Estructura criminal vende como comida la droga a plena luz del día en SPS

La mercancía fue movilizada desde un punto clandestino de Armenta hasta un “pozo” en las orillas del centro de San Pedro Sula para su entrega final.

Foto: Exclusiva de LA PRENSA

Las transacciones de este tipo se llevan a cabo casi al ojo público. En la imagen se muestra al vendedor de droga recibiendo el dinero y facilitando luego el producto.

lun 15 de enero de 2024

1 min. de lectura

San Pedro Sula, Honduras.

La Unidad de Investigación de LA PRENSA Premium obtuvo en plena vía pública, a través de la consolidación de una compra para fines periodísticos, tres paquetes de media onza, equivalentes a 14 gramos de marihuana tipo B, recién extraídos del “pozo” , así le denominan los grupos organizados a los centros de almacenamiento donde la mantienen oculta ante la permanente vigilancia de las autoridades.

Este hecho ocurrió justo en el momento cuando más de cuatro agentes de la Policía Nacional, a bordo de una patrulla que pertenece a uno de los distritos de la ciudad, llegaban y se estacionaban frente a un “food court” en una transitada calle de la ciudad y donde frecuentemente instalan operativos fijos.

Los uniformados estuvieron cerca de dos horas estacionados en el sitio sin darse cuenta lo que estaba pasando a su alrededor, pero previamente, un vehículo civil con dos miembros del Ejército había llegado y estacionado durante varios minutos, a unos pocos metros de donde estaban los reporteros esperando la mercancía ilícita en el mercado local.

$!Oficiales llegaron coincidentemente cuando se realizó la compra de marihuana al vendedor que había servido como enlace con la estructura.

La presencia de los agentes preventivos fue puramente coincidente en el instante en que un joven vendedor, a bordo de una motocicleta, entregaba la sustancia al equipo periodístico. Este intercambio se llevó a cabo sin la intervención o conocimiento de los uniformados presentes en la escena.

Acercamiento

La primera acción llevada a cabo fue la identificación de un vendedor de drogas de la zona a través de intermediarios, estableciendo gracias a un enlace referido el contacto por medio de WhatsApp. En dicha conversación se acordó el lugar de encuentro: una gasolinera; la cantidad de sustancia: media onza; la suma de dinero: 2,000 lempiras; y, la hora del encuentro: 9:00 am.

Transcurridos unos minutos desde nuestra llegada al lugar acordado, recibimos comunicación a través de mensajes de texto y audios, indicándonos que se había presentado un inconveniente y sugiriendo que nos trasladáramos a otra gasolinera cercana. El repentino cambio trastocaba los planes logísticos para graficar la entrega, por lo que se hicieron maniobras para mantener el control de la situación.

$!El dealer recibió previamente el dinero y tras finiquitarlo consumó la entrega del producto a LA PRENSA Premium.

Una vez llegamos al nuevo lugar para la entrega, el sonido del motor de una motocicleta sencilla resonaba cerca. Se trataba del personaje anónimo, un individuo bastante joven que vestía de manera simple con ropa de trabajo. Estimamos que su edad oscilaba entre los 26 y 32 años. Sigilosamente y observando su entorno con cierta sospecha, se aproximó en su motocicleta y se estacionó a un costado.

Su primer gesto fue ubicarse junto al copiloto, saludar con una leve sonrisa, estrechar la mano y, de inmediato, solicitar el pago antes de dirigirse velozmente a entregar la mercancía. Se le entregaron 2,000 lempiras exactos por la marihuana que en teoría es la que le venden a los “pobres” del mercado consumidor, en términos de dinero, pues según es la cifra, así también es la calidad de la sustancia.

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Después de aproximadamente 20 minutos de espera, regresó y se unió al vehículo. A lo largo de una extensa conversación de al menos una hora, compartió detalles sobre sus aficiones, utilizando claves para referirse a la actividad ilícita, y contó que en realidad se dedica a otra ocupación, legal en su naturaleza.

“Esa mota (marihuana) está buena, se le está vendiendo solo a clientes o referidos, no se vende así por así”, relató haciendo alusión a la venta del estupefaciente.

Mientras permanecía en el interior, observaba hacia distintos puntos del entorno. Dado que los vidrios del carro no contaban con polarización, la visibilidad hacia el exterior resultaba más que adecuada.

Atrasos

De repente, un tanto inquieto, extrajo su dispositivo móvil al recibir mensajes y llamadas de su contacto de una estructura criminal. Este le informaba acerca de demoras en la transferencia de la marihuana desde un punto clandestino en Armenta hasta el barrio Cabañas, y posteriormente hasta el lugar acordado para la entrega. Dicha información tomaba en cuenta la distancia, así como la presencia policial en el trayecto, implicando un desplazamiento de más de media hora desde el bulevar del norte.

