Tienen 20 días atrapados entre las aguas del Ulúa y el Chamelecón

San Pedro Sula

Mientras unos imploran por ser rescatados de las inundaciones y otros las evitan a toda costa, en el municipio de Choloma unos 120 pobladores de cuatro comunidades se niegan a abandonar los bordos de los ríos Ulúa y Chamelecón, donde han construido pequeñas champas a base de toldos.

Los habitantes son de los excampos bananeros de Lupo Viejo y Tibombo, Protección y Poza del Riel, quienes a pesar de estar viviendo en condiciones poco favorables, han preferido quedarse en las partes altas de los bordos.

Karla Escoto, fiscal del Centro de Operaciones de Emergencia de Choloma, señaló que los pobladores llevan más de 20 días atrapados entre las aguas de los ríos Chamelecón y Ulúa, y pese a la insistencia de los cuerpos de socorro por rescatarlos, estos no han querido salir.

“A la zona solo puede llegarse en lancha, es complicado porque están viviendo sin agua, en condiciones insalubres. Sus casas están inundadas, pero ellos tienen miedo de salirse de los bordos”.

Ayer por la mañana, después de mediar con los damnificados, las autoridades lograron que 33 salieran a tierra firme para ser llevados a los albergues, entre ellos un bebé de 28 días.

“Les pedimos que dejaran salir a las mujeres, adultos mayores y niños. La zona está inhabitable. La mayoría no quiere salir y estamos haciéndoles conciencia para que lo hagan”, agregó Escoto.

Entre las iniciativas que tiene la municipalidad de Choloma está el dar ayuda psicológica a los evacuados, esto debido a las secuelas emocionales causadas por la emergencia actual y la generada con Eta y Iota.

Alquilino Suazo (de 24 años), uno de los jóvenes rescatados ayer, manifestó que “es lamentable tener que perder nuevamente”, ya que lo poco que habían logrado recuperar tras el desastre de 2020 con las tormentas Eta y Iota, le causa impotencia y frustración.

“No estamos levantando apenas de todo lo que pasó hace dos años, ahorita viene esto y nos damos cuenta que todo lo que dicen que habían hecho en los bordos es mentira, el Gobierno está jugando con nuestras vidas y la tranquilidad”, lamentó Suazo.

Marixa Herrera, albergada de Choloma, comentó que aunque en las partes bajas del municipio los daños han sido menores a los dejados por Eta y Iota, prefirieron salir a tiempo de sus casas, aunque para eso hayan tenido que dejar abandonadas muchas de sus pertenencias. “Solo sacamos las camas y algunos electrodomésticos”, puntualizó.