Uso excesivo de las redes sociales intensifica trastornos mentales en niños

Aunque las redes sociales tienen aspectos positivos, su uso descontrolado puede tener consecuencias devastadoras en la salud mental de los jóvenes. Es responsabilidad de todos encontrar un equilibrio entre la vida en línea y offline

Foto: Foto: La Prensa

Expertos subrayan la necesidad de una intervención temprana y la implementación de medidas preventivas para salvaguardar la salud mental de los niños

mar 11 de junio de 2024

4 min. de lectura

Tegucigalpa, Honduras.-

Las redes sociales, que alguna vez fueron únicamente plataformas de conexión, se han convertido en campos minados para la salud mental de niños y adolescentes, revelando una verdad incómoda: su uso descontrolado profundiza trastornos psicológicos en las generaciones más jóvenes.

El problema principal radica en la diversidad del contenido existente, donde los algoritmos no identifican la edad o el estado mental del usuario para ofrecer ciertos temas, permitiendo que los jóvenes tengan acceso a contenido potencialmente peligroso.

Además, el desconocimiento de los riesgos por parte de los padres de familia, así como la presión social para permitir el acceso a las redes sociales a temprana edad e inclusive, el uso de dispositivos como método para mantener a sus hijos ocupados incide en la problemática.

Para los expertos consultados por LA PRENSA Premium se considera una ciberadicción cuando los jóvenes pasan conectados a las plataformas durante períodos de tres horas o más de manera continua, visualizando material no educativo.

El uso excesivo de las redes sociales puede llevar al desarrollo de diversas patologías, como ansiedad, depresión, problemas de sueño, trastornos de déficit de atención con o sin hiperactividad (TDAH), desórdenes alimentarios como anorexia y bulimia, conductas adictivas y, en los casos más extremos, ideas suicidas.

Estas comienzan a desarrolarse entre los de 8 a los 18 años, pero también se pueden presentar desde edades menores, cuando los niños empiezan a tener acceso a dispositivos móviles y redes sociales.

$!El uso en exceso de las plataformas puede provocar en los menores diversas patologías mentales.

Contenido

Según el informe “Digital 2024: Global Overview Report”, a principios de 2024, en Honduras había 7.3 millones de usuarios de Internet. La plataforma más utilizada era TikTok con 4.55 millones de usuarios, seguida por Facebook, con 4.25 millones, e Instagram, con 1.8 millones. En las tres plataformas predominó el género femenino.

Estas redes sociales captan la atención de los jóvenes gracias a su capacidad de interacción y al contenido visual ofrecido a través de videos cortos, un formato especialmente atractivo y adaptado a las preferencias de las nuevas generaciones.

Esta combinación de elementos ha contribuido a su popularidad y al tiempo significativo que los usuarios pasan en ellas con un scroll infinito que al mover con sutilidad el dedo gordo, ofrece un contenido inagotable.

300

menores al mes se atienden en el Hospital Mario Mendoza,

la mayoría con diagnósticos de depresión y ansiedad

Sin embargo, detrás de esta popularidad, los expertos advierten sobre el impacto negativo que ciertos tipos de contenido pueden tener en la salud mental de los menores.

”Los contenidos más perjudiciales para la salud mental son los que contienen violencia, sexualidad, los que promueven conductas de riesgo (como el abuso de sustancias o autolesiones), ciberacoso (bullying) y material que refuerce estándares de belleza irreales o ilusos”, explicó Ernesto Gálvez, psicólogo clínico de patologías emocionales y abordaje de trauma.

Aunque redes sociales como Instagram o TikTok insisten en tener restricciones de edad, la verdad es que su método de verificación se limita a una simple pregunta al iniciar sesión en un dispositivo, lo que no garantiza que los usuarios sean realmente mayores de 13 años.

Asimismo, la psicóloga clínica Fanny Ordóñez destacó la creciente desinformación que existe en redes sociales, lo que puede ocasionar que menores adopten un comportamiento ilegal o peligroso tanto para ellos como para terceras personas. “Se ve afectado el amor propio también, además adquieren pensamientos obsesivo compulsivos, rasgos perfeccionistas y algunas dismorfias corporales”, expresó.

