Casi 1,900 hondureños murieron en ruta migratoria: “Me dijo que hasta ahí había llegado”

En cinco años Cancillería recibió 1,878 solicitudes de repatriación. A veces cuesta ubicar a las familias de los fallecidos, explicaron autoridades

Foto: Héctor Edú

José Amador fue abandonado por el guía y sus compañeros de viaje en el desierto del estado de Texas, Estados Unidos.

mar 30 de mayo de 2023

4:58 min. de lectura

San Pedro Sula

Accidentes, secuestros, deshidratación, insolación y hasta la muerte son algunas de las experiencias terroríficas a las que se han expuesto a todos los migrantes hondureños que emprendieron el riesgoso viaje en busca del sueño americano.

Las historias son innumerables, cada uno tiene su propio testimonio y no todos narran con detalle lo que pasó. Mientras las familias sufrieron en silencio, a la distancia, por el peligro que el viaje conlleva, los compatriotas se aferraron a la fe y a la esperanza para llegar “al norte”.

El equipo de la Unidad de Datos de LA PRENSA Premium conversó con diferentes compatriotas que lograron cruzar las fronteras. Más allá de pisar suelo estadounidense están las metas que cumplir. Lo primero es “apoyar a la familia y salir adelante”, frase que coinciden en la mayoría de los entrevistados.

No todos corren con la misma suerte, los desafíos se vuelven más complejos a medida que avanzan en la ruta migratoria, algunos decidieron salir de Honduras por voluntad propia y regresaron en un ataúd como en el caso que se apresta a conocer.

Según cifras obtenidas a través de la solicitud de información SOL-SER-656-2023, la Secretaría de Relaciones Exteriores recibió 1,878 solicitudes de asistencia a ciudadanos que fallecieron en la ruta migratoria a los Estados Unidos desde 2017 a 2022.

Del total antes mencionado 1,317 eran hombres y 563 mujeres.

Con estos números como evidencia, el fenómeno del desplazamiento interno por violencia está provocando que miembros de muchas familias y grupos vulnerables abandonen el país en busca de una mejor calidad de vida o, al menos, para resguardarse, según la defensora de Derechos Humanos Sandra Zambrano.

Dolor

José Amador (nombre ficticio), de 46 años y residente en San Manuel, Cortés, salió el sábado 11 de junio de 2022 rumbo a los Estados Unidos. Días previos tomó esa fatídica decisión sin el consentimiento de la familia y emprendió el viaje que, según él, iba resuelto a lo que tocara.

De acuerdo con el relato de la esposa, Elvia Canales (nombre ficticio), José se mantuvo en constante comunicación desde que salió de casa y al parecer todo iba bien. Durante el cruce de Guatemala y México, no hubo ningún atraso, el coyote tenía todo controlado para tener paso libre en algunos retenes policiales.

$!Panorama de la cuadra donde vivía José y de donde salió rumbo a Estados Unidos en busca de sus sueños.

¿Cuánto le cobró el coyote a su esposo?, se le preguntó. “Le cobraban 11,000 dólares, pero como no lo entregaron solo pagó 4,000 (dólares)”, cantidad equivalente a casi cien mil lempiras al cambio actual.

Tardó un mes para llegar a la frontera y tocar suelo americano. Fue un martes 12 de julio, un día muy soleado y caluroso en Texas, Estados Unidos. El agotamiento era aterrador y quedó constatado en los mensajes que José intercambió con su familia.

“Me mandó un audio de angustia y me dijo que ya no aguantaba, él dijo que ya lo había logrado, pero faltaba menos de cinco horas para llegar”, expresó Elvia con tono de voz quebrantado como reviviendo esos momentos de incertidumbre.

Según su relato, el compatriota había acordado avisar a su esposa y a los parientes que lo recibirían ese mismo día, pero un fuerte dolor en la parte izquierda del pecho lo atacó. No logró avanzar y los compañeros de viaje junto con la guía lo abandonaron en pleno desierto.

¿Cuál fue el último mensaje que le envió? “Me dijo que hasta allí había llegado y que todo fuera la voluntad de Dios, en el audio se escuchó muy mal, desde allí no volvió a contestar ningún mensaje”, aseveró Canales.

Por más intentos que hizo la familia para avisar al servicio de emergencia 911, no fue posible por el idioma. El sueño americano había terminado para José, las fuerzas se agotaron y su cuerpo quedó en el desierto de McAllen, de Texas, murió por insolación según la autopsia.

José Amador fue repatriado el 1 de abril del presente año, ocho meses después que los agentes migratorios localizaran el cuerpo. Cancillería respondió con los gastos y acompañó el proceso de inicio a fin.

El sueño de tener casa propia se diluyó en el intento y el cuerpo fue sepultado en el cementerio de la localidad. La familia se refugió en Dios y así han logrado asimilar la pérdida, ahora solo quedan los recuerdos que perdurarán para siempre de ese fatídico 12 de julio.

Causas

“Yo tengo todavía un poquito de esperanza que la situación cambie, pero hay una obligación desde el ejecutivo a exigirles a sus funcionarios a respetar las leyes, a trabajar con el pueblo y para el pueblo, el gobierno es de todos y todas aunque uno disienta de algunos temas”, enfatizó Zambrano.

A la vez, argumentó que “Honduras se convirtió en un país de tráfico de personas”, donde muchos se lucran sin importar la edad. Niños no acompañados, mujeres, hombres y hasta familias completas se van, pese a una de las últimas tragedias donde varios hondureños perdieron la vida en un centro de detención en Ciudad Juárez, México.

" “País que no protege nu niñez, sus jóvenes y adultos mayores, tiende a perder su tejido social”. "

Versión consular

Para el cónsul de Honduras en Ciudad de México, Héctor Amador, con tan sólo seis meses en el cargo ha logrado ver tanto sufrimiento en la ruta migratoria. “Los compatriotas se enfrentan a organizaciones criminales que secuestran, les roban o, los coyotes que los dejan abandonados”, aseveró.

Según los datos oficiales de la Oficina de Extranjería, los gastos de repatriación desde 2017 a 2022 fueron de 100.8 millones de lempiras. Merece mencionar que 2021 fue el año con la partida presupuestada más alta: 29.7 millones de lempiras, que se utilizaron para trasladar el cuerpo de 318 hondureños que perecieron.


“Nosotros tenemos para hacer repatriaciones, pero a veces se nos dificulta localizar las familias, principalmente en las zonas rurales”, expresó.

¿Cuál es el proceso para hacer la solicitud? “El trámite es con la Cancillería en Tegucigalpa, la familia debe defender y respaldar la solicitud con los documentos que se solicitan”, respondió Amador.

El costo aproximado de la repatriación de un ciudadano ronda entre los 2,500 a 2,800 dólares, que al cambio actual equivale de 60 a 70 mil lempiras, aunque depende la distancia y lugar donde está ubicado el cuerpo.

El cónsul aprovechó para hacer un llamado a la familia del connacional José Daniel López Vázquez, originario del departamento de Lempira, quien murió atropellado en Apizaco, estado de Tlaxcala, y es urgente que se presenten con los documentos de identificación en la oficina de la Cancillería para agilizar el proceso.