REDACCIÓN. Las afecciones de la piel podrían ser la primera señal de que una persona tiene una enfermedad reumática que también afectará a las articulaciones, los músculos o los ligamentos.
Es esencial saber a qué estar atento, planteó la Dra. Kathryn Dao, profesora asociada de medicina interna en la División de Enfermedades Reumáticas de la Universidad del Suroeste de Texas (UT Southwestern), en Dallas.
“Las lesiones de piel pueden ocurrir en cualquier momento”, comentó Dao en un comunicado de prensa de la universidad. “Si se asocian con una enfermedad autoinmune, se manifestarán cuando la enfermedad esté activa.
Cuando las enfermedades autoinmunes se tratan, las lesiones de la piel en general mejoran”. Las personas deben visitar al médico si sus lesiones cutáneas son dolorosas, o si se combinan con otros síntomas, por ejemplo fiebre, pérdida de peso, diarrea o hinchazón de las articulaciones.
Si no hay ningún otro síntoma, monitorizar las afecciones de la piel para ver si se resuelven solas es adecuado, dijo Dao. “Si las lesiones empeoran de forma progresiva, los pacientes deben intentar ir al médico antes para recibir una evaluación”, señaló.
Dao dijo que es importante evitar rascarse las lesiones cutáneas, lo que podría empeorar o causar una infección. También aconsejó a las personas a protegerse del sol y a hacerse revisiones cutáneas regulares.
Dao y su colega, el Dr. Benjamin Chong, profesor asociado de dermatología de la UT Southwestern, resaltaron algunos problemas cutáneos comunes que dicen que podrían vaticinar una afección reumática grave.
La fotosensibilidad puede ser un síntoma temprano del lupus eritematoso sistémico (LES) o de la dermatomiositis, una enfermedad rara que puede provocar debilidad muscular y sarpullidos en la piel.
La exposición directa al sol o a la luz ultravioleta podría dañar la piel, apuntaron. La exposición al sol podría producir sarpullidos, incluso localizados en el puente de la nariz y en las mejillas, entre los que sufren de LES.
Algunas lesiones podrían parecer tiña, con parches ásperos y enrojecidos. Pueden ser señal de un lupus cutáneo subagudo. El daño, por ejemplo cicatrización, pérdida del pelo, y piel de color más claro u oscuro, podría ser permanente en los casos de lupus discoide.
En la dermatomiositis, el enrojecimiento y la picazón podrían aparecer en el cuero cabelludo, pecho, cuello, párpados, manos, brazos y otras áreas expuestas al sol. Los pacientes también podrían presentar placas gruesas y rojas en los nudillos.