El triunfo este domingo de Gustavo Petro, exmilitante de la guerrilla M-19 y exalcalde de Bogotá, marcó un hito en la historia de Colombia, la democracia más antigua de América Latina, donde jamás ha gobernado la izquierda, y abre la puerta a una nueva era en un país azotado por la injusticia social, la violencia armada, el narcotráfico y los altos niveles de corrupción.