En tres meses van más de 1,700 apagones
Las altas temperaturas y la falta de inversiones en la ampliación de la red de transmisión y distribución siguen dejando a oscuras a miles de abonados.
Foto: La Prensa
Las cuadrillas de reparación deben mantenerse atentas por los constantes fallos del sistema.
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San Pedro Sula
Una serie de factores que se han ido acumulando con el tiempo le están pasando factura a los hondureños en la forma de constantes apagones, situación que se ha visto agravada por la situación climática imperante, caracterizada por las altas temperaturas.
Aunque las autoridades ya han dado algunos pasos para remediar la situación, esta se vuelve por momentos en una carrera contra el tiempo para rescatar un sistema eléctrico nacional de interconexión que desde hace años alcanzó su límite y que solo a base de constantes operaciones de mantenimiento y reparaciones de emergencia ha podido evitar el colapso completo.
- > - Una de las ironías del sistema de generación eléctrica en Honduras es que, aunque cuenta con la capacidad de generar más energía de la que habitualmente consume, es que no logra aprovechar su capacidad de generación al 100%, por lo que depende del mercado eléctrico regional para abastecerse y paliar el déficit energético que experimenta. Y aunque la matriz energética se ha ido inclinando hacia lo renovable, la energía térmica todavía es importante.
- > - 2,970.3 Megavatios (MW) es la capacidad total instalada de generación a partir de todas las fuentes disponibles, según datos que publica la Enee.
- > - 949.9 MW es la capacidad que tienen las plantas térmicas privadas, por sí solas, las de mayor potencial de generación entre las que se usan en el país.
De acuerdo con ciertos cálculos, el sistema de interconexión eléctrica presenta un déficit de entre 100 y 150 megavatios (MW), lo cual resulta irónico en un país como Honduras cuya capacidad de generación eléctrica instalada supera los 2,900 MW y en donde la demanda máxima que se exige al sistema ronda los 1,800 MW, lo que, en teoría, debería brindar un excedente de más de 1,000 MW, suficiente para cubrir con creces las necesidades energéticas del país. Pero la realidad dice que eso no está sucediendo.
Circuitos sobrepasados
Para tratar de llegar al fondo del problema, LA PRENSA Premium conversó con el ingeniero José Manuel Arriaga Yacamán, exgerente de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (Enee).
“La historia de esto es que en el año 2000 terminamos el proyecto Siete Ciudades, que fue la repotenciación de las siete ciudades más importantes del país y se construyeron los circuitos nuevos hace 23 años y se repotenciaron otros que ya existían”, explica.
Sin embargo, aunque dicho proyecto resultó ser suficiente para cubrir las necesidades energéticas de aquel entonces, la vida útil de aquellos circuitos se estimó en 20 años, por lo que su capacidad, técnicamente, ya se encuentra excedida desde hace unos tres años.
“Han pasado casi 23 años y no hubo inversión ni en ampliación, ni en repotenciación de las líneas de distribución ni en las subestaciones ni en algunas líneas de transmisión”, observa Arriaga Yacamán, lo que, en consecuencia, “hace que la capacidad de transmisión haya sido rebasada por la alta demanda producida por el crecimiento económico del país y por el crecimiento vegetativo”, apunta.
De acuerdo con el exfuncionario, en estos momentos urge el lanzamiento de una licitación para compra de al menos 450 MW a fin de suplir las carencias energéticas, pero esta adquisición debe ir acompañada de una ampliación de las capacidades de transmisión.
“Ahí hay un plan de expansión de la transmisión que hay que seguirlo y hacerlo en el menor tiempo posible y ampliar los circuitos de distribución que salen de las subestaciones para que podamos tener más disponibilidad de energía y que esa disponibilidad de energía se pueda canalizar a través de las líneas de transmisión que tengan la capacidad”, urge Arriaga Yacamán.
Déficit energético
De acuerdo con Kevin Rodríguez, experto en temas de energía, Honduras importa diariamente 100 MW de energía que debe conseguir en el mercado energético regional, al no ser capaz de producirla por sus propios medios.
Al consultarle las razones por las que el país no logra ser autosuficiente en energía, Arriaga Yacamán citó una fórmula ya conocida: por mucha capacidad de generación que se tenga, esta no puede aprovecharse al 100% debido a una combinación de circunstancias.
Los caudales de los ríos se reducen en verano, por lo que la capacidad hidroeléctrica disminuye; además, cuando aumentan las temperaturas tampoco se produce mucho viento, lo cual reduce la capacidad de generación eólica y en cuanto a la energía solar o fotovoltaica, aunque puede aprovechar la energía del sol durante el día, no sucede lo mismo por la noche.
- > - Los sistemas que se utilizan en la actualidad fueron instalados en el año 2000, es decir, hace 23 años, los cuales tenían una vida útil de alrededor de 20 años. Como el crecimiento de la demanda sobrepasa la capacidad del sistema, se crea una situación de servicio deficiente y frecuentes cortes en el suministro de energía.
