Ciudad de México
Los migrantes que acompañan a caravana que partió del sur de México el Domingo de Ramos se verán obligados a usar el tren conocido como “La Bestia” para alcanzar su objetivo de llegar a la frontera de los Estados Unidos.
Ante la imposibilidad de contratar un autobús, muchos de estos migrantes deberán acomodarse sobre los techos o entre los vagones del tren, junto con los riesgos que eso conlleva.
La caravana incluye a unas 200 madres migrantes que viajan junto con sus hijos pequeños, las cuales serían llevadas en autobús hasta la ciudad fronteriza de Tijuana, pero los organizadores de la marcha no lograron obtener la ayuda de las autoridades mexicanas para obtener las unidades de transporte necesarias.
Un bien número de los que acompañan a la caravana son hondureños, quienes ruegan a Dios que las cosas salgan bien para que puedan llegar a su destino.
Para abordar “La Bestía”, los migrantes se trasladaron al poblado de Lecherías, una vez que salieron de la Ciudad de México para proseguir su viaje, en un punto que los coloca aproximadamente a mitad de camino para llegar a la frontera estadounidense.
Trágicas estadísticas
Un estudio levantado por la Comisión de Trabajadores Migrantes de San Juan del Río, en el mexicano estado de Querétaro, señala que tan solo el año pasado, la región registró el paso de 1,800 migrantes, de los que 720 (40% del total) eran de origen hondureño.
Durante el período comprendido entre 2009 y 2017, alrededor de 400 compatriotas han perdido algún miembro cuando no han perdido la vida al caerse del tren, un riesgo constante cuando se viaja de esa manera.
Esta misma semana, una hondureña embarazada que acompañaba a la caravana perdió la vida ante la gravedad de sus heridas tras una caída de “La Bestia” que le cercenó las piernas.
