En América Latina se calcula que el 60% de la población trabajadora labora para empresas con cinco o menos empleados. En el caso de Nicaragua generan alrededor de 1.6 millones de puestos de trabajo.
Este segmento contribuye al 40% de las exportaciones y el 35% del producto interno bruto (PIB), según el Consejo Nicaragüense de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa (Conimipyme).
De acuerdo con el último informe sobre innovación del Banco Mundial, si bien la creación de empresas en la región es elevada, las compañías que sobreviven crecen a una velocidad mucho más baja que sus pares en otras regiones.
Una de las principales razones es la falta de financiamiento ante la necesidad de tecnificarse, elevar la calidad y adoptar nuevas tecnologías.
Por esos desafíos, el Ministerio de Fomento, Industria y Comercio (Mific) ayudó la semana pasada a 850 mipymes con apoyo del Banco Mundial. Las compañías seleccionadas recibieron financiamientos parciales para la compra de equipos y mobiliarios, entrenamiento para actividades básicas como mercadeo, higiene y capacitación técnica, según las necesidades de su producción.
“Tuvimos talleres sobre cómo elaborar los productos, hacer un control contable y tener publicidad”, dice Norma Narváez, una emprendedora.
