Desconocidos, amigos o familiares, el perfil de los femicidas en Honduras

La mayoría de víctimas son mujeres de 20 a 29 años, quienes fueron asesinadas con saña, con armas de fuego o arma blanca. Expertas dicen que la violencia física es la antesala al femicidio

Foto: Foto: Grupo Opsa

Organizaciones de las mujeres instaron a las autoridades a investigar los crímenes para reducir la impunidad, pues se dicen que el 95% de casos no se resuelven.

lun 11 de noviembre de 2024

Tegucigalpa, Honduras

El Ministerio Público catalogó como asesinato el crimen contra Gabriela Michelle Gutiérrez Rosales, Dina Rosibel Estrada Rodríguez y Rosibel Rodríguez Martínez, pero para las organizaciones defensoras de los derechos de las mujeres se trató de un femicidio. La causa: fue cometido por hombres en una relación desigual de poder.

En este caso, las tres mujeres, una de ellas menor de edad, perdieron la vida a causa de varios disparos con arma de fuego, luego de que Yusmani Abel Licona Ruiz y Hector Noé Licona Ávila ingresaran a la vivienda en la que ellas estaban.

El crimen ocurrió el pasado 27 de noviembre de 2023, pero fue hasta junio de 2024 que detuvieron a los implicados.

Las autoridades no detallaron la relación entre las víctimas y los responsables, solo dijeron que uno de ellos fue detenido en noviembre de 2023 por portación ilegal de armas. Además, era parte de la banda “Los Pulgas”, en Guaimaca, Francisco Morazán.

En casi la mitad de los femicidios registrados en Honduras, entre enero de 2020 y octubre de 2024, el responsable no tenía ninguna relación con la víctima, según los registros del Centro de Derechos de las Mujeres (CDM).

En los últimos 5 años, un total de 1,513 mujeres perdieron la vida de forma violenta, sin embargo, en más de 700 casos parientes o amigos de las víctimas dijeron no conocer a los responsables.

Además, las cifras también muestran que en el 38% de los reportes (4 de cada 10 casos) ni siquiera se tenían indicios de quién cometió el crimen (sin datos).

Lo más preocupante, según organizaciones defensoras de derechos humanos, es cuando las muertes ocurren en el seno del hogar o los responsables son conocidos, pero no son detenidos en tiempo y forma.

El problema es que “no hay mucha información” sobre los casos, condenó Lara Bohórquez, coordinadora de la Unidad de Investigación Feminista del CDM, al mencionar que el 30% de los casos queda sin investigar.

“Generalmente (los responsables) son gente conocida y eso también es preocupante porque con los niveles de impunidad que existen no hay excusa de que no encuentran a culpables”, señaló Bohórquez.

$!Según organizaciones defensoras de las mujeres, el 30% de los casos de femicidio no son investigados, otros son catalogados como homicidio.

Impunidad

La Unidad de Datos de LA PRENSA Premium analizó cada uno de los registros del CDM, evidenciando que en los últimos 5 años, el 15% de los femicidios fueron cometidos por conocidos, parientes o familiares.

Hablamos de hermanos, parejas, exparejas, vecinos, hijos, padres, novios, esposos y hasta nietos, quienes en muchos casos, según el monitoreo de medios, realizado por la ONG, huyeron tras matar a las víctimas.

Según los registros, del total de víctimas unas 78 murieron a manos de sus propias parejas y otras 45 por exparejas. También hubo 57 casos en los que el victimario fue un amigo o conocido.

Estos casos, dependiendo de quién es el victimario, fueron categorizados como femicidio íntimo (cuando el responsable era un pariente familiar), femicidio por violencia sexual (cuando hubo abuso sexual), femicidio por delincuencia organizada (cuando los involucrados de crimen eran miembros de estructuras criminales o la víctima estaba relacionada con ellos), femicidio por violencia intrafamiliar (cuando ocurrió en el seno del hogar y fue víctima de violencia) y femicidio sin determinar, que es cuando no hay suficientes datos para incluirlos en otras categorías.

Por ejemplo, el pasado 15 de febrero de 2020, José Marcio Sierra Sierra fue acusado de tentativa de femicidio contra su expareja y tentativa de homicidio contra su exsuegra, pero fue detenido hasta 2022 y hasta mayo de 2024 fue condenado.

