Triple crisis golpea a Cortés: apagones, ola de calor y humo

Aunque en el pasado Honduras ha enfrentado crisis de contaminación atmosférica, esta es la primera vez que se registra una situación tan crítica en la calidad del aire, agravada por una ola de calor extremo.

Estos fenómenos están teniendo un impacto significativo en la economía del país, principalmente a través de gastos de la población en su salud y la suspensión de actividades educativas y laborales.

Tras las primeras semanas de contaminación, las autoridades determinaron suspender clases presenciales durante una semana y enviaron a teletrabajo a los empleados públicos de la capital.

De acuerdo con el Sistema de Registro y Control de Servidores (Sirep), en el municipio del Distrito Central, Francisco Morazán, hay 48,756 empleados públicos (hasta el 1 de abril y sin incluir policías, militares ni maestros).

Expertos consultados por este medio consideran que “aunque esta medida ayuda a reducir el riesgo de enfermedades, también implica un desafío en términos de productividad y limita la atención al cliente y trámites que pueden alargarse y afectar algunos negocios”.

En el caso de los estudiantes, hay preocupación en varios sectores por la exposición de los jóvenes y su vulnerabilidad ante las peligrosas partículas. Sin embargo, desde Educación argumentan que los alumnos están “mejor resguardados” de la contaminación en los centros educativos. Además de que en muchos casos, la merienda escolar es la única comida que reciben al día.

Por su parte, la Secretaría de Salud ha realizado diversas recomendaciones preventivas para la población, como evitar salir de los hogares, mantener puertas y ventanas cerradas, y usar mascarilla KN95.

Estas medidas deben ser adaptadas para evitar el contacto con las partículas tóxicas que están en el aire, especialmente porque esta temporada se prolongará por más tiempo, según especialistas consultados.

Como Honduras, México también experimentó una calidad del aire “muy perjudicial” en los últimos días, a causa de un sistema de alta presión, la ausencia de viento y la radiación solar.

Según la OMS, en México mueren cada año entre 8 mil y 14 mil personas por la contaminación atmosférica. La contingencia en el país azteca comenzó desde el pasado lunes y las autoridades mexicanas instaron a la población a realizar teletrabajo, compras en línea, evitar actividades al aire libre y existe una restricción a la circulación de vehículos.

La doctora Codina mencionó que en muchas ocasiones en los hospitales públicos no se cuenta con los medicamentos que necesitan los pacientes con enfermedades respiratorias, por lo que el tratamiento debe ser costeado del bolsillo de cada persona.

”De forma mensual cada persona gasta entre 2,500 y 3,000 lempiras de mantenimiento y en cada recaída son al menos L5,000 o 6,000 más porque debe pagar gastos médicos, de emergencia y más medicamentos”, expresó Codina.

El galeno y diputado Carlos Umaña coincidió con ella, señalando que el aumento de pacientes se ha sentido en un 30% en los hospitales a nivel nacional, donde -ante la falta de medicamentos- los pacientes deben asumir el costo de los mismos.

”El tratamiento para la mayoría de enfermedades respiratorias ronda unos 2,000 lempiras, más la consulta médica privada si opta, que va desde 800 a 1,500 lempiras si es especialista, y si es médico general entre 300 y 500”, informó.

Lamentablemente, la Secretaría de Salud (Sesal) no lleva una estadística sobre las atenciones realizadas a diario en los hospitales públicos a nivel nacional, para conocer el impacto. Sin embargo, centros de asistencia como el Hospital Escuela en Tegucigalpa y en Mario Catarino Rivas en San Pedro Sula, atienden aproximadamente entre 35 y 40 pacientes al día con afecciones respiratorias.

Por su parte, la doctora Blanca Munguía, directora de salud de ASJ, lamentó las consecuencias de la contaminación e instó a las autoridades gubernamentales a fortalecer el sistema sanitario que experimenta alta demanda en la atención y adquisición de medicamentos.

“Actualmente, un 52% es el gasto de un ciudadano para atender la salud y eso podría aumentar, por eso las autoridades deben hacer un trabajo adecuado en medio de esta crisis, garantizar establecimientos abiertos, equipo, materiales y medicamentos que se necesitan, deben reflexionar y prepararse con una respuesta oportuna”, expresó.

