Tegucigalpa, Honduras.
Verdaderas políticas públicas que beneficien a los hondureños obligados a dejar el país demandaron ayer diversos organismos al conmemorarse el Día Internacional de las Personas Migrantes.
En Honduras, esta fecha es recordada en momentos en que se registran cifras históricas de compatriotas que no logran alcanzar el llamado “sueño americano” que para miles representa la única salida de su difícil situación.
Según los datos del Centro de Atención al Migrante Retornado (CAMR) hasta el 17 de diciembre, por vía aérea, Estados Unidos había deportado 37,391 catrachos.
A esta cifra hay que sumarle cerca de 36 mil hondureños que, según datos de la Dirección de Migración y Extranjería, han sido deportados por la vía terrestre hasta noviembre. “Exhortamos a que se haga efectiva la publicación de la Ley de Protección del Migrante y sus Familiares. Y demandamos asegurar el respeto de los derechos humanos de todas las personas migrantes”, planteó ayer el Foro Nacional para las Migraciones en Honduras (Fonamih).
Según estimaciones, en Honduras al menos cuatro personas son deportadas cada hora desde Estados Unidos, una cifra considerada elevada y alarmante. Las autoridades hondureñas no manejan información oficial de cuántos compatriotas salen de Honduras cada año, ya que muchas veces ni siquiera informan del aventurado viaje a sus familiares.
Sin embargo, con las estadísticas que recogen el CAMR y la Dirección de Extranjería se conocen los movimientos migratorios en el país en lo relativo a sexo, lugar de procedencia y edad.
De los migrantes retornados, 60,882 son hombres, que representan el 82.48% del total, con edades de 18 a 31 años, es decir la población económicamente activa.
Las mujeres que regresan deportadas al país ascienden a 9,024 y representan el 12.22%. A ellas se suman los 2,853 niños menores de 18 años, que corresponden al 3.86%, y las 1,026 niñas, el 1.39%.
