Pueblos indígenas de Honduras ya iniciaron lucha por el agua

Congolón, Gualcinse, lempira

A la cotidiana lucha por comer, los pueblos de tierra adentro, de origen lenca, le suman otra: la del acceso al agua.

Al pie del cerro Congolón, tumba del indio Lempira, desde donde también, con buen ojo, se divisa Piedra Parada, (lugar donde allá por el 1537, un español enviado por Alonso de Cáceres, mató al cacique que defendía la Tierra de los Confines en franca oposición a la conquista), una fuente de agua tiene confrontada a toda una comunidad con un solo vecino, que se atribuye su propiedad.

Desde el campo de fútbol en el propio corazón de la aldea Congolón se divisa el cerro donde hay un monumento a Lempira y que ahora tiene de vecina una antena de telefonía celular.

Abajo, al pie, nace el agua que por años ha abastecido al centro educativo llamado Las Neblinas (ubicado frente al campo y el cerro), en el que 122 niños lencas reciben el pan de saber.

Según dicen líderes de la aldea, el terrateniente Rony Obando Espinal no es de Lempira sino de Comayagua, y llegó al lugar hace apenas dos años. Resulta que su propiedad colinda con la fuente de agua y tiene un negocio de venta de comida, razón por la cual, ahora la quiere toda para él y dejar a los pequeños sin el vital líquido. LA PRENSA intentó ubicarlo para obtener su versión, pero nos dijeron que no se encontraba en el lugar.

En este pueblo, pobre y totalmente rural, donde sus pobladores originarios se aferran a su cultura, tradiciones y particularmente sus tierras y recursos; las múltiples emergencias convergen y muchas veces se ensañan con su gente.

Por ejemplo, no tienen centro de salud, pese a que ya compraron el terreno, las cosechas se han perdido por la falta de lluvias, y las necesidades campean en todos los rincones, ya que tampoco hay fuentes de empleo, y si se haya algún jornal, la paga apenas ronda entre L60 y 120 lempiras. Si tienen una emergencia de salud, les sale más cerca ir a El Salvador que al municipio de Gracias, ya que la carretera también es un problema que llevan a cuestas.

José Santos Campos, presidente del Consejo de Desarrollo Comunitario (Codeco) de la aldea Congolón, señaló que el litigio por el agua los ha llevado enfrentar una demanda en los tribunales de justicia, ya que ni el diálogo, ni la mediación municipal han podido evitar este conflicto que no quieren que acabe mal.

“El dueño de la propiedad cercano a la fuente de agua nos ha puesto una demanda, primero en el juzgado de paz de Gualcinse y luego en el juzgado de letras de Gracias. El agua es de la comunidad, nos ha costado cada uno de los tres filtros instalados ahí. Le hemos ofrecido dejarle un filtro solo para él, pero no acepta y más bien nos ha demandado. Este 27 de julio tenemos la audiencia final, pero esto nos ha llevado a gastar mucho dinero en abogado”, expuso Campos.

En medio del celebración para celebrar la hondureñidad en honor a su ancestro, el líder comunal señaló que por primera vez en la historia, tenían que prácticamente, pelear por el agua que siempre les ha dado la montaña.

“Hace dos años que él compró la propiedad y colocó una válvula de retención de agua, y cuando quiere la cierra, y ya los niños se quedan sin nada. La fuente no es de su propiedad, está a 250 metros de su terreno, e históricamente la hemos usado para abastecer a la escuela donde estudian 122 pequeños de preescolar y primaria. Nosotros como pueblos originarios somos respaldados por la ley y hasta por organismos internacionales. El agua nos pertenece y si alguien extraño viene, tiene que sacar un permiso para tomarla”, precisó.

Para J. Leónidas Gómez, presidente de la sociedad de padres de familia de la escuela, el conflicto se ha agravado y ha implicado sacar fuertes sumas de dinero para defenderse, solo por el hecho de ser indígenas y de escasos recursos.

“Este señor lo que busca es humillarnos solo porque tiene dinero y nosotros no. Como presidente de los padres de familia estamos preocupados por nuestros niños”, afirmó.

En Honduras casi la mitad de la población vive en pobreza, condición que alcanza niveles críticos en comunidades rurales y afecta en mayor medida a la población indígena y/o afrodescendiente, señala el informe “Panorama de necesidad humanitarias Honduras” elaborado por la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (Ocha) de 2022.

Honduras tiene una población de 9,630,856 habitantes: 4,685,766 hombres (48.6 %) y 4,945,090 mujeres (51.4%). El 39.4 p% son menores de 18 años. La población es relativamente joven (el 64% son personas de entre 15 y 64 años). La expectativa de vida ha ido aumentando, siendo de 72 años para los hombres y 77 años para las mujeres. Se estima que seis de cada 10 personas viven en zonas urbanas.

De ellos, 3.2 millones están en necesidad y de ellos, unos 188,000 son indígenas y 78,000 afrodescendientes.

De acuerdo con el último censo de población del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) de 2013 la población étnica de Honduras la conformaban 717,618 personas; sin embargo, actualmente la cifra podría superar el millón de personas pertenecientes a una etnia.

El pueblo lenca es el de mayor población con el 63% del total, seguido de los misquitos que representan el 11%; los garífunas son el 6%, mientras los mayas-chortís son el 4.6%; los tolupanes representan el 2.6% de la población indígena, los negros de habla inglesa son el 1.7% y los nahua, pech y tawahkas representan el 1% cada uno.