29/04/2024
12:34 AM

Milthon Chávez, el rey de la cabalgata de Honduras

Milthon Chávez tiene más de millón y medio de seguidores en las redes sociales y es uno de los personajes más famosos del país

San Francisco, Atlántida

La fuerte lluvia de aquel sábado en San Francisco, Atlántida, no lograba opacar la recia figura del jinete sobre una imponente yegua frisona, que destacaban entre los otros participantes del esperado desfile hípico.

Al verlos pasar, la gente apostada a ambos lados de la calle, echa rápida mano de sus celulares para captar el espectacular cuadro del hombre y su ejemplar azabache con el fin de hacerlos cabalgar por sus redes sociales.

Luciendo su sombrero de alas abiertas , sentado en una elegante montura de pico color dorado, una vestimenta impecable de color blanca ajustada que resalta su cuerpo definido a base de ejercicio, Milthon Chávez, un caballista originario de Tocoa, Colón, causa sensación cada vez que participa en esas cabalgatas festivas.

De barba limpia, bien delineada y con espuelas de color dorado afianzadas a sus botas vaqueras, el hondureño está marcando tendencia en el deporte hípico por su peculiar estilo y el marcado ranking que destacan las redes sociales en las que afirma mantenerse en primer lugar.

“Después de mí la más seguida en las redes sociales es Milagro Flores, la periodista de HCH”, cuenta orgulloso pero con modestia, porque él mismo asegura que no es engreído aunque alguna gente tiene ese concepto pero asegura que cuando lo tratan se dan cuenta que es un hondureño más, un hombre sencillo.

Milthon es uno de los hombres más famosos del país.

En instagram tiene más de millón y medio de seguidores, en Tiktok le siguen medio millón, más sus admiradores de Facebook. Tampoco por eso se cree el mejor jinete.

“Sí creo que con mi estilo propio, único y auténtico, he marcado una tendencia, le he dado a esto un empuje y dinamismo diferente”, relata con convicción el aclamado personaje.

A este connotado abogado con especialidad en derecho laboral y que pronto comenzará una maestría en derecho penal, su pasión por montar a caballo le nace a los 7 años, cuando visitaba un hato de ganado propiedad de su padre quien además era transportista.

“La primera vez que participé en un desfile hípico fue hace 17 años, no se me olvida que en esa ocasión monté un caballo prestado del doctor Nahín. Mi primer caballo se llamó Moro”, recuerda con nostalgia Chávez quien casi se ha presentado en todos los departamentos de Honduras donde le han dado homenajes y próximamente será protagonista más allá de nuestras fronteras, pues ha sido invitado para que lleve su show a Nicaragua y Guatemala, dos países que ya están imitando su estilo, cuenta este personaje.

Las exhibiciones que más ha disfrutado son la de Sonaguera, Colón, por tener un público exageradamente desbordante y la de La Ceiba que es como un juego de poderes y donde tres veces seguidas ha sido condecorado con el primer lugar de forma consecutiva.

Milton es muy querido por grandes y pequeños.

“Me siento orgulloso de eso pero no lo presumo, tengo respeto por los demás compañeros, además no tomo esto como una competencia, para mí es un hobby, un relax aunque es bonito recibir reconocimientos y halagos”, dice el tocoeño quien esconde un poco de misterio luciendo anteojos que calzan perfecto en su rostro.

Luego añade: “La gente me ve como el mejor jinete quizas por mi presentación pero si me creo eso terminaré quedando loco, voy a dejar de disfrutar si entro en competencia porque algún día llegará otro mejor, màs alto, con mejor caballo, más atractivo y con mejor postura porque aquí hay campo para todos. Lo mío solo es una pasión por los caballos, por montar”.

Mientras hace bailar a su ejemplar gigante holandés, las chicas le lanzan piropos y él se deja consentir y querer, les responde con besos y extiende sus manos para saludarlas.

En principio trasladarse a cada presentación le implicaba un gasto por lo menos de 10 mil lempiras pero ahora los que lo invitan, que son en su mayoría alcaldes municipales y diputados, le pagan los costos de la movilización y lo blindan, le dan un trato de rey que incluye seguridad personal policial para él y sus 15 asistentes que le ayudan a trasladar y a preparar su yegua que vale más de 100 mil dólares y gasta 10 mil lempiras mensuales en el cuido del animal por el que una vez una mujer residente en San Pedro Sula, pero originaria de Copán, lo tentó ofreciéndole 100 mil dólares en efectivo pero los rechazó.