Según el Ministerio Público, la expareja del victimario estaba en la casa de su madre, en Quiquiste, Sabanagrande, en el departamento de Francisco Morazán, cuando él llegó y le pidió hablar, pero como ella se negó las agredió con un machete.

Cuando una persona que pasaba por el lugar se acercó a auxiliar a las víctimas, Sierra Sierra huyó del lugar.

Previo al juicio, el hombre fingió tener trastornos mentales, pero al ser evaluado por Medicina Forense se concluyó que estaba bien.

Este incidente evidencia que muchos de los responsables de femicidios o, en este caso, tentativa de femicidio, son personas cercanas a la víctima y, peor aún, lo tardío que es el proceso judicial.

Esto también fue confirmado por Bohórquez, quien aseguró que en la Corte Suprema de Justicia (CSJ) el proceso es muy lento y, además, son pocas las resoluciones condenatorias que hay en casos de femicidio.

También sentenció que “son pocos los casos que se identifican como femicidios. Generalmente, las muertes violentas de mujeres las están identificando como homicidios.

Advirtió que el mayor problema es que al catalogar estos crímenes con un delito diferente, “las penas son menos, no se identifica que es por razones de género. La verdad es que las autoridades son bastante miopes en poder analizar los femicidios”.

Nicole Ham, oficial de la defensoría de la mujer del Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (Conadeh), también mostró su preocupación por el grado de impunidad en estos crímenes, pues identificaron que el 95% de los casos no hay un responsable juzgado por el delito que cometió.

“Instamos al sistema de justicia a hacer frente común en contra de la impunidad, porque tiene que ser un trabajo en conjunto desde el Ministerio Público, la Policía, el Poder Judicial para que se pueda quitar ese alto nivel de impunidad que se maneja actualmente, porque no se hace el debido proceso, el Ministerio Público quizás no emite el requerimiento correspondiente, no se hace el proceso en tiempo y forma, entonces al final esto genera impunidad”, se quejó.

Ham mencionó que en el Conadeh han conocido casos en los que a las mujeres que denuncian violencia no se les toma en cuenta porque es el esposo es parte de la Policía o porque es un funcionario.

“Entonces no les toman la denuncia o simple y sencillamente no les creen porque dicen ‘no, es que tal vez sí se merecía que se enojara la pareja porque esta persona a estas altas horas de la noche no debería estar o porque tiene un hijo’. Entonces no toman en cuenta su renuncia y después pasa una agresión aún más fuerte, que es la pérdida de la vida de la víctima”, deploró.

$!Campañas de prevención, así como más políticas a favor de las mujeres, son algunas de las exigencias para frenar la ola de violencia contra las féminas en Honduras.

Son asesinadas con saña

“En los casos de muerte violenta de mujeres se utiliza, por ejemplo, más el arma blanca, tiene más porcentaje el arma blanca como un ensañamiento, o sea, no se asesina de un solo tiro, hay casos que son muy magnificados si es por armas de fuego, pues son múltiples disparos”, especificó Bohórquez sobre la forma en la que matan a las mujeres en Honduras.

En diálogo con LA PRENSA Premium, la coordinadora de la Unidad de Investigación Feminista del CDM aseguró que “el asesinato tiene un mensaje y es un patrón para poder seguir controlando a las mujeres”.

Esto queda evidenciado en los registros de esta ONG, en los que 944 crímenes fueron perpetrados con arma de fuego y 200 con arma blanca. Es decir, por cada 10 femicidios, 6 fueron cometidos con pistolas y 1 con cuchillos, machetes o armas cortopunzantes.

Según Bohórquez, detrás de la muerte de estas mujeres hay mucha saña, pues, además, registran casos en los que fueron quemadas, desmembradas y asesinadas de forma “grotesca” y “salvaje”.

Para el Conadeh, estos crímenes causan preocupación, especialmente cuando el gobierno de Honduras impuso un estado de excepción, sin embargo, entre diciembre del 2022 hasta el 31 de octubre del 2024,contabilizan un total de 638 mujeres que han perdido la vida a nivel nacional.

“Es bien preocupante. Prácticamente, una mujer aquí en Honduras no es segura”, lamentó Ham, oficial de la defensoría de la mujer de Conadeh.

