La cárcel para 20.000 privados de la libertad, según lo anunció en junio la presidenta hondureña, será construida en una zona remota entre los departamentos de Olancho y Gracias a Dios.
Isabel Albaladejo, representante de la Oficina de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Honduras (OACNUDH), señaló además que con las dos nuevas cárceles se privaría a los reclusos de “derechos al contacto con el exterior, salud, garantías judiciales y protección de la vida e integridad personal”.
“Construir una cárcel en Islas del Cisne no resolverá el problema de inseguridad que hoy por hoy afecta a millones de familias hondureñas”, dijo la esposa del expresidente de Honduras Juan Orlando Hernández.
En primera instancia se iba a invitar a 10 empresas para que participen en la licitación, pero el número se ha reducido a la mitad en virtud de la capacidad de las empresas.
El hondureño Rashid Mejía es el presidente de la organización “Una Sola Voz por Honduras” y constantemente realiza cuestionamientos en contra de las decisiones del actual Gobierno que dirige Xiomara Castro.
El ministro de Defensa, José Manuel Zelaya, dijo que en la cárcel que se construirá en Islas del Cisne “estarán los reos peligrosos, líderes de maras y pandillas, y corruptos que van a pasar el resto de sus días totalmente aislados e incomunicados”.