- > - A las deficiencias del sistema se suman las altas temperaturas y el aumento de la demanda, factores que vienen a presionar todavía más la precariedad del sistema. Las zonas más afectadas se encuentran en el valle de Sula, pero también se extiende por la región occidental y oriental, en Olancho y El Paraíso.
- > - Como parte de su plan para hacer frente a la situación, la Enee ha ido revelando su plan de ampliación y repotenciación de una serie de subestaciones que ayuden a mejorar la disponibilidad de suministro eléctrico. Se contempla ampliar la capacidad de unas 12 subestaciones tan solo en la región noroccidental.
A todo eso hay que agregarle las pérdidas de energía por razones técnicas, ocasionadas por el recalentamiento de las líneas a causa del incremento de la demanda y las altas temperaturas.
“Porque usted puede ver que en el país hay más o menos 2,800 megavatios de capacidad instalada, pero esos 2,800 megavatios de capacidad instalada solo le dan a usted, de acuerdo con la cifra que proporciona el Centro Nacional de Despacho, más o menos 1,600 megavatios de capacidad firme. Y la demanda en este momento superó tanto en el día como en la noche los 1,800 megavatios de capacidad”, explica Arriaga Yacamán.
De acuerdo con los boletines estadísticos que publica la Enee, los picos de demanda de los últimos años se dan durante dos períodos bastante definidos, produciéndose el primero entre los meses de abril y mayo (coincidiendo con el punto más álgido del verano) y entre septiembre y octubre, si bien no aumenta tanto como durante los meses de verano.
La única excepción a este patrón se dio en 2020, donde se registra una disminución en la demanda energética debido a la ralentización de la actividad económica que trajo consigo la pandemia de covid-19.
Según los datos publicados por la empresa estatal, la demanda máxima de energía oscila en promedio entre los 1,635 y los 1,652 MW entre enero de 2021 y marzo de 2023, alcanzando picos de hasta 1,788 MW, registrado en abril de 2022. Sin embargo, tan solo en los tres primeros meses de este 2023, se alcanzó un pico de demanda de 1,713 MW, registrado el pasado mes de marzo.
Por otro lado, el Centro Nacional de Despacho (CND) reporta que el número de incidentes que resulta en interrupciones del servicio eléctrico, está aumentando.
En su informe del pasado mes de marzo 2023 (el de más reciente publicación), se registraron 1,736 incidentes de este tipo, con aumentos progresivos de un mes al siguiente: 420 en enero; 595 en febrero y 721 en marzo.
Dichos incidentes resultaron en más de 1,160 horas sin suministro eléctrico, lo que equivale a unos 5.6 millones de kilovatios hora que no llegaron a los consumidores.
Costos y soluciones
De acuerdo con el experto en temas de energía, Kevin Rodríguez, la demanda de energía eléctrica en Honduras aumenta en 5% cada año, por lo que de no tomarse las medidas urgentes, el país se enfrentaría a una crisis energética como la que no ha tenido en casi tres décadas.
La falta de consistencia en el servicio provoca toda clase de costos económicos. Es por esta razón, explica Rodríguez, que la mayor parte de la inversión que se ha efectuado últimamente en materia energética proviene del sector privado y con buena razón.
“¿Por qué las interrupciones sí tienen un impacto financiero? Aunque el gerente (de la Enee) dice: no, es que si solo son de 10 segundos, no importa. Mire, pregúntele a un productor de lácteos qué pasa si usted le corta el suministro eléctrico 10 segundos. Se le pierde toda su producción. A nivel de maquila, si usted lo deja sin energía eléctrica 10 segundos, ellos deben resetear todo el sistema. O sea, usted tiene que apagar todas las máquinas y volver a encenderlas. Eso tiene un costo carísimo”, indica.
Rodríguez calcula que, en un período de cuatro años, entre 2019 y 2022, las pérdidas económicas acumuladas son de alrededor de 500 millones de dólares, en tanto que las pérdidas por día se cuantifican entre 10 y 20 millones de lempiras diarios. Y la situación tiende a empeorar.
- > En San Pedro Sula arrancó la construcción de al menos dos subestaciones nuevas, una en el Centro y otra en Calpules.
“Sin inversión, los apagones de volverán más recurrentes”, advierte, refiriéndose a inversión en nuevos sistemas para el suministro eléctrico.Y siendo el valle de Sula una de las zonas de más alto consumo energético en Honduras, es también una de las más afectadas.
Para tratar de hacer frente a la situación, las autoridades han anunciado un plan de inversión que contempla la ampliación de la capacidad de una docena de subestaciones ya existentes en la zona noroccidental, así como la construcción de algunas nuevas, como las subestaciones de Calpules y Centro en San Pedro Sula y la Victoria en Choloma.
Toda esta inversión, calculada en 2,000 millones de lempiras, promete agregar unos 600 MW al sistema de interconectado, pero antes de celebrar, conviene recordar que se trata de una solución a largo plazo. Estas subestaciones no estarán operativas sino hasta 2025.