La lectura, y relectura, de “El infinito en un junco” de Irene Vallejo, ha traído a mi memoria algunos de los momentos en los que comenzó y se consolidó un romance que supera las cinco décadas: el que he
Tenía yo ocho años, y cursaba tercer grado de primaria en la Manuel Bonilla de Juticalpa, cuando inauguraron la biblioteca escolar. Destinaron el espacio equivalente a dos aulas y, en los estantes,