California, Estados Unidos
El año que finalizó ayer estuvo marcado por una serie de explosivos enfrentamientos entre las celebridades más mediáticas.
La rivalidad que más titulares acaparó en los últimos doce meses fue la de las raperas Nicki Minaj y Cardi B.
En un principio, su enemistad había quedado patente a través de sutiles comentarios y acusaciones veladas en la esfera virtual, motivadas por el empeño de la primera en que su compañera de profesión le mostrara respeto por ser una pionera en la escena rap y la negativa de la segunda a complacerla, pero en septiembre el problema alcanzó nuevos niveles cuando, en una fiesta neoyorquina organizada por la revista Harper’s Bazaar, Cardi se encaró con la intérprete de Anaconda y llegó a lanzarle un zapato.
Poco después, la “agresora” justificó su actitud alegando que su rival había “cruzado la raya” al burlarse en varias ocasiones -públicamente y en redes sociales- de sus aptitudes como madre, a pesar de que ella le había afeado su comportamiento en un encuentro anterior y ella le había respondido asegurando que jamás haría algo parecido para tratar de calmar los ánimos.
