Más de 1 millón de lempiras cuesta preparar a una miss en Honduras

Todos los años se suman mujeres jóvenes de hermosa y elegante apariencia física en certámenes de belleza para lograr alcanzar la ansiada corona.

Participar no solo representa disciplina y perseverancia, también entra en juego el presupuesto, ya que detrás de esas sonrisas y cutis impecables hay una costosa preparación.

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La mayoría de jovencitas que optan por entrar a este mundo son de clase media-baja, por lo tanto no cuentan con los suficientes recursos económicos para costear todo lo que significa participar y ganar: arreglos dentales, cuidados de cabello y piel, maquillaje, oratoria, protocolo y etiqueta, moda, transporte, cambios físicos, entre otros requerimientos.

Los representantes de los certámenes son quienes usualmente se encargan de trabajar para buscar patrocinadores y al final la ganadora puede llegar a laborar como “influencer” y firmar contratos importantes con marcas, de lo contrario, todo correría por cuenta de la participante y su familia.

Se dice que las ganadoras de certámenes de belleza se convierten “ipso facto” en embajadoras del país o región, pero también organizar estos eventos se traduce en un negocio rentable en algunos casos.

Eduardo Zablah, reconocido organizador de certámenes de belleza en Honduras, lamentó que en la mayoría de los casos las participantes lleguen con muchas limitaciones y que el Gobierno, pese al envío de muchas solicitudes de apoyo, nunca responda.

“En mi caso sí tengo alguna ayuda de patrocinadores, pero casi el 100% lo presto a título personal, por ejemplo: enseñanza de idiomas, universidad, vestuario, maquillaje, pasarela, oratoria, modales, gimnasio y demás”, expuso.

Zablah agregó que lo “que más se necesita es respeto, credibilidad y apoyo. En este mundo cualquiera es diseñador, director de eventos, maquillador, profesor de pasarela y de dicción. Hay un montón de farsantes, pues eso solo se obtiene de la experiencia de la vida y universidad”.

Por su parte, Gerardo Moreno, productor de eventos, recordó que “la ganadora debe tener el perfil que pide la franquicia, promover las virtudes y ser el espejo de Honduras afuera. Debe tomarse esto no como un ‘hobbie’, sino como una profesión, y si hace un buen trabajo hasta puede salir con un contrato que le cambie la vida”, reconoció.

La banda que se entrega a la ganadora es una distinción honorífica no ostentosa, pero la corona, la cual casi siempre es prestada, cuesta entre 500 a 600 dólares (más de 10,000 lempiras) a nivel local.

“Las miss casi siempre no costean nada, todo se maneja con canjes, y debo dejar claro que esto no es ningún sacrificio porque uno no debe hacer lo que no lo hace feliz. Los certámenes de belleza en Honduras más bien son autosostenibles, no los apoyan y en la mayoría de los casos se termina con pérdidas, pero el Miss Universo factura millones”, pormenorizó Moreno.

La organización de un certamen austero en el país cuesta cerca más de 370,000 lempiras y uno de mayor alcance sobrepasa los 800,000 lempiras.

Ganar la corona no resulta fácil y no es un secreto que las aspirantes se realizan hasta cirugías estéticas para cumplir con el canon de belleza que las lleve a la gloria.

El cirujano plástico Carlos Flores manifestó que muchas se someten a procedimientos en nariz, volumen del busto -según estatura- y aumento de glúteos. “Esto cuesta cerca de 400,000 lempiras si lo hacen con médico de prestigio y al final consiguen un cuerpo de sirena, pues es mejor cambiarse algo que no está bien durante una tarde y no esperar un año en el gimnasio”, subrayó.

Por otro lado, el arreglo personal y de proyección es esencial, así lo refrenda el conocido asesor de imagen en la capital Antonio Sandrez, quien opina que “desde que se fundaron los certámenes de belleza han cambiado poco o nada los requerimientos; es decir, que midan 1.70 o más de altura, 90 cm el busto, 60 cm la cintura y el área donde inicia el tren inferior corporal de 90 cm, además de tener facciones del rostro simétricas, y rara vez vemos a una aspirante mestiza o anglosajona desfilar sin su abundante cabellera”, apuntó.

Para Sandrez, el desplazamiento sobre el escenario y pasarela es vital. “Deben tener en cuenta que desfilan con más mujeres muy preparadas, guapas, inteligentes y bien vestidas”, dijo el experto.

Depende de los procedimientos y distintos vestuarios (de gala, de baño, típicos y usualmente hechos por diseñadores) que necesite, pero el gasto en imagen, que incluye clases de pasarela, postura, poses y mucho más, ronda en 500,000 lempiras o más.

Entre clases de oratoria, moda, etiqueta, asistencia de dermatólogo, nutricionista, entrenamiento para responder a posibles preguntas, enseñanza de cultura general e idiomas, cuota en el gimnasio, peluquería, calzado y demás accesorios e incluso mercadeo en medios de comunicación se acerca a los 200,000 lempiras o más, según estimaciones de profesionales.

La presencia de pintura sobre los distintos fragmentos del rostro también es clave al momento de mostrarse sobre el escenario. La maquillista profesional Isis Granados destacó que esto es de lo que más se vende en un certamen.

“Se trata de un maquillaje sobrio, no cargado, más natural y de larga duración. Los colores deben ser neutros y siempre resaltar más la belleza natural”, explicó. Perdomo añadió que el maquillaje es cambiante según presentación y vestimenta a lucir. Los gastos a incurrir rondan los 5,000 lempiras solo en una semana y aumentaría si las sesiones en pasarela se amplían, que es lo habitual.

La odontóloga sampedrana Lilian Mata mencionó de igual manera lo importante que representa una sonrisa perfecta en un evento de belleza.

“Todo depende de los dientes que tengan, pero casi siempre necesitan correcciones, esto implica una limpieza, blanqueamiento para dar mejor color y en ciertos casos se hacen carillas (capa de porcelana delgada y de alta resistencia que sustituye el esmalte natural del diente). Estos tratamientos dentales cuestan aproximadamente 100,000 lempiras.

A los precios actuales, el total de gastos para tener una reina de belleza de alta envergadura en Honduras significa aproximadamente 1.2 millones de lempiras, pero alcanzar la gloria de estar entre las más bellas del planeta quizá no tenga precio.