Para ambos especialistas es vital evitar que los menores consuman contenido que refuerce estándares de belleza irreales o ilusos como aquellos que glorifican la violencia, muestran escenas explícitas sin contexto educativo, o incitan al comportamiento agresivo. Es decir, programas que desafían autoridades, valores morales y civiles.

" ”Las redes sociales que más utilizan los niños son Instagram, YouTube y ahora están embelesados con el TikTok” "

Patologías

Los síntomas y conductas más comunes observados por expertos en menores que usan en exceso las redes sociales incluyen baja autoestima, aislamiento social, dificultades para conciliar el sueño, cambios de humor repentinos, agresividad, bajo rendimiento académico e inclusive solicitar o tomar dinero de sus padres sin justificación.

”También se han observado comportamientos de comparación social y búsqueda constante de validación a través de un like (me gusta, reacción en publicaciones de redes sociales) y comentarios favorables, que, si son desfavorables, pudieran manifestarse conductas de muy poca tolerancia a la frustración”, afirmó Gálvez.

Estas conductas por pasar demasiado tiempo frente a las pantallas son señales de que el menor puede haber desarrollado enfermedades y condiciones psicológicas como la ansiedad, la depresión, trastornos del sueño y de déficit de atención e hiperactividad (TDAH) y conductas adictivas hacia los videojuegos.

”Estos problemas pueden persistir y agravarse durante la adolescencia, especialmente entre los 12 y 18 años, que es un período crítico de desarrollo social y emocional. Además, a nivel neurológico también existe un impacto en la atención, control de los impulsos y regulación emocional”, agregó Gálvez.

Atenciones

En Honduras la estructura del sistema de salud mental consiste en 31 establecimientos de salud mental ambulatorio, un solo centro de Hospital de Día, y tres hospitales psiquiátricos (Mario Mendoza, Santa Rosita, ambos ubicados en Tegucigalpa y Juan de Dios en San Pedro Sula). Sin embargo, el país no cuenta con unidades de hospitalización psiquiátrica en hospitales generales.

De acuerdo con la doctora Melissa Mejía, especialista en rehabilitación, el 80% de la población infantil que tiene un trastorno no ha recibido atención médica oportuna.

En respuesta a esta situación, Mejía enfatizó la necesidad de contar con profesionales capacitados y con experiencia en la atención de infantes, con el objetivo de mejorar el acceso a servicios de salud y la inclusión en el sistema educativo.

”Si el recurso humano es la base de un sistema de salud robusto, el no contar con profesionales de la salud, compromete seriamente el logro de las metas nacionales en materia de salud. A parte, la condición de país puede estar contribuyendo a contar con una alta prevalencia de discapacidad conductual e intelectual ”, lamentó.

$!La depresión es una de las enfermedades más comunes producto de las redes sociales.

Según datos de la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia (Senaf), aproximadamente el 30% de los niños que atienden sufren al menos un trastorno de este tipo.

Por su parte, el Hospital Psiquiátrico Mario Mendoza, en Tegucigalpa, atiende mensualmente a 6,000 pacientes con padecimientos mentales, de los cuales aproximadamente 300 son niños. Esto significa que, en promedio, se atienden 15 menores de entre 2 y 18 años cada día, la mayoría con problemas de depresión y ansiedad.

Además, los expertos señalan que alrededor del 30% de la población infantil del país sufre trastornos derivados del uso de las redes sociales. Teniendo en cuenta que el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) registra 2,912,578 menores de entre 3 y 17 años para este año 2024, esto significa que aproximadamente 873,773 niños se ven afectados por esta problemática.

