Los 17 kilómetros de carretera más horribles van a Yoro

El grupo Jóvenes Unidos por el Desarrollo de Yoro ya reparó más de 1,000 baches, pero aún hay un tramo ya para llegar a la cabecera que urge ser construido de nuevo.

Foto: Melvin Cubas y provistas agrupaciones.

En municipios como El Negrito y Morazán también se unieron para tapar agujeros.

jue 16 de mayo de 2024

9 min. de lectura

Yoro

La ruta comienza en el municipio de Santa Rita. A partir de ahí hay por delante 109 kilómetros de camino por una de las carreteras más olvidadas de Honduras.

Sí, hasta diciembre pasado llegar a la cabecera del departamento de Yoro era toda una odisea.

Lo que se vivió en toda esa ruta hasta el final del año pasado se puede evidenciar hoy en día en los últimos 17 kilómetros que urgen ser pavimentados por completo y que son todavía el dolor de cabeza de todos los yoreños.

" La población de todo Yoro se ve afectada porque la carretera pasa por el centro. "

Gran parte de esta carretera se ha convertido en una de las vías más parchadas con cemento, pero todo se debe al esfuerzo de un grupo de jóvenes que se unió para contar y reparar los baches ante la falta de soluciones.

Óscar Chávez es el dueño de un centro de lavado de carros y lubricentro en Yoro y un día se alarmó cuando vio en Facebook la foto que alguien compartió donde la carretera se miraba repleta de baches.

$!El grupo de Jóvenes Unidos por el Desarrollo de Yoro tapó más de 1,000 baches de diciembre a abril.

“Puse un mensaje en Facebook donde ofrecía los primeros 1,000 lempiras para empezar a tapar, y sorprendentemente todo el pueblo cooperó, al grado de darnos casi la cantidad de un millón de lempiras”, contó.

Fue así que entre noviembre y diciembre de 2023 nació el equipo de bacheo comunitario más grande y decidido que haya visto el departamento, y aunque participan activamente unos 20 jóvenes, todo el pueblo y hasta el 80% de negocios de la zona les brindó su apoyo y cooperación.

“Al inicio, antes de ir a bachear fuimos a contar los hoyos. Eran 813, repartidos en los 34.6 kilómetros de vía del municipio de Yoro. Al inicio solo llevábamos 28,000 lempiras en la cuenta y con eso compramos cemento. La gente también nos dio en la primera semana 600 bolsas de cemento, y con eso nos fuimos. Ya estando en el sitio vimos que el trabajo con piochas y palas no era fácil, es así que con los mismos fondos compramos un rotomartillo, y eso facilitó más el trabajo. Luego compramos una mezcladora. Tenemos casi 100,000 lempiras en equipo para la carretera”, contó.

" El pueblo está enardecido, ya no soportamos el daño en la carretera. No nos dan respuesta. "

Sobre los restantes 17 kilómetros que aún siguen destruidos, Chávez dijo que realizaron un estudio y estimaron que se necesitan más de dos millones de lempiras para reparar ese tramo. “Hicimos lo que se puede reparar y lo que le compete al municipio”, afirmó.

Señala que la cantidad de cemento que se gasta es tal que solo tapar uno de los baches más grandes implicó unas 26 bolsas de cemento. Comenzaron reparando un carril primero, y ya de regreso, a la par de los recién tapados, ya había agujeros nuevos. “Bien reparamos unos mil baches”, rememoró.

Él cree que los nueve diputados de Yoro deben pujar para que los fondos para la reparación de carretera queden incluidos en el presupuesto de 2025.

$!Toda la población de la carretera dio su aporte para contribuir al trabajo de eliminar baches.

Medio de vida

La carretera de Yoro, por su estado, también se ha convertido en una fuente de empleo para familias enteras que viven de tapar hoyos. María Amaya, su hija Alba Luz y su nieta Dulce María, de apenas seis años, todos los días se trasladan desde Santa Rita a buscar hoyos en la carretera RN-23, que conduce a la cabecera departamento. Esta importante arteria pavimentada con asfalto atraviesa también a los municipios de El Negrito y Morazán.

