Managua, Nicaragua.
Daniel Ortega, presidente de Nicaragua, anunció ayer que buscarán fondos para desarrollar sistemas de riego en el campo para los cultivos en época de sequía, que amenaza por segundo año consecutivo la producción agrícola del país.
Hay que “multiplicar todos nuestros esfuerzos del Estado nicaragüense y la comunidad internacional para que podamos enfrentar estas enormes dificultades que tenemos cuando falta el agua”, afirmó Ortega.
Nicaragua, el segundo país más pobre del continente después de Haití, carece de sistemas de riego, lo que provoca serios daños en la agricultura y la ganadería, base de su economía, cuando las lluvias son deficitarias.
“La sequía se ha convertido en una amenaza mayor para la estabilidad en las capacidades productivas” de países como Nicaragua, reconoció el mandatario.
La severa sequía que golpeó en 2014 a Nicaragua entre mayo y agosto provocó la pérdida de gran parte de la siembra agrícola que se realiza en esos meses, así como la muerte de alrededor de 2,500 reses. Según datos oficiales, solo el 36% de la población rural nicaragüense tiene acceso al agua potable.
Daniel Ortega, presidente de Nicaragua, anunció ayer que buscarán fondos para desarrollar sistemas de riego en el campo para los cultivos en época de sequía, que amenaza por segundo año consecutivo la producción agrícola del país.
Hay que “multiplicar todos nuestros esfuerzos del Estado nicaragüense y la comunidad internacional para que podamos enfrentar estas enormes dificultades que tenemos cuando falta el agua”, afirmó Ortega.
Nicaragua, el segundo país más pobre del continente después de Haití, carece de sistemas de riego, lo que provoca serios daños en la agricultura y la ganadería, base de su economía, cuando las lluvias son deficitarias.
“La sequía se ha convertido en una amenaza mayor para la estabilidad en las capacidades productivas” de países como Nicaragua, reconoció el mandatario.
La severa sequía que golpeó en 2014 a Nicaragua entre mayo y agosto provocó la pérdida de gran parte de la siembra agrícola que se realiza en esos meses, así como la muerte de alrededor de 2,500 reses. Según datos oficiales, solo el 36% de la población rural nicaragüense tiene acceso al agua potable.
