Pastor evangélico quemó viva a su hija de 4 años; recibe cadena perpetua
El pastor y su pareja rociaron a su hija con gasolina y le prendieron fuego; fueron condenados a cadena perpetua.
- 20 de mayo de 2025 a las 00:00 -
Las autoridades argentinas condenaron recientemente a cadena perpetúa a un pastor evangélico y su pareja, identificados como Andrés Bustamante y Gimena Julieta Córdoba, quienes fueron acusados por el homicidio de su pequeña hija en el año 2021.
En el juicio, que duró más de un año, las autoridades pudieron demostrar que la pareja golpeó a la niña, identificada como Zoe, y posteriormente le prendieron fuego, pese a que la menor seguía con vida. Además, se probó que ambos violentaban a la pequeña de forma habitual durante el año que estuvieron juntos como pareja.
El asesinato de la niña ocurrió el pasado 13 de noviembre de 2021, cuando Gimena Julieta atacó a su hija en su casa del barrio Loteo San Andrés, en Argentina. Según confirmaron los forenses, la niña sufrió fracturas en el cráneo, mandíbula, costillas y un brazo. Para ocultar las evidencias del maltrato, su madre, con la colaboración de Bustamante, quemó el cuerpo de Zoe en el patio de la vivienda. Sin embargo, se demostró, de acuerdo con los peritos, la pequeña aún estaba con vida cuando fue incinerada, muriendo por asfixia e inhalación de humo.
El caso de Zoe no solo causó indignación entre la población por la magnitud del crimen, sino también por el historial de alertas ignoradas por las autoridades. La niña había vivido con su familia paterna durante sus primeros años debido a que su madre la había abandonado siendo un bebé, pero años después reclamó su custodia.
A pesar de las siete denuncias presentadas por los abuelos y el padre, advirtiendo sobre los riesgos de devolverla a un entorno de violencia y negligencia, las autoridades no intervinieron adecuadamente y le entregaron la custodia a la mujer.
Gimena Julieta vivía en condiciones de extrema pobreza, era adicta a las drogas y ejercía la prostitución. Además, en aquel entonces vivía con Andrés Bustamante, un falso pastor evangélico de 74 años, quien le brindaba apoyo económico a Córdoba y le alquilaba la casa donde ocurrió el crimen. Durante el juicio, se expuso que mantenían una relación utilitaria basada en el dinero y compartían la vivienda juntos.
Tras su arresto, ambos fueron analizados por psicólogos y psiquiatras, quienes determinaron que Córdoba fue diagnosticada con una personalidad psicopática, incapaz de generar vínculos afectivos, incluso con su propia hija.
Bustamante, por su parte, fue descrito como un manipulador con rasgos psicopáticos, que utilizaba su supuesta fe religiosa para justificar sus acciones; aunado a ello, el hombre fue hallado coautor del crimen por aportar el combustible, el encendedor y participar en la incineración del cuerpo de la pequeña niña.