Producto del inestable clima y las elevadas temperaturas, los cortes de energía eléctrica han estado a la orden del día, especialmente en la zona norte del país, donde han provocado un clima de frustración y protestas en la población.

Los reportes señalan que Cortés es donde se experimentan más cortes de energía, algunos por 30 minutos y otras duran hasta ocho horas.

Erick Tejada, ministro de Energía, aseguró que la demanda de energía ha aumentado en un 40% por las altas temperaturas.

Y es que según el último reporte de Copeco, las temperaturas más altas se registran en los municipios de Santa Bárbara y Macuelizo, en Santa Bárbara, con 40 y 41 grados, mientras que San Pedro Sula experimentó 39 grados. Sin embargo, la Enee no cuenta con un plan para amortiguar el impacto.

Los sectores más afectados incluyen desde hogares hasta micro, pequeñas y medianas empresas, quienes reportan millonarias pérdidas económicas. La falta de electricidad no solo impide el normal desarrollo de las actividades cotidianas, sino que también pone en riesgo la operatividad de negocios que dependen de la energía para su funcionamiento.

Kevin Rodríguez, experto en energía ASJ, expresó que el principal motivo de los apagones es el déficit de generación, la cual supera los 200 megavatios en horas pico de la noche (de 6:00 pm a 10:00 pm).

”También se deben (los apagones) a los problemas de siempre que son limitaciones en la red de transmisión y los cuellos de botella que se ocasionan, pues a nivel de distribución son circuitos sobrecargados. Las altas temperaturas también hacen que fallen transformadores, es la misma historia de 2023”, dijo el experto.

Rodríguez dijo que desde la ASJ estiman que el costo por apagones a diario ronda los 20 millones de lempiras.

Por su parte, desde el Sindicato de Trabajadores de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (Stenee), dicen que el déficit se debe a que hay 250 megas que no entran todavía al sistema.

Según datos del Centro Nacional del Despacho (CND) de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (Enee), la energía no suministrada durante marzo fue de 11,1 millones de kilovatios, mientras que en febrero fue de 3.8 millones y en enero de 4.5 millones.

En dólares, estamos hablando que en marzo se perdieron 26,133.50 millones de dólares (640,000 millones de lempiras), en comparación a los $14,357.94 millones (L 350,000 millones) que se perdieron el año pasado en el mismo periodo de tiempo.

En marzo, la mayor causa de la energía no suministrada fue la reducción de carga con 3,936,516.69, mientras que en enero y febrero fueron las aperturas automáticas/manuales con 1,887,356,81 y 1,741,555.00 respectivamente. Estas suelen durar entre 25 a 30 minutos.

Las autoridades de La Secretaría de Gestión de Riesgos y Contingencias Nacionales (Copeco) informaron que esta condición atmosférica no cambiará hasta que llueva por al menos cinco días seguidos, lluvias que están previstas entre el 20 y 30 de mayo.

José Pavón, pronosticador de turno, lamentó la grave situación que se vive en la calidad del aire producto de los incendios, quemas irresponsables y falta de cultura en el país. El experto dijo que las partículas están muy fuertes en el ambiente por lo que es peligroso para los seres humanos.

Explicó que, aunque la llegada de las lluvias disiparía las capas de humo que imperan a nivel nacional, también representa una amenaza porque entre junio y julio se espera una temporada ciclónica activa de entre 20 y 23 ondas tropicales africanas que se pueden convertir en huracanes tan poderosos como el Mitch (en 1997) y ocasionar inundaciones y desastres a nivel nacional.

”Está la sequía extrema que tenemos por el fenómeno de El Niño, pero ya viene otro extremo que son las lluvias intensas e inundaciones, por lo que tenemos que prepararnos para eso porque ambos ocasionan destrucción”, expresó.

”Nosotros ya tenemos un plan de contingencias aquí en Copeco, de 920 millones de lempiras, de los cuales 262 millones son para Cortés, que será el más afectado por las inundaciones. Este dinero es para reforzar los bordos. Se lo digo así: ahorita estamos sufriendo por agua, pero después ya no vamos a querer agua”, agregó el experto.

Actualmente, los departamentos de Cortés, Francisco Morazán, Yoro y Comayagua permanecen en alerta roja por tiempo indefinido.