Un lecho de piedras los ríos de La Ceiba por la sequía
Debido al bajo caudal de los ríos Danto y Bonito, el Sanaa se vio obligado a apagar los motores que impulsan el agua potable.
Foto: Esaú Ocampo / LA PRENSA
El intenso verano deja sus efectos en los ríos que han perdido su caudal.
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El promedio anual de lluvias para La Ceiba es alrededor de los 2,359 milímetros, aumentando este promedio hasta los 3,165 milímetros en la parte media y alta de la montaña, de donde nacen los ríos.
Este año ese promedio de lluvias ha bajado considerablemente en un 40% y se espera que la situación se agudice con la extensa canícula que se pronostica por el fenómeno de El Niño.
El promedio de días con lluvia al año en La Ceiba es de aproximadamente 179 de los 365, este año según el Centro de Estudios Atmosféricos, Oceanográficos y Sísmicos (Cenaos) la cifra se reducirá a la mitad, o sea que solo lloverá 90 días al año.
Estos datos fueron constatados por el equipo de Diario LA PRENSA al realizar un recorrido por los red hídrica de La Ceiba y alrededores, en donde los ríos, cuencas, subcuencas y microcuencas han bajado considerablemente su caudal.

Los ríos Bonito y Perla se han secado en la parte baja de su recorrido. Solo hay piedras por donde antes corría el agua que bajaba de las montañas.
El río Danto, principal afluente para consumo humano, ha disminuido en un 70% su caudal. El panorama es desolador, ni una gota de agua en donde antes corrían fuertes corrientes. Los pobladores apenas reciben el suministro por horas.
El agua siempre ha sido un recurso abundante en La Ceiba; sin embargo, en la actualidad ese recurso ha disminuido debido a varios factores.
Entre estos la deforestación en las cuencas de los ríos para la extracción de madera de forma ilegal, para la elaboración del carbón, así como la siembra de palma africana y los asentamientos humanos en las riberas de los acuíferos.
La fuente principal para abastecer a los abonados del Servicio Autónomo Nacional de Acueductos y Alcantarillados (Sanaa) la constituye la presa La Calona de los río Danto y Bonito.
Como la ciudad se ha quedado sin agua, el Sanaa ha tenido que apagar los dos motores que impulsan el vital líquido porque el caudal del río Danto no llega hasta la toma de agua de la bomba.

El único de los dos ríos que cruzan la ciudad que no se ha secado y que mantiene un caudal aceptable es el Cangrejal; sin embargo, mantiene un riesgo de contaminación natural o provocada por la excesiva cantidad de plomo, y su uso es para actividades recreativas y un potencial hidroeléctrico.
Comisión
Con el fin de cuidar las cuencas hidrográficas de esta ciudad recientemente se creó una comisión conformada por representantes de las instituciones regionales del Gobierno.
“La idea es que todos nos involucremos en el cuidado en el manejo y cuidado del recurso agua. Ya se han hecho varios operativos en la zona, hemos constatado el daño a varias hectáreas de bosque. Estamos pendiente de las próximas reuniones”, dijo Darío Cruz, representante del sistema 911.
La hidrología superficial y subterránea de La Ceiba también la componen otras microcuencas como la Quebrada Grande, que beneficia a las comunidades de Armenia, Bonito, Rodas Alvarado y 1 de Mayo.
La quebrada Danto, que beneficia a La Ceiba, La Colorada, Planes de Las Delicias y Las Mangas. La quebrada Los Chorros a las comunidades de Los Limpios, El Pital y El Naranjal y quebrada La Danta a Plan Grande, Punta Caliente, Tierra Fría, El Cielo y La Muralla.
En La Ceiba hay otros ríos de menor caudal como el Juana Leandra, Perú, Satuyé, María, Jimerito, Cuyamel, Chiquito, Sambo Creek, Piedras y Ramírez.
“En agosto vamos a tener agua en los ríos, nos queda junio y julio como meses secos. El caudal del río Danto está en un cinco por ciento apenas. Solo estamos trabajando con un motor el cual encendemos por pocas horas. Nuestras fuentes de agua no son suficiente para la cantidad de abonados”, dijo Óscar Escobar, jefe de acueductos del Sanaa.
La gerencia nacional del Sanaa ha proyectado la construcción de seis pozos a corto plazo. “Ya se realizaron los estudios y se han identificado los sitios de posible construcción. Ya se tiene el presupuesto y se está trabajando en los trámites administrativos. Esto vendría a mejorar el servicio y bajar la emergencia”, agregó Escobar.

El 70% de los cerca de 250 mil habitantes de La Ceiba se abastecen de agua por el Sanaa con dos principales represas, La Calona y Bulgaria, que abastecen el centro de la ciudad y el sector este. Así como una línea de Armenia, Bonito y Quebrada Grande en el río Bonito que da el servicio a la zona oeste. Y hay cinco pozos en operación.
El resto son abonados de la Junta de Agua de las siete colonias y proyectos privados de pozos en residenciales.
Según Roberto Benavídez, de la de residencial El Toronjal, “el nivel friático ha bajado, debido al cambio climático. Hemos tenido que perforar decenas de pies más abajo porque se están secando los pozos”.
La sequía es en todo el litoral atlántico. A lo largo de la carretera CA-13, desde Tela hasta Trujillo, en Colón, se pueden ver que la mayoría de los ríos han perdido su caudal. En el municipio de El Porvenir, Atlántida, las 16 Juntas de Agua habían tenido problemas de desabastecimiento de agua. Este es el primer año que los abonados, experimentan racionamientos del servicio.

“Estamos preocupados porque estamos racionando el agua por horas. No tenemos alternativas porque el caudal ha bajado enormemente”, dijo Willian Avelar, presidente de la Junta de Agua de aldea El Pino. “Ya tenemos en proyecto una nueva represa en el río Coloradito”, agregó.