“Me daba 70 mil dólares en ese momento y otro día los restantes 30 mil pero si yo recibía ese dinero me matan ahí mismo”, comenta impresionado. El jinete es muy querido y respetado por todos, “pero las señoras y los niños se mueren, se desviven por mí”, relata con orgullo para luego recordar que en Tela una mujer con su hijo especial usando silla de ruedas bajaron en cuatro horas desde una mantaña solo para conocerlo.

“Me conmovieron, cuando me contaron me bajé a saludarlos, les regalé una camisa personalizada y estaban muy felices”, relata todavía impactado por esa historia. Pero las que más asedian a este padre, casado y con tres hijos, son las jóvenes que lo piropean con frases como “papi te amo, llevame contigo”, “qué lindo eres mi amor, quisiera ser esa yegua para cargarte”, “Dios mío, me besó ese hombre, no me lavaré mis manos hasta en tres días”, “corazón, que linda esa barba, quiero acariciártela”, “mi cielo, con un beso tuyo y tu pecho me conformo”.

Tanto es el cariño y admiración por este hombre de 33 años de edad que unas 40 muchachas se han tatuado sus iniciales MCH en diferentes partes del cuerpo y también se ha conformado el grupo Fans de MCH que lo acompañan a todas partes donde se presenta.

En donde va, Milthon se gana la admiración de las damas.

“Otro de los lugares que disfrutė fue en Danlí, fui por un día y me terminé quedando una semana, la gente no quería que me viniera, me hacían sopa de gallina de casa en casa y nacatamales, fue algo lindo, fuerte con más de dos mil caballos participando. En Olancho me bajé de mi yegua y no me dejaron que me volviera a montar, tuve que caminar siete cuadras, hasta me quitaron la camisa. Me siento muy querido por las muchachas, me he ganado el cariño y respeto de ellas a nivel nacional pero mis compañeros jinetes son también muy queridos, tengo respeto por ellos “, relata el coloneño.

Confiesa que disfruta más el ambiente de los pueblos porque siente que la atención de la gente es más bonita y el cariño más sincero. No encuentra el término para definirse pero no alardea de ser un famoso, “las jóvenes dicen que soy guapo y que les gusto, pero yo solo siento que soy un hombre humilde con una alma buena y bonito pero por dentro”.

A parte de ejercer la abogacía y practicar la cabalgata va al gimnasio y es político activo, “pero lo que más disfruto es el fitness, tengo seis años de ir al gimnasio dos horas al día, muy consciente que el ejercicio es vida y bienestar. Además un buen cuerpo no pasa desapercibido en ningún lado”.

Después precisa: “es mucha gente la que tiene cariño por mí, pero mi enfoque está en los niños y en las señoras de la tercera edad que se desviven cuando me miran”.

En un principio batalló con la pena de sentir mucha atracción por él pero ahora ya se acostumbró a eso. Con mucha satisfacción y orgullo dice que ha hecho muchos amigos en todo Honduras sin embargo valora más el trato de los humildes, “porque en la vida me he dado cuenta que es más probable que un luchador le haga un favor de corazón a uno y no un millonario”.

Su esposa fue quien se encargó de bautizar con el nombre de Duquesa a la yegua, animal que necesita un trato especial que implica el pago del chalán que la cuida, compra de concentrado, suplementos, vitaminas, tratamiento del pelo y limpieza de dientes.

Para la pandemia a Chávez le tocó emprender, aprovechando su influencia y su marca mandó a hacer gorras con sus iniciales MCH y se le vendieron como pan caliente, eso le hizo cuidar mucho más su imagen, se dio cuenta de lo que significa para su público, por eso en sus presentaciones no consume bebidas alcohólicas, algo muy tradicional en las cabalgatas. Como todo famoso, también cuenta que recibe críticas de algunos pocos.

“Algunos critican mi barba, otros dicen que he de ser narco y mujeriego, que soy chaparro y que visto muy mamado, pero yo manejo personalmente mis redes sociales y nunca he respondido un comentario negativo. No puedo tirármela de soberbio, soy prudente”, manifiesta.

Milthon tiene su propio club de fans en las redes sociales.

Sin creerse la última coca cola del desierto como el mismo dice, Milthon Chávez sigue cabalgado, ahora para hacer felices a sus fans más allà de nuestras fronteras donde su nombre y fama ya trascienden fuertemente.