Tres de cada 10 niños sufren de mala nutrición en Honduras

El 30% de los infantes que viven en el occidente del país padece desnutrición crónica debido a que su dieta se basa en maíz y frijoles, jugos y hasta sopas de vaso.

Foto: Fotos Héctor Edú y Casm

En varios municipios de Lempira e Intibucá, la Comisión de Acción Social Menonita lleva un monitoreo para controlar el peso y la talla de más de 2,500 niños y evitar que sufran desnutrición grave o severa.

lun 24 de julio de 2023

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San Manuel de Colohete, Lempira

Piel pálida y flácida, pegada a los huesos; cabello de dos colores -entre rubio y café-, barriga pronunciada, mirada triste, y mucha desesperanza. Así se ve un niño con desnutrición en el occidente de Honduras. Los hay en muchos rincones.

Según organismos internacionales como Naciones Unidas son al menos 3,000 en situación crítica solo en el corredor seco de Honduras.

Esos niños rara vez comen algún tipo de carne; quizá, de vez en cuando, algunas hierbas o “montes” como chipilín y mostaza, o vegetales como aguacate y plátano.Por lo general, en los pueblos para lo que ajusta es para una sopa de vaso, churros, jugos o refrescos embotellados... Donde no hay para eso, todo se basa en tortillas, frijoles y, con suerte, huevos.Eso compone el plato de comida más común que consume la mayoría de niños en los pueblos más pobres y olvidados de los departamentos de Lempira e Intibucá, concluyen las gemelas Gabriela y Alejandra Vargas, que en la actualidad están haciendo su servicio social para graduarse como nutricionistas.

" Poza Verde es una comunidad muy remota y por eso quizá las autoridades no se acuerden de ella. Los niños necesitan alimentación balanceada que reúna todas las vitaminas y nutrientes que un niño necesita. "

Ambas son parte del proyecto de respuesta humanitaria de la Comisión de Acción Social Menonita (Casm) en los municipios de San Marcos de Caiquín, San Sebastián y San Manuel de Colohete, tres de los más pobres y postergados de estos departamentos de la región occidental.

Para contrarrestar el impacto en los niños de la falta de alimentación adecuada, organizaciones como Casm realizan un trabajo de monitoreo de peso y talla con 2,550 pequeños de la región.

También han dotado a las familias de incaparina, una mezcla de harina de maíz y harina de soja fortificada con vitaminas y minerales utilizado como complemento alimenticio.

Además
  • > 20% de la población en el departamento de Gracias a Dios (La Mosquitia) pasó al menos un día sin comer, y el 43% restringe el consumo de los adultos para que coman los niños pequeños, al menos un día a la semana.

Con algunas escuelas implementan el programa de merienda escolar, donde se les enseña a las madres a fortificar los alimentos, por ejemplo, las tortillas, que se amasan con agua de remolacha, zanahoria, apio y otras hiervas licuadas para mejorar la alimentación. También llevan a cabo un proyecto de huertos escolares y caseros con el apoyo de la escuela de El Zamorano.

“Muchas veces los padres no tienen que darles de comer y los mandan a la escuela para que allá se les dé. Y si estos niños tienen hermanitos más pequeños que no están matriculados, les llevan de su merienda a sus casas, por la misma necesidad y precariedad”, cita Marlene Chinchilla, gerente de Casm La Campa.

Hambre en cuatro regiones

Al menos tres de cada 10 niños menores de cinco años sufren malnutrición en Honduras, mientras que el 30% de los infantes que viven en el occidente del país padece desnutrición crónica.

Esas son las conclusiones la encuesta que evaluó la situación de seguridad alimentaria en los hogares, el estado nutricional de los niños de 6 a 59 meses de edad y las prácticas de alimentación del lactante y del menor de dos años en 119 municipios de cuatro regiones priorizadas realizada por El Instituto Nacional de Estadística (INE), el Sistema de las Naciones Unidas en Honduras y Acción Contra el Hambre (ACH).