$!Militares también llegaron al sitio donde se llevó a cabo la entrega y permanecieron estacionados durante varios minutos. Luego se fueron.

“¡Hey, ahora esos manes mandan (hombres) a dejar esa honda (droga) por * (delivery), se la saben todas jaja, hasta en cajas de pizza ponen un montón de tiburón (marihuana tipo B)!”, comentó el “dealer” (vendedor) con una mirada penetrante y una sonrisa irónica hacia el conductor del vehículo, quien le respondió igual. El “dealer” manifestó que “hay que esperar, me van a avisar cuando ya esté el chavalo (hombre), como esa onda no es de acá, tuve que ir a dejar el dinero donde un maje (hombre), pero al llegar la traigo rápido, es aquí a dos cuadras”, prosiguió.

Conclusión

Tras una espera considerable, todos los ocupantes del vehículo seguían atentos a los marcadores del reloj debido a la demora. En ese momento, el hombre, demostrando empatía, persistía en mirar su teléfono celular. Finalmente, recibió una respuesta afirmativa: la droga había llegado y se encontraba en el lugar de siempre. En consecuencia, abandonó el vehículo y se dirigió a un punto cercano donde se almacenaba la sustancia prohibida por la ley.

De interés
  • > El producto fue movido en motocicleta usando como fachada un bolsón de una reconocida empresa de servicio a domicilio de comidas y bebidas
  • > Antes de adquirir este producto hubo comunicación con otros vendedores, pero informaron que ya no contaban con existencias, que todo se había terminado
  • > De acuerdo con datos publicados el pasad 12 de enero por la Secretaría de Defensa en Honduras, con relación a los primeros dos años de la presidenta Xiomara Castro, se destruyeron un total de 6.5 millones de plantas de coca en 2022 y 6.7 millones en 2023
  • > La Policía Antidrogas mantiene operaciones de inteligencia para capturar a individuos vinculados a las maras y pandillas, carteles del narcotráfico y bandas independientes.

Pasó en el sitio algo que no estaba contemplado presenciar, pero que dejó en evidencia el sustancial descontrol de seguridad pública que impera. Mientras el “dealer” llegaba con el minucioso paquete, varias motocicletas arribaron casi simultáneamente a los alrededores de manera sospechosa, acercándose a los conductores de unos vehículos tipo turismos, que también llevaban un tiempo prolongado esperando, y cerca de nosotros. Esto hizo suponer que estas terceras personas, civiles en sí, también estaban aguardando la entrega de droga de parte de sus propios “dealer”.

Después de aproximadamente 15 minutos desde que el vendedor se retiró del automóvil, regresó a los alrededores de la gasolinera montado en su motocicleta. En ese momento, la patrulla de la Policía Nacional seguía estacionada muy cerca, con uno de los oficiales portando una arma larga, casco y máscara, caminando serenamente en las proximidades de nuestro vehículo. De hecho, la patrulla llegó al sitio minutos después del arribo de LA PRENSA Premium.

$!Policías ingresando a los alrededores de la gasolinera donde también estaba estacionado el equipo periodístico.

El vendedor se aproximó inicialmente al lado del conductor, entablando un breve intercambio de palabras. Se notaba que tiene mucha expertiz para hacer estos trueques por la dinámica de coordinación. Luego, se dirigió al extremo del copiloto durante unos segundos y miró que era complejo estacionar su motocicleta porque hay una acera y el espacio es reducido, por lo que finalmente regresó al lado del conductor.

De manera discreta, el joven vendedor entregó la marihuana contenida en pequeñas bolsas transparentes, extrayéndolas de su bolsillo del pantalón jean. El distintivo aroma de la sustancia fue percibido de inmediato.

El producto estaba meticulosamente embalado, y para mirar su calidad antes de salir del lugar, era necesario examinarlo en detalle sin probarlo. Esto implicaba observar la cannabis, tocarla y tomar fotografías para verificar su estado.

$!La marihuana es uno de los productos más solicitados y de amplio consumo dentro de la comunidad en San Pedro Sula.

El producto estaba meticulosamente embalado, y para mirar su calidad antes de salir del lugar, era necesario examinarlo en detalle sin probarlo. Esto implicaba observar la cannabis, tocarla y tomar fotografías para verificar su estado.

Una vez entregada la mercancía, el “dealer” mencionó que tenía algunos pendientes por hacer horas más tarde y partió “feliz” por haber concretado una nueva venta. De acuerdo con indagaciones de este medio de comunicación, las personas que trabajan bajo este perfil dentro de la cadena de distribución, llegan a recibir entre 10,000 y 15,000 lempiras mensuales, dinero extra de su trabajo principal y legal.