28/04/2024
10:21 PM

La morgue de San Pedro Sula, un cadáver putrefacto

Una radiografía dantesca: solo hay un cuarto frío que almacena más de 100 cuerpos.

    La morgue de San Pedro Sula es como un cadáver putrefacto. Todo está en ruinas.

    Mientras en Tegucigalpa ya se cuenta con un moderno centro de ciencias forenses con tecnología de punta, en la capital industrial el depósito de cadáveres se ha convertido en un grave foco de contaminación.

    Desde el ingreso a la morgue se evidencia la calamidad. La puerta está forrada con nailon amarillo, plástico que sustituye a los vidrios, e inmediatamente aparece una escena dantesca: una nube de moscas cubre cada rincón del cuarto de autopsias. Los médicos forenses -sin inmutarse- realizan sus labores en medio de la insalubridad.

    Empleados y autoridades califican la situación de calamitosa y piden a gritos ser trasladados a otro sitio que reúna mejores condiciones. “La morgue está en coma”, sentencian.

    “Esta es una emergencia, tienen que hacer algo por quienes trabajamos aquí. Hay problemas de infraestructura y de todo tipo. Con el paso del tiempo se han agravado. Las moscas permanecen dentro del área por dos razones: primero porque se meten por las ventanas que no tienen vidrios y, segundo, porque no hay aire acondicionado, pese a que las medidas internacionales lo exigen”, dice Víctor Hernández, jefe del área de autopsias. Los médicos y ayudantes que hacen guardia por las noches no tienen otra alternativa que dormir sobre pedazos de colchones percudidos y de bolsas que se utilizan en levantamientos de cadáveres.

    Una sola camilla

    Para una morgue donde cada día ingresan 20 cadáveres solo hay una camilla y para rematar está oxidada. ¿Y las demás? Se quemaron en el incendio del 27 de junio de 2012. También se perdieron archivos con evidencias de muchos casos, responden.

    Y para agravar este panorama, hace año y medio uno de los dos cuartos fríos dejó de ser frío, pues el sistema de refrigeración se arruinó. “Las autoridades de esa época mandaron a ponerle una maquinaria con menor capacidad, que duró una semana y se dañó. Para ponerla en marcha necesitamos cerca de un millón de lempiras”, dijo Héctor Hernández, coordinador de Medicina Forense en la capital industrial. La calamidad no para allí. La única máquina de rayos X dejó de funcionar hace más de dos años.“Esta agilizaba los procesos. Podíamos determinar rápidamente cuántos impactos de bala presentaba un cuerpo y si había daños en huesos o alguna otra parte, pero ahora nuestra investigación es empírica”.

    Luis Castro es un perito de balística, pero el laboratorio solo trabaja a un 30% de su capacidad. “No tenemos el principal elemento, que es el microscopio para comparación balística. Llevamos varios años sin hacer la prueba. El espacio en que estamos no es adecuado. El lugar se construyó para acondicionar un laboratorio de toxicología, no de balística, pero ahora trabajamos en hacinamiento”.

    Las autoridades advierten que, además de la contaminación ambiental, se corre el riesgo de una explosión porque por falta de espacio hay químicos diferentes que se almacenan en un mismo lugar: una mezcla mortal.

    Demolición

    El informe presentado por expertos nacionales e internacionales el mes pasado señaló: “Los laboratorios de criminalística y la sala de autopsia no cumplen los estándares internacionales en infraestructura y bioseguridad que requieren los establecimientos forenses”. Por ello sugieren la demolición inmediata y la construcción de un nuevo edificio.

    Ese paso deberá esperar porque vecinos de la colonia Juan Lindo se opusieron a que las oficinas se trasladaran al sector, como lo recomendó la Oficina Administradora de Bienes Incautados (Oabi), aduciendo la falta de licencia ambiental con que opera la morgue, un riesgo para los vecinos.

    “Vamos a tener que seguir aquí, expuestos, aunque la Oabi nos ha puesto a elegir entre 30 propiedades. Lo más probable es que nos quedemos en el mismo edificio para evitar más confrontaciones. Es lamentable porque han dicho que somos ciudadanos de segunda categoría y por eso no podemos hospedarnos ahí”, dijo el director de Forense, Héctor Hernández. El funcionario admite que trabajan a medias, ya que no tienen un lugar adonde ir. Se informó que las oficinas no serán trasladadas, sino reparadas.

    La mayoría de las oficinas carecen también de energía eléctrica, están llenas de hongos y con filtración de agua. “No hay luz en muchos cuartos debido a que, cada vez que llueve, el agua se filtra por el techo y estropea el cableado. Son cosas que se pudieron prevenir, pero nadie se interesó en mejorarlas, se gastó dinero sin sentido y se les olvidó invertir en la morgue”.

    Muchos empleados llevan de sus casas el equipo para trabajar, ya que no hay computadoras, escritorios ni sillas. “No tengo computadora asignada, estamos en calamidad”, dijo Carlos Paz, jefe de laboratorio de documentología forense, entidad encargada de la veracidad de los escritos que se encuentran en una escena. Por la escasez de recurso humano y equipo, varias pruebas se envían a Tegucigalpa, lo que atrasa las investigaciones.

    “Es un grave problema el de San Pedro Sula”

    La cancelación del traslado de los laboratorios de Medicina Forense de San Pedro Sula a la colonia Juan Lindo fue una decisión de la Oficina de Bienes Incautados (Oabi), aclaró Semma Julissa Villanueva, directora del centro de Ciencias Forenses de Tegucigalpa.

    “No nos pasamos a la Juan Lindo porque los miembros de la Oabi me dijeron únicamente que no nos podíamos pasar”, explicó.

    Según la directora, no recibió ninguna explicación de las causas por las cuales no se pudo realizar el traslado de las oficinas.

    Aunque las autoridades de la Oabi dijeron que existen 30 inmuebles disponibles para que decidan cuál utilizarán, Villanueva dijo: “Seguimos en busca del nuevo local, ya que hay un problema grave en la morgue de San Pedro Sula”.

    Además indicó: “El martes recibí una llamada del alcalde de San Pedro Sula y me dijo que nos ayudará a buscar un edificio”.

    A pesar de que ya se anunció que las oficinas no serán en la Juan Lindo, los vecinos llevan varios días en pie de lucha realizando protestas en contra de la iniciativa.

    El objetivo de los residentes del área es que se les entregue un documento formal garantizándoles que las oficinas funcionarán en otro sector.

    Los pobladores opuestos dijeron que se amparaban en la ordenanza municipal de urbanismo y zonificación que regula el plan de desarrollo de la ciudad.