La necesidad de llevar ingresos a sus hogares obligan a miles de niños hondureños a abandonar los centros de estudios y trabajar en diferentes rubros.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) define el trabajo infantil como: “Todo trabajo que priva a los niños de su niñez, su potencial y su dignidad, y que es perjudicial para su desarrollo físico y psicológico”.
En Honduras hay 404,462 menores entre 5 y 17 años que laboran, de acuerdo a los últimos datos de la Encuesta Permanente de Hogares del Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
El 50.5% de los menores trabaja en actividades agrícolas, el 20.1% en el comercio formal e informal; 10.6% en la industria manufacturera, el 3% trabaja en la construcción.
Para saber
1El Dinaf también ejecuta acciones para que a los menores que trabajan en el sector formal no se les vulnere el derecho a la educación y que no se expongan a trabajos peligrosos.
2El trabajo infantil se da más en la zona sur, con la siembra de melón; en el occidente, con el corte de café y en la zona atlántica, con la pesca. El 98.2% de los menores gana menos de un salario mínimo. |
En las principales ciudades del país se observan muchos menores que trabajan en esas actividades, siendo donde más se vulneran sus derechos; sin embargo, ninguna organización lleva un registro de cuántos son los niños en esa condición.
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La menor trabaja en las calles desde los 7 años; la pobreza y la muerte de su madre la obligaron a salirse de la escuela y trabajar como limpiavidrios.
Es un flagelo que no permite romper el círculo de la pobreza en las familias Karla Valladares, coiproden
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Ella comentó a LA PRENSA que tiene tres hermanos, quienes también trabajaron en las calles por mucho tiempo, hace más de un año dos de ellos se fueron en una caravana para los Estados Unidos, mientras que su hermano menor dejó el trabajo y ahora estudia y cuida a su abuela. “Mi mamá murió y mi papá nos dejó, la necesidad me obligó a trabajar; me he criado en la calle y ya tengo bastante tiempo de trabajar en varios puntos de la ciudad”, dijo. La joven limpia vidrios desde las 9:00 am hasta las 5:00 pm. “Los cuatro quedamos solos y tuvimos que salir adelante y buscar la forma de subsistir”. Señaló que llegó hasta sexto grado, por lo que le gustaría continuar con sus estudios.
Trabajo. Menores laboran en las calles de San Pedro Sula.
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En la otra esquina donde trabaja Michel, tres menores esperan que el semáforo cambie a rojo para limpiar los vidrios de los carros, dos de ellos son hermanos. Ariel (de 14 años) y José (de 16), los menores indicaron que el dinero que ganan se lo dan a su mamá, quien es madre soltera y trabaja como cocinera.
Ariel llegó hasta el segundo grado, no sabe leer ni escribir; la situación económica es lo que hizo que el niño no continuara los estudios, indicó que le gustaría regresar a la escuela. Desde hace más de un año que ambos trabajan en las calles.
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Millones de niños y niñas en el mundo trabajan, el 48% están en edades entre los 5 y 11 años. Más del 70% trabaja en el sector agrícola y ganadero, según datos de Visión Mundial.
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Las cifras de la organización establecen que en Honduras hay 282,015 hogares donde se da el trabajo infantil, el 73% de esos son pobres con un ingreso menor a 2,600 lempiras al mes. El 87% apenas tiene educación primaria y menos del 1.5% han llegado a la secundaria.
Jorge Galeano, director de Visión Mundial, ve con preocupación que la cantidad de casos no está disminuyendo.
Explicó que a nivel legislativo se realizan acciones para prevenir que haya más trabajo infantil, no obstante, hace falta más. “Estamos viendo que hay trabajos donde los niños se ven involucrados y que no está regulado, hablamos del sector agrícola que emplea más de la mitad de los niños y niñas”, dijo.
“El trabajo infantil lo que hace es perpetuar la pobreza, cuando los menores crecen no tienen las mismas oportunidades de uno que sí estudio”.
Visión Mundial tiene un programa de prevención del trabajo infantil en el sector cafetalero, en el que se enfoca en la sensibilización y la promoción de buenas prácticas para la protección de la niñez.
Zona rural. La mayoría de menores que trabajan en el campo no estudian.
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Valladares dijo que el protocolo se creó en junio, “lo que falta realmente es la aplicación y que el Gobierno designe una verdadera inversión en niñez que cause un impacto. Las políticas sin presupuesto son solo un documento más”, apuntó.
Hay una población grande que no está continuando su educación Jorge Galeano, Visión Mundial
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Con base a los resultados, la OIM recomienda fortalecer los programas educativos, particularmente de la niñez con 11 años.