$!Uso excesivo de las redes sociales intensifica trastornos mentales en niños
“Los mismos padres de familia son víctimas de estos síntomas, escapando de su realidad, tristemente de sus responsabilidades. Esto solo genera fisuras en la sociedad”: Ernesto Gálvez, psicólogo clínico

Métodos

A pesar de sus impactos negativos, el uso excesivo de redes sociales no está formalmente reconocido como un trastorno mental por las principales autoridades en salud mental, como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Asociación Americana de Psiquiatría (APA).

Sin embargo, algunos estudios internacionales aseguran que la adicción a las redes sociales es igual de peligrosa que la adicción al tabaco, alcohol y a las apuestas (ludopatía), es por eso que se utilizan las mismas técnicas psicológicas para tratar la enfermedad.

De acuerdo a la OMS, entre 1990 a 2013, el número de personas con depresión o ansiedad aumentó en un 50%, es decir, de 416 a 615 millones sufren de este flagelo a nivel mundial. En el caso de América Latina, el 5% de la población adulta padece de ella, pero la mayoría no busca, ni recibe tratamiento.

Para abordar los problemas de salud mental causados por el uso excesivo de redes sociales, los psicólogos clínicos emplean diversas intervenciones terapéuticas. Estas incluyen el reprocesamiento del trauma, la terapia cognitivo-conductual (TCC), la terapia familiar, y programas de manejo del estrés y la ansiedad.

Además, se forman grupos de apoyo y, en ciertos casos, se recurre a la intervención farmacológica bajo estricta supervisión médica.

Una de las terapias más utilizadas es la cognitivo-conductual, que explora el papel que juega la tecnología y las redes sociales en la vida de los menores, ayudándoles a comprender intelectualmente y a actuar en concordancia con la teoría.

4.55

millones de usuarios

utilizan TikTok en Honduras, según informe

Medidas

Para reducir la dependencia de las redes sociales en los menores, los expertos recomiendan realizar actividades deportivas, manualidades, lectura, juegos de mesa, tiempo en familia, y cualquier clase extracurricular donde desarrollen habilidades y talentos.

Si no se implementan estas medidas, el impacto a largo plazo de un menor expuesto sin freno a las redes sociales puede manifestarse en insensibilidad ante la violencia, inestabilidad emocional, conflictos interpersonales y de comportamiento, actitudes distorsionadas hacia la sexualidad y estados crónicos de depresión y ansiedad.

La psicóloga clínica Geraldina Zelaya, con amplia experiencia en el trabajo con menores, subrayó que no se deben vetar completamente las redes sociales debido a su impacto en los menores, ya que también tienen aspectos positivos que pueden contribuir a su formación si se utilizan adecuadamente.

”Ellas -las redes sociales- tienen aspectos positivos como conectarse con familiares a la distancia y acceder a información útil, pero en la parte negativa podemos ver que no hay privacidad, genera una adicción y hace que los menores pierdan tiempo en cosas que no ayudan a su formación personal”, expresó.

$!Las patologías en los menores suelen agravarse entre los 8 y 12 años de edad, dicen los expertos.

Zelaya recomendó a los padres establecer horarios a sus hijos para el uso de las redes sociales, configurar la privacidad del contenido al que pueden acceder, supervisar el contenido que visualizan, asegurarse de que no compartan información con desconocidos y fomentar la comunicación. Asimismo, buscar ayuda profesional lo más pronto posible si es necesario.

Los entrevistados instaron a las autoridades educativas y de salud a dar prioridad a este tema, ya que Honduras se caracteriza por tener una escasez de psicólogos en el sistema público (un psicólogo por cada 161 mil habitantes). Además, advirtieron que el impacto de las redes sociales en los niños está siendo subestimado.

“Les animamos a que no utilicen la salud del pueblo como un caudal electoral como se ha hecho en el pasado, sino que su gestión sea recordada por fortalecer un sistema de salud que hoy está colapsado y por mejorar la salud de la población hondureña”, expresó Mejía.

" “Estamos en una época donde la ausencia de padres que impongan reglas y límites con el uso de estos aparatos a muy temprana edad contribuye que el niño cree una adicción descontrolada a las redes sociales” "