Tiene la misma pinta que su padre biológico, camina de la misma forma, su cara y sonrisa son muy parecidas a las de su progenitor y además es un goleador nato, pero no tiene su apellido. Jonathan Reyes es un chico de 15 años que desde 2002 golea en las ligas menores de La Lima, en el anonimato, hasta que el Marathón lo contrató la semana anterior.
Opine en Nexos