CIO 5, el centro para tratar la obesidad infantil y mejorar la calidad de vida del niño

El centro proporciona atención con una endocrinóloga infantil, una nutrióloga, un chef, una psicóloga y un especialista en educación física

La Lima, Cortés.

La obesidad infantil es un problema familiar y de país, esto hace que la calidad de vida sea deficiente para ellos, ya que pueden padecer de forma temprana enfermedades crónicas como diabetes tipo 2, hipertensión arterial y otras.

El hospital La Lima Medical Center creó hace un año la Unidad Integral de Obesidad y Sobrepeso (CIO5) con el objetivo de establecer un tratamiento multidisciplinario para tratar este problema. El centro está integrado por una endocrinóloga pediatra, una nutrióloga, un psicólogo, un especialista en Educación Física y un chef para tratar de forma integral cada caso.

El psicólogo Mauricio Velásquez comenta que la obesidad afecta el estado de ánimo de los menores, “ya que puede llegar a afectar la autoestima. Además, se tiende a ser víctima del bullying, constantemente los molestan mucho. Se sienten incapaces de poder realizar algunas actividades”.

Poco a poco.

El objetivo del tratamiento es que el menor haga cambios. “Tiene que enfocarse en poder generar cambios de hábitos de vida: alimenticios y estimular la actividad física”, detalla Velásquez.

El tratamiento psicológico en los niños es trabajar en un proceso de reestructuración cognitiva, esto significa “cambiar algunos pensamientos relacionados a la comida, y trabajar en la estima del menor, la relación en familia y enseñarle técnicas de autocontrol emocional”, explica Velásquez.

“Estos cambios de mentalidad no solo deben ser del niño, sino que los padres también tienen que hacer este cambios en la alimentación, puesto que son los padres los que compran los alimentos”, afirma el especialista.

Hyezel Orellana, especialista en Educación Física, explica que se busca cambiar el estilo de vida sedentario, “limitar el uso de los videojuegos, estar frente al televisor o con aparatos electrónicos para que pueda hacer una actividad física”.

Los niños aprenden ejercicios como aeróbicos, baile y diferentes juegos, los cuales pueden hacerlos durante una hora al día para estar en movimiento.

Orellana detalla que “pueden hacer ejercicios que lo divertirán y le ayudarán a bajar de peso. Tres días a la semana asisten al centro para hacer ejercicios físicos específicos y en su casa deben seguir una rutina”.

Aprenden a cocinar.

Susan Jerezano, chef, explica que los niños y adolescentes reciben una vez a la semana un taller de cocina. “El objetivo es que ellos aprendan a cocinar sus alimentos y que lo hagan de una manera saludable”.

Con las instrucciones que se le dan ellos pueden preparar sus meriendas escolares, las comidas grandes y meriendas. “Aprenden a elaborar postres bajos en azúcares”, detalla.

Jerezano indica que “el objetivo es que los niños pierdan el miedo a cocinar y utilizar de forma segura los utensilios de cocina. Asimismo, que se desenvuelvan y preparen sus alimentos sanos a fin de lograr su objetivo”.

Se sugiere que los padres acompañen al menor de edad en estos cambios que está haciendo para mejorar su vida. Adoptar hábitos sanos no es sencillo, pero con la ayuda de los padres el niño logrará su objetivo de bajar de peso y mejorar su salud.

La Organización Mundial de la Salud (OMS)

1. La obesidad infantil es uno de los problemas de salud pública más graves del siglo XXI.

2. Los niños obesos o con sobrepeso tienden a seguir así en la edad adulta; pueden padecer de diabetes.

3. Limitar la ingesta energética procedente de grasas y azúcares, y aumentar el consumo de frutas y verduras.

4. Hacer 60 minutos de actividad física. Establecer horario para ver televisión y el uso de tecnología.

Control de porciones

La nutrióloga Ana Espinoza comenta que los niños entre los tres y siete años ya han evolucionado en su peso, por ello es posible que haya un rebote importante de adiposidad en ellos. Si en esta etapa no sufren de obesidad tienen probabilidades de no padecerla.

Si el peso de los niños de tres a seis años es superior a lo normal, tienen el riesgo de ser obesos.

Si el padre alimenta mal al infante, este acostumbra su paladar a esos sabores y no aceptará los saludables. Cuando se desean hacer cambios por alimentos sanos tiende a rechazarlos.

Otro problema es que los padres clasifican los alimentos según sus gustos. Si a él no le gusta una comida asume que a su hijo también, y no dejan que el pequeño pruebe otros alimentos.

Soluciones familiares

Otro factor de riesgo para que el pequeño sea obeso es que ingiera porciones de gran tamaño, ya que estas no están de acuerdo con su edad y peso.

Por lo general, estos niños comen igual que los padres. Las cantidades que debe comer un niño son diferentes a las del adulto. El padre es necesario que aleje de su mente la frase “entre más gordito, más sano”, pues eso no es así.

Los menores que sufren de obesidad deben contar con el apoyo de los padres para establecer hábitos de alimentación saludables y mejorar su vida.