Cambiando la alimentación podemos revertir la inflamación crónica y con ello despedirnos de los dolores corporales, el cansancio y la tendencia depresiva.
La enfermedad podría afectar hasta un 15 % de la población sana. La alimentación juega un papel clave en el tratamiento del SIBO para reducir los síntomas, evitar la desnutrición, pérdida de peso y deficiencia de nutrientes.
Los diagnósticos y tratamientos de las enfermedades digestivas han tenido grandes avances en los últimos años. La integración de la Inteligencia Artificial en la detección de enfermedades gastrointestinales se podría ver en el corto plazo en los países de nuestra región.