La saliva es una secreción del organismo que puede brindar innumerables datos de la salud de una persona. Con ella se puede detectar desde un problema digestivo, hasta enfermedades cardiacas.
Jorge Moisés Hernández, jefe de Otorrinolaringología del Hospital General de México, explica que 95% de ella es agua, producida principalmente por las glándulas salivales menores.
El resto, 5%, son enzimas que le dan la consistencia espesa que contiene linfocinas que ayudan a procesar los alimentos y algunas proteínas para el control del crecimiento de bacterias.
“Se piensa que es una secreción sucia o desagradable y se ha dejado de lado, pero podría aportar mucha más información sobre la salud de los individuos”, afirma.
Acción.
Por la concentración en la saliva de hormonas como cortizón se pueden identificar problemas de colesterol o en madres embarazadas, saber el estado de salud del feto.
También tiene una cantidad de glucosa que se refleja y se puede detectar a un paciente diabético. Además, aporta información para detectar gérmenes comunes de gastritis, Helicobácter pylori, y se utiliza como factor predictivo a nivel cardiológico.
“En el diabético hay un aumento en general de la secreción de glucosa que se puede medir a través de la saliva y cuando hay un problema cardiaco se pueden hacer análisis para ver las concentraciones de una hormona y ver si hay problema de coagulación”, detalla.
1. Detecta algún mal de salud, si se observa sequedad de boca o falta de lubricación que puede indicar enfermedades. Si es viscosa, cambia de coloración y mal olor, indica un problema.
2. La saliva favorece la salud dental. Protege los dientes de bacterias e infecciones. Crea un PH que evita que se formen las caries y la gingivitis.