“A veces agarramos 200 o 300 lempiras y a veces 500. Los sábados y los domingos nos va bien. Comenzamos en Tapiquilares a tapar baches y ya llevamos como cuatro años en este oficio”, dijo la señora, que bien ronda los 60 años. “Con lo que ganamos aquí guardamos para pagar el agua y la luz”, decía, mientras hacía señales a los carros que pasaban a toda velocidad sin darles un tan solo lempira.

" Que la carretera esté mala nos da para vivir, pero hemos visto muchos accidentes. "

La realidad de esta vía se puede contar en dos partes.

Desde Santa Rita a la comunidad de El Medio, la carretera tiene un 8 de 10. Si bien es cierto que aún se cuentan muchos baches, se transita bien sin mayores contratiempos gracias al trabajo comunitario. En la cuesta de Chancaya también se observan algunos tramos destruidos, pero se sortean con paciencia y sin exceder la velocidad.

La cosa es totalmente distinta de El Medio en adelante. Poco a poco, el asfalto va desapareciendo y una nube de polvo da la bienvenida a todo aquel que pretende llegar al pequeño casco urbano del departamento.

$!Otro grupo de vecinos ha organizado protestas y presiona al ministro de la SIT por un nuevo proyecto en la RN-23.

Otro frente

Danilo Estrada, coordinador de la agrupación de vecinos Yoreños Unidos para el Desarrollo, habló de la lucha que han tenido por el pésimo estado de los 17 kilómetros entre la comunidad de El Medio y Yoro.

“Tenemos más o menos un año y medio de estar organizados. Hemos hecho entre 10 y 12 visitas a la SIT (Secretaría de Infraestructura y Transporte) a reunirnos con el ministro actual, el ingeniero Octavio Pineda, y con el ingeniero Mauricio Ramos, que estuvo antes. Hicieron un compromiso con la sociedad civil de que en diciembre se haría un carpeteo de la carretera de los 17 kilómetros que están más dañados. Con el ministro Octavio Pineda al frente lo sorprendente para nosotros fue que todo lo que habíamos avanzado se fue al cesto de la basura. Iniciamos nuevamente el trámite. Y solo nos ha estado dando promesas falsas”, lamentó Estrada.

Ante esa situación, su grupo ha organizado acciones de protesta para presionar por las reparaciones o por una nueva carretera.

“El pasado 8 de mayo planificamos una toma, pero la boicoteó la Policía porque nosotros, de buena fe, le informamos que nos dieran seguridad, que íbamos a estar en una manifestación. Entonces ellos, a la altura de El Espinal, nos pusieron un operativo, y otro en El Medio, y desviaron los vehículos por otra ruta para que no pasaran por donde estábamos manifestándonos”, señaló.

El impacto de esa vía permanentemente en deterioro les ha pasado factura a los yoreños.

“Ya no soportamos la situación de la carretera. Los costos de los productos son demasiado altos, la canasta básica igual que los insumos para poder producir son muy altos. Los productores se quejan porque traer un saco de fertilizante les cuesta más, y todo por no tener una carretera buena”, lamentó.

Por otra parte, ha condicionado la expansión y el crecimiento urbano del municipio, que, pese a ser cabecera departamental, está sumido en el subdesarrollo. El mal estado de la carretera es la causa fundamental de que nosotros los yoreños estemos en el olvido. Si usted hace un paneo, se dará cuenta de que ciudades como El Progreso y Olanchito, a la que se llega por el lado de Colón y Atlántida, tienen más desarrollo. Nosotros los yoreños producimos grandes cantidades de granos básicos, madera, ganado, café, y estamos olvidados totalmente”, lamentó.

$!Una iniciativa ciudadana motivó a todo Yoro para tapar baches.