30/04/2024
01:10 PM

Crecen las ventas de pesticidas en EUA

El fenómeno genera preocupación de que los cultivos transgénicos estén perdiendo su capacidad de protección.

Tras años de declive, las ventas de los insecticidas están repuntando en Estados Unidos, conforme la siembra de maíz aumenta y una modificación genética concebida para proteger los cultivos de las plagas ha empezado a perder su eficacia.

El auge en las ventas es una bendición para los fabricantes de pesticidas, como American Vanguard Corp. y Syngenta AG. Pero ha desatado nuevas preocupaciones entre grupos medioambientales y científicos de que uno de los beneficios más promocionados de los cultivos genéticamente modificados —que reducen la necesidad de pesticidas químicos— se está disipando. Además, el resurgimiento de estos insecticidas podría traer riesgos para los agricultores y los insectos benéficos.

Hasta hace poco, los agricultores de maíz en EE.UU. habían abandonado en gran parte los insecticidas, gracias principalmente al extenso uso de una semilla de maíz transgénico, desarrollada por Monsanto Co. que produce sus propias toxinas para combatir plagas, pero que la Agencia de Protección Ambiental de EE.UU. (EPA, por sus siglas en inglés), asegura que son inofensivas para los seres humanos.

Las semillas modificadas, introducidas por primera vez en 2003, demostraron ser altamente eficaces contra el gusano de raíz del maíz, una larva voraz que es el peor enemigo del mayor cultivo del país. Actualmente, según el Departamento de Agricultura de EE.UU., dos tercios de todo el maíz cultivado en EE.UU. contienen el gen de Monsanto, conocido como Bt, que ataca ese gusano.

A medida que más agricultores adoptaron el grano modificado, la proporción del terreno plantado con maíz tratado con insecticidas cayó a 9% en 2010, el año más reciente con datos disponibles, frente a 25% en 2005, según el Departamento de Agricultura. Los agricultores que siguieron usando insecticidas los emplearon menos en 2010, muestran los datos.

Sin embargo, el año siguiente, entomólogos en la Universidad Estatal de Iowa y la Universidad de Illinois comenzaron a identificar gusanos que eran inmunes al gen de Monsanto, y hallaron que estas plagas resistentes se habían propagado por la región Centro-Oeste de EE.UU. Ahora, muchos productores han concluido que necesitan fumigar sus cultivos no solo para eliminar los gusanos de raíz del maíz que se han vuelto resistentes al Bt, sino también para combatir la propagación de otras plagas.

Otro factor que está impulsando el uso de insecticidas es el aumento en el área plantada con maíz, motivado por los altos precios a los que se cotiza el grano hoy en día, casi el doble que sus niveles históricos. Los agricultores estadounidenses sembraron 39,3 millones de hectáreas de maíz el año pasado, la mayor cantidad desde los años 30 y un aumento, comparado a los 30,6 millones en 2001.

El gobierno estadounidense no hace un seguimiento al uso anual de pesticidas, pero American Vanguard y FMC Corp., con sede en EE.UU., y la suiza Syngenta, que representan más de tres cuartos del mercado estadounidense de insecticidas agrícolas, reportaron ventas significativamente más altas en 2012 y en los primeros meses de este año.

Syngenta, uno de los mayores fabricantes de pesticidas del mundo, informó que las ventas de su principal insecticida para el maíz se más que duplicó en 2012. Su director financiero, John Ramsay, atribuyó el alza al “mayor conocimiento del productor” sobre la resistencia del gusano en EE.UU. Las ventas de insecticidas de Syngenta subieron 5% en el primer trimestre, a US$480 millones.

En los últimos 10 años, American Vanguard compró una serie de tecnologías y empresas de pesticidas, en una apuesta a que la demanda por los insecticidas repuntaría cuando el maíz Bt comenzase a perder su eficacia. Esa apuesta está dando sus frutos.

La empresa, de California, divulgó que su facturación con los insecticidas de suelo saltó 50% en 2012 y su ganancia, 70%. Sus ventas de insecticidas subieron 41% en el primer trimestre, a US$79 millones, crecimiento alimentado por el pesticida del maíz.

FMC, de Filadelfia, registró un alza de 9% en las ventas del primer trimestre en su división agrícola, que incluye insecticidas e herbicidas, tras un alza de 20% en el cuarto trimestre.

“Toda la industria está experimentando un repunte”, señaló Aaron Locker, director de marketing de FMC, que reportó una facturación anual de más de US$3.000 millones.

En Brasil, las ventas de pesticidas agrícolas en general han visto un crecimiento a la par del aumento de la producción. Para el maíz, en particular, las ventas ascendieron el año pasado 23,5% en relación a 2011, a US$915 millones, según datos de Sindag, una asociación del sector.

Además, ya se han identificado algunos núcleos de gusanos inmunes en Brasil, aunque el fenómeno aún no ha adquirido la misma proporción que en EE.UU. porque el maíz Bt fue introducido más tarde en el país, en 2008, señala Flavio Hirata, de la consultoría de agronegocios Allier Brasil.

“Cuanto más se usa (el transgénico), más se propicia el desarrollo de la resistencia”, dijo Hirata, que calcula que 80% de las cosechas de maíz del país usan actualmente semillas transgénicas.
Monsanto, la mayor empresa de semillas en el mundo por ingresos, se convirtió hace 10 años en la primera compañía en vender a agricultores un maíz resistente al gusano de raíz y ha licenciado el gen Bt a otros productores de semillas.

La compañía afirma que sigue recomendando que los agricultores roten sus cosechas de maíz con otros cultivos como la soya, lo que “rompe el ciclo del gusano de raíz”. También afirmó que ella y otras empresas están vendiendo semillas con más de un factor resistente al gusano de raíz.

Científicos han confirmado que este gusano solo es resistente a la semilla de maíz de Monsanto que incluye solo un factor. Por eso, la empresa está sustituyendo esas semillas convencionales por una versión con múltiples factores de resistencia. Además, asegura estar desarrollando una nueva tecnología para combatirlos, que espera sacar al mercado para fines de la década.

Sin embargo, algunos agrónomos creen que la resistencia del gusano de raíz podría ser un problema persistente. La EPA ya ha advertido que los gusanos de raíz que han desarrollado resistencia a las primeras semillas transgénicas de Monsanto son más propensos a volverse resistentes a otras versiones.

Entomólogos y agrónomos aseveran que la población de otras plagas, distintas al gusano de raíz, está viendo una gran propagación en muchas regiones de EE.UU. porque los agricultores siembran maíz cada año, y porque algunos dejaron totalmente de usar pesticidas cuando adoptaron el maíz Bt de Monsanto, a pesar de que no está diseñado para combatir otras plagas.

—Luís Garcia contribuyó a este artículo