La experta en temas de la mujer también hizo un llamado a las autoridades para adoptar nuevas medidas, ya que “el estado de excepción no está funcionando. Entonces, que se adopten nuevas medidas, que se revise bien, y para que se implementen nuevas estrategias”, sugirió.

Instó a las mujeres víctimas de violencia a denunciar los casos, ya que luego de la violencia física, la agravante es el asesinato (femicidio), por eso es necesario poner un alto.

Desde el Conadeh, según dijo, le han dado acompañamiento a muchas mujeres víctimas de violencia, pero el principal paso es denunciar a los victimarios para evitar que se cometa un crimen, sobre todo porque “no es seguro ser mujer en Honduras”.

Ham también pidió a los entes de justicia hacer su trabajo, porque hay casos en los que se sabe quién fue el responsable del crimen, el lugar en el que lo cometió y la relación que tenía con la víctima, pero no lo detienen.

Niñas y jóvenes son las víctimas

Niñas, jóvenes, adultas o personas de la tercera edad, en Honduras se registran femicidios contra mujeres de todas las edades, pero hay mayor incidencia en jóvenes.

Los registros del CDM dicen que, al analizar los casos reportados en los últimos 5 años por rango de edad, las víctimas incrementan cuando tienen 10 años o más, mientras que de 30 años en adelante disminuyen.

Desde 2020 hasta octubre de 2024, el país reportó 167 muertes en niñas y jóvenes de 10 a 19 años, mientras que los casos en los que las víctimas tenían entre 20 y 29 años fueron 308.

De los 1,513 femicidios registrados entre esas fechas, 210 mujeres tenían 30 y 39 años. También hubo 33 casos de niñas menores de 9 años.

“Sí, los más frecuentes son mujeres jóvenes, es decir, desde los 20 años de edad hasta los 35, 40. Estas mujeres generalmente tienen una hija o un hijo, menores que quedan en estado de orfandad y, pues, también hay casos de niñas muy pequeñas y esto generalmente también tiene que ver mucho con la violencia sexual o por otros patrones: violencia íntima, entonces cada edad tiene como su característica, sin embargo, los patrones son mayoritariamente mujeres jóvenes”, explicó Bohórquez.

La experta dijo que los registros permiten evidenciar cómo las mujeres son víctimas de la violencia del país, pero también desde sus hogares, por eso deben promoverse leyes, reglamentos y apoyo financiero para prevenir estos casos.

Lo mismo opinó Honorina Rodríguez, defensora de derechos humanos y participación política de las mujeres, quien aseguró que los femicidios tienen una antesala: la violencia física y sexual.

“Primero, debe haber campañas permanentes de prevención en contra de las diversas formas de violencia en contra de las mujeres, porque las violencias contra las mujeres son la antesala al femicidio. Esa es la etapa previa”, recordó.

Habló sobre la importancia de la investigación porque si los entes de justicia “realmente la hicieran como femicidio, ellos ahí se darían cuenta que todo esto es consecuencia de ciclos de violencia. Que no es que, ah, hoy encontré un hombre o una mujer en la calle, le disparó y la mató. Parece que es una muerte violenta. Yo me atrevo a decir que el 80% está precedido”, aseguró.

Rodríguez comentó que desde el Centro de Estudios de la Mujer (CEM) promueven las campañas de prevención, de esa forma se reduce la violencia y con ellos los homicidios y femicidios.

También instó a que se cree una unidad especializada de investigación de muertes violentas de mujeres, suicidios, desapariciones y otras situaciones relacionadas con ellas para que se sancione más.

“Entonces los hombres dirían, no, es que está fregado aquí, ¿verdad? Si hago esto me van a fregar. Pero claro, aquí miran que matan y matan y matan y no pasa nada”, criticó.

Rodríguez recordó que en 2013 las organizaciones defensoras de derechos de las mujeres lograron que se introdujera la figura de femicidio en el Código Penal, el problema es que las instituciones de justicia no la aplican.

En el artículo 208 de la normativa se habla de penas de 20 a 25 años para “el hombre que mata a una mujer en el marco de relaciones desiguales de poder entre hombres y mujeres basadas en el género”. Además, al cometer una agravante puede ser condenado hasta con 30 años de cárcel.