El pueblo hondureño se desveló y vibró con la décima victoria de Miguel González. Esta vez tenía un sabor especial. Era la primera en suelo hondureño.
La euforia por el triunfo tuvo un toque mágico. Los aficionados se lanzaron sobre el cuadrilátero para darle al Muñeco besos, abrazos, un billete de L500 y, lo más sobresaliente, a uno se le ocurrió coronarlo como el rey de ese pueblo que esperó hasta las 12:45 am del viernes para ser testigo de esa hazaña histórica.
“La corona no me la esperaba. Rey, solo el de arriba. Me gustó el gesto, pero sigo tranquilo, aunque esta fue una emoción diferente al resto de peleas. Estaba con mi gente. Sus gritos me hicieron sentir en el ring un fuego dentro del cuerpo”, comenzó diciendo Miguel.
A la gente no le importó que el gane no fuera mediante la vía del “cloroformo” (nocaut). El guatemalteco Juan José Choc salió respondón a pesar de ser un desconocido que llegó diciendo que tenía un registro de ocho peleas profesionales sin comprobar, por lo que se le extendió una licencia provisional y se le acreditó el combate como el primero de su carrera.
“Los dos tuvimos la oportunidad de noquear. Traté de puntuar con golpes estratégicos, me le moví a los lados cuando consideré que tenía ya ganada la pelea”, siguiendo indicaciones del entrenador Roberto Martínez.
González se declara orgulloso de ser ahora el boxeador hondureño que disputó oficialmente la primera pelea profesional en tierra patria. El 28 de junio de 2012 queda para la historia. Unos tres mil pagaron para presenciar el hecho y miles más siguieron la transmisión en directo por la frecuencia de televisión local y cable.
“Me siento como si hubiera logrado un título mundial”, afirma el deportista de Nueva Armenia acerca de esa noche memorable.
La preparación en el previo del combate no fue la más adecuada, particularmente porque le extrajeron cuatro muelas, “eso me hizo sentir más liviano”, bromeó.
Le tocó enfrentarse a Choc, que se subió al cuadrilátero con mucho mayor peso que las 130 libras pactadas contra el contrincante original, el nica Miguel Corea, en el papel de mejor nivel, pero las autoridades migratorias no le autorizaron ingresar con una contraseña de cédula.
De una u otra forma, el invicto sigue creciendo, “desde la segunda pelea sé que lo pongo en riesgo. Demostré que nadie me regala nada”, sentenció.
El día después
González compartió con GOLAZO las siguientes horas tras la velada. Durmió de 3:00 am a 7:00 am. Un rato después se subió en la parte trasera de un rapidito para despistar a la gente y llegar tranquilo a la sampedrana colonia 6 de Mayo, vecina de la Rivera Hernández, donde lo esperaban sus paisanos y familiares, quienes le cocinaron un arroz con pollo guisado de almuerzo.
Por la tarde llegó a la Redacción de LA PRENSA, donde siguió contando anécdotas de la décima y ya se viene la undécima contra un mexicano, siempre en San Pedro Sula.
Dato
El 358 es el lugar de Miguel González entre 1,191 peleadores en el mundo, según los datos de la página BoxRec.
18 agosto, fecha prevista inicialmente para la próxima pelea, contra un mexicano. Sería siempre en San Pedro Sula, en un escenario por definir.
