Cooperación inyecta al país más de $1,600 millones en proyectos y programas

San Pedro Sula

En Honduras, muchas familias tienen agua potable, techos dignos, emprendimientos propios, acceso a la salud y la educación, alimentación sostenible y hasta preservados muchos de sus patrimonios culturales gracias a que países amigos cooperan por mejorar su bienestar y calidad de vida.

Hace unos días, Alice Shackelford, coordinadora residente de las Naciones Unidas en Honduras, lanzó un SOS a la comunidad internacional para no olvidar a Honduras .

“Los hondureños son altamente susceptibles a los impactos que tiene la migración, el desplazamiento interno, la crisis climática y la inseguridad alimentaria, debido a que el país no tiene ninguna capacidad de construir resiliencia, por lo que sus habitantes continúan sumidos en la pobreza y la exclusión”, enfatizó.

Y remató: “Honduras es un país con multiniveles de crisis y necesita darles respuesta a las personas pobres y afectadas por la inseguridad alimentaria y malnutrición y en movilidad humana”.

Con el fin de conocer el trabajo que viene haciendo la comunidad internacional para ayudar al país a combatir esos flagelos, la unidad de Datos de LA PRENSA Premium analizó y cuantificó la dimensión de la ayuda que proveen al menos 18 países de la región y de todo el planeta, la que se evidencia en la calidad y cantidad de proyectos y programas de corto, mediano y largo plazo que desarrollan en los lugares con más necesidad del país.

De acuerdo con información proporcionada por la Secretaría de Relaciones Exteriores y Cooperación Internacional mediante solicitud de información SOL-SRE- 678-2023, siete países y los que conforman la Unión Europea son los que más fondos destinaron a Honduras en los últimos 10 años.

En su conjunto, la Unión Europea, Alemania, España, Canadá, Corea del Sur, Japón, Suiza y Estados Unidos han aportado 1,123 millones de dólares (más de L27,000 millones ) en materia de cooperación bilateral.

En el ámbito multilateral, solo las 14 agencias del Sistema de Naciones Unidas han aportado 475 millones de dólares (L11,400 millones), que en conjunto significan una inversión global que supera los 1,597 millones de dólares (L38,328 millones) en una década.

Ese monto equivale al 10% del presupuesto general de la república actual, que es de 15,960.5 millones de dólares.

Aquí no se cuenta mucha de la ayuda que entregan en especies directamente a los beneficiarios de sus proyectos a lo largo y ancho del país.

Todas estas entidades extranjeras trabajan como un perfecto reloj suizo para abordar, a veces de manera combinada pero coordinada, cada una de las áreas que más urgen de apoyo, comenzando con servicios básicos de agua y saneamiento, crecimiento económico, cultura y ciencia, desarrollo rural, agricultura y seguridad alimentaria, educación, género, gobernabilidad democrática, medio ambiente, salud, entre otros ámbitos que se convierten en prioritarios.

Cada agencia o país tiene ejes transversales que aborda. Para el caso, el Gobierno de Alemania destina muchos de sus recursos a causas en pro del medioambiente y la educación. Canadá a propiciar la competitividad, igualdad de género y optimización de los sistemas productivos. España se ha centrado en proyectos de agua y saneamiento, seguridad alimentaria en el corredor seco y fortalecimiento de la gestión pública y local, entre otro amplio abanico de campos, para citar ejemplos.

Uno de los proyectos de cooperación que está impactando y cambiando las vidas de muchos jóvenes está radicado en San Pedro Sula y es uno de varios que ejecuta la Agencia de Cooperación del Gobierno de los Estados Unidos (Usaid).

Se llama “Creando mi futuro aquí” y ha destinado 35 millones de dólares básicamente para retener el talento juvenil hondureño, fortalecer sus capacidades y competencias para evitar que emigren y arriesguen sus vidas por falta de apoyo y oportunidades.

David Medina, subdirector del programa “Creando mi futuro aquí”, conversó con LA PRENSA Premium sobre la importancia de proyectos de este tipo y cómo la cooperación internacional fortalece los lazos entre los pueblos.

“Estas contribuciones del pueblo y Gobierno de Estados Unidos se implementan en 40 municipios de Honduras para tratar de proveer oportunidades a la población más vulnerable a la violencia y en riesgo de emigrar. Trabajamos con jóvenes de 13 a 30 años brindándoles oportunidades para que puedan continuar su educación formal o que la retomen si la habían abandonado”.

“Creando mi futuro aquí” también trabaja con los jóvenes en el campo no formal, proveyendo formación técnica y vocacional para que puedan adquirir capacidades técnicas para el empleo. Y a su vez los apoya en el campo de la inserción laboral. Aquí, la meta es lograr empleo para 40,000 jóvenes mayores de 18 años y menores de 30 gracias a alianzas con el sector privado. A la fecha ya han colocado en plazas laborales a más de 10,000 jóvenes en los 40 municipios más expulsores por temas de migración ilegal del país.

A la par llevan de la mano un componente de emprendimiento, donde la meta es crear 3,000 microempresas juveniles.

“Un principio de la cooperación internacional es hacer acciones conjuntas que sean sostenibles. Ningún proyecto financiado por la cooperación internacional es capaz de resolver todos los desafíos que experimenta un país, pero muchas veces esta inyección de recursos puede detonar una serie de beneficios que puede hacer que se produzcan servicios sostenibles”, precisó Medina.

Para el caso, “Creando mi futuro aquí” tiene como objetivo crear cambios sistémicos; por ejemplo, en Honduras no existe el bachillerato virtual, lo que obliga a los jóvenes , muchos que ya trabajan, a desistir de a ir a una institución a sacar su bachillerato. Este programa se ha trazado crear, junto con la Secretaría de Educación, esta modalidad y darle la oportunidad de concluir sus estudios e ir a la universidad a muchos jóvenes que quieren seguir estudiando.