Para saber
  • > Lempira, cabecera: Gracias. Superficie: 4,228 km2. Población: 382,567. Habitantes. Densidad poblacional: 90.5 hab/km2. Municipios: 28. Aldeas: 303

La pandemia de la covid-19, las tormentas Eta y Iota y la guerra en Ucrania, han afectado la situación de seguridad alimentaria y nutricional en Honduras, país de 9.7 millones de habitantes y con más del 70% de ellos por debajo del umbral de pobreza.

Entre los hallazgos de la encuesta realizada en 119 municipios de cuatro regiones priorizadas (zona Sur, 42 municipios; zona de Occidente, 64 municipios; valle de Sula, 7 municipios, y Gracias a Dios, 6 municipios), se encontró que la prevalencia de la insuficiencia ponderal (peso para la edad) en la zona de occidente (10.1%) representa una situación de gravedad alta (alerta) según los umbrales de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

De igual manera, la prevalencia de desnutrición crónica (talla para la edad) representa una situación de gravedad prácticamente “muy alta” en la Zona de Occidente (29.9%), de “alta” en Gracias a Dios (20.8%) y una situación de gravedad media en la zona Sur (11.5%) y la región del valle de Sula (10.9%).

" En las comunidades no hay comida, energía, no hay agua potable, ni sanitarios. Uno creería que esas cosas no ocurren, pero hasta la vivienda influye en el estado nutricional de las personas. "

Aunque, la prevalencia de desnutrición aguda (peso para la talla) presenta una situación de gravedad baja en las cuatro regiones de estudio, es una situación de especial atención por su letalidad, ya que es una de las principales amenazas para la supervivencia infantil.

Estos casos de desnutrición aguda, desnutrición crónica y desnutrición global coexisten a su vez en la comunidad con casos de sobrepeso y obesidad; y aunque la situación de gravedad al día de hoy se clasifica como baja según estándares de OMS, pudiera haber una tendencia a aumentar dado los resultados obtenidos en cuanto a hábitos de alimentación poco saludables en los menores de 24 meses.

En general, las prácticas de alimentación complementaria están lejos de ser adecuadas, especialmente la calidad de la dieta en cuanto a diversidad se refiere pues alrededor de la mitad de los niños de 6-23 meses en zonas sur, occidente, y Gracias a Dios consumen un número de grupos de alimentos inferior al esperado. Se restringe a cereales, legumbres, aceites, azúcar y condimentos, por lo que a la inseguridad alimentaria de los hogares debe unirse la malnutrición.

También hay muchos casos de anemia y diarreas, por el consumo de agua no potable.Las letras con hambre no entran. Lo dice la ranchera “Sin Fortuna” del extinto cantautor mexicano Gerardo Reyes y lo confirma el profesor José Máximo Turcios Aguilar que atiende a los 42 niños de la escuela unidocente de Poza Verde, los niños que llegan sin comer a la escuela no aprenden bien.

El profesor dice que a diario enfrenta la lucha de intentar enseñarles a los pequeños que sufren mala alimentación en sus hogares. “Me toca atender a los seis grados y cuesta que aprendan. Aquí se les da una merienda, pero ellos necesitan más que eso, urgen de tiempos de comida completos y ricos en nutrientes”, lamentó.

Señala que cada día, lo primero que hace es preguntar a los niños si han comido algo, sino toca conseguirles bocado o darles un lempira para que vayan a la pulpería a comprar una galleta y tengan algo en el estómago. Urge acciones para salvar a estos niños y sus familias, pues aunque algunos producen maíz y frijoles es en poca escala y no les ajusta.

También llama a las autoridades de Educación, porque en las escuelas de seis grados y un maestro, no se puede enseñar ni aprender con calidad.

$!Madres de varias comunidades de Lempira e Intibucá han aprendido a fortificar los alimentos básicos como las tortillas, las que mezclan con vegetales licuados, porque a los niños, no les gustan las verduras.