de los Departamentos de Defensa y de Estado”.
Aunque en esas declaraciones el expresidente encuentra sus primeros obstáculos porque, de acuerdo a la legislación estadounidense, “las apelaciones se limitan a la evidencia que fue presentada en la Corte de Distrito. Un cliente no puede agregar nueva evidencia durante la apelación”.
La apelación tiene como objetivo la corrección de errores legales y el juez de apelaciones no decide si el jurado estuvo en lo correcto.
Una vez presentada la apelación, toma, por lo general, un año en ser resuelta, según los criterios de la Corte de Apelaciones, que tiene facultades para ordenar repetir el juicio, anular la condena o ratificarla.

Otras apelaciones
Fue en este mismo órgano jurisdiccional que el hermano del expresidente y exdiputado Juan Antonio “Tony” Hernández y el empresario Geovanny Fuentes Ramírez, quienes figuran en la misma conspiración de tráfico de drogas, presentaron un recurso que resultó en la ratificación de la condena de cadena perpetua más 30 años para ambos.
A criterio de la investigadora Carolina Meléndez, es muy probable que la apelación de Hernández Alvarado sea turnada a los mismos magistrados que conocieron las apelaciones de Tony y Geovanny Fuentes.
La apelación de los hondureños fue resuelta por los magistrados Guido Calabresi, quien fue nombrado juez de circuito de Estados Unidos en julio de 1994. Antes de su nombramiento, fue decano y profesor Sterling en la Facultad de Derecho de Yale.
Además está la jueza Alison J. Nathan, que prestó juramento como jueza de circuito de Estados Unidos para el Segundo Circuito en marzo de 2022. Antes de eso, Nathan se desempeñó durante diez años como jueza del Tribunal de Distrito de Estados Unidos para el Distrito Sur de Nueva York.
Y Saarala V. Nagala prestó juramento como juez de distrito de Estados Unidos el 3 de noviembre de 2021. Trabajó para la jueza de circuito de los Estados Unidos Susan P. Graber en la Corte de Apelaciones del Noveno Circuito de los Estados Unidos en Portland, Oregon.
Si JOH pierde en la Corte de Apelaciones, él tiene derecho a una revisión por parte de la Corte Suprema de Estados Unidos. Sin embargo, la Corte Suprema toma solamente un número muy limitado de casos para revisión cada año.
Si los abogados de Hernández introducen un auto de revisión judicial, el cual solicita a la Corte que considere el caso y se concede la certificación, la Corte Suprema tomará la decisión final en el caso. Si la certificación es denegada, la decisión del Segundo Circuito se mantendrá en pie.
Otras opciones
Lo cierto es que JOH también tiene otras opciones para tratar de reducir su condena y salir antes de tiempo de la cárcel.
La Ley Penal del Estado de Nueva York establece que las personas encarceladas pueden obtener asignaciones por buena conducta que se descontarán de su pena máxima de prisión.
De acuerdo con Meléndez, el exgobernante “sí puede salir unos nueve años antes por una Ley Federal aprobada que establece que un condenado a nivel federal tiene el derecho al buen tiempo de crédito (Good Credit Time), que es una reducción de la pena por buen comportamiento”.
Afirmó que “se aplica el 15% a la pena impuesta, significa que al expresidente se reduciría 6.75 años, es decir debería estar en prisión 38.25 años menos los años que ha estado detenido, el total de tiempo que deberá estar en prisión sería de 36 años aproximadamente más los cinco años de libertad supervisada. Significaría que podría estar completamente libre a los 96 años considerando su edad actual”.
Favorecidos
En la actualidad, más de una decena de narcotraficantes fueron favorecidos con reducciones de condenas que hoy les permiten defenderse en libertad condicional, algunos en Estados Unidos y otros ya gozan de su libertad definitiva en Honduras.
El caso más reciente es el de Carlos el “Negro” Lobo, el primer hondureño extraditado a Estados Unidos, que fue condenado a 20 años de reclusión en 2014, luego de declararse culpable y fue favorecido con la reducción de su sentencia en 50 por ciento, en virtud de su buena conducta y por entregar información clave a la Agencia Antidrogas de Estados Unidos.
En 2015, Digna Valle, hermana de los principales cabecillas del clan Valle Valle, fue condenada a 11 años de reclusión tras declararse culpable de los cargos. Solamente estuvo alrededor de tres años en la cárcel.
Su hijo, Gerson Stanley Ortega Valle, también fue favorecido con la reducción de la pena. Él fue condenado a nueve años de reclusión en 2018 y en 2022 le firmaron la libertad definitiva.
Mientras que el capo de la droga Byron Ruiz fue condenado a apenas cinco años de reclusión después de declararse culpable y salió de la cárcel en julio de 2022.
En tanto, Juan Ramón Matta Waldurraga cumplió una pena de dos años y dos meses, tras haberse declarado culpable de los cargos.
La diferencia entre el caso de Hernández y los de estos narcotraficantes es que ellos admitieron sus crímenes, mientras que Hernández fue vencido en un juicio.