Parece que te cuesta controlar tu enojo y eso te trae problemas. No has aprendido a tolerar que las cosas sean diferentes de como las quieres.
Primero, debes pensar y después actuar. Si aprietas los puños o se calientan tus orejas, debes inspirar y exhalar aire varias veces para tranquilizarte. Vete del lugar si puedes y trata de pensar con calma. Así que empieza a intentarlo y lo lograrás.