Guanaja tiene encantos bajo el agua que enamoran a turistas

A Molly Chambers y Juan Darhanpe la vida los puso en Roatán y el amor se encargó de juntarlos. Esta aventurera y joven pareja viene de los dos extremos más lejanos de América. Ella desde Ohio, Estados Unidos, y él desde Entre Ríos, Argentina.

Por azares del destino, ambos hacen su vida en este rincón centroamericano y viven su amor y pasión por las profundidades del mar.

Esa sed de aventura los trajo a Honduras y ahora no solo disfrutan de los bellos parajes que ofrece el departamento insular, también se han dado a la tarea de conocerlo todo.

Fue así que los encontramos en Guanaja. Ambos son gentiles y muy risueños. Ella habla poco español, pero él mantuvo la conversación con el equipo de LA PRENSA Premium a bordo del ferri Galaxy Wave que los llevaba de regreso a Roatán, su paraíso soñado, tras adentrarse en las cálidas aguas del arrecife guanajeño.

Juan es el interlocutor. Por ser argentino no tiene problemas para comunicarse, ella entiende y asiente con la cabeza y trata de interactuar. Entre ellos esa es la forma de comunicarse también, ya que ella no habla nada de español y él nada de inglés, pero de que se entienden, se entienden.

¿Les gustó Guanaja? Les pregunté. Sonrieron y Juan no pudo ser más sincero. “Estuvo muy bien. Corto tiempo, pero se ve que tienen mucho para aportar, sobre todo en lo natural. Se ve que es algo que está para descubrirse, tiene mucho atractivo. Pudimos ver el arrecife, no hay muchos peces, aparentemente por la pesca indiscriminada que hay, pero el coral se ve un poquito mejor que en Roatán, por ejemplo”.

La pareja tuvo la oportunidad, además de sumergirse en el arrecife, de conocer Savanna Bigth y Mangrove, dos de los lugares que despuntan para ser las futuras urbes de Guanaja. Ahí hay vehículos, motos y mototaxis y la única carretera de la isla, así como varios hoteles.

También se puede llegar por ahí a la parte norte de la isla grande que tiene muy buenas playas de arena blanca como El Soldado, Bay Man, Lover Beach, Dina y Michael’s.

Mientras él habla, ella no le despega la mirada ni borra de su rostro la sonrisa. Él cuenta que se conocieron hace un año y que los planes son visitar sus familias ya en plan de pareja y de vida.

Ella es instructora de buceo en Roatán Divers, una de las escuelas certificadas de la isla; él es cocinero y un aficionado de la fotografía que se asentó en la isla gracias a que un pariente lo invitó a conocer.

¿Invitarías a otros turistas a conocer Guanaja?, le pregunté ya para cerrar... “Yo creo que sí, es un buen lugar. De Islas de la Bahía es lo más diferente. Si querés tranquilidad, estar en silencio y realmente conectarte con la naturaleza, este es el mejor lugar”.

Es justamente la belleza casi inmaculada de la isla y esa paz que transmite al no tener cúmulos de gente yendo y viniendo de un lado para otro lo que vuelve a Guanaja el nuevo sitio favorito del Caribe hondureño.

Alex Sabillón, gerente del hotel Graham Place, uno de los resorts más bellos y completos de la isla, es quien señala que ahora Guanaja se está poniendo de moda por precisamente la tranquilidad que transmite.

“Hay muchas cosas muy buenas en Guanaja. La parte natural es muy buena. La pesca es buena. El snorkeling también. Hay mucha agua potable, 32 fuentes en toda la isla. Hay muy bellas playas. La isla no ha sido explotada. Los arrecifes se mantienen muy bien conservados. Todo eso le ayuda a la isla”, expone.

Admite que Guanaja tiene mucho qué ofrecer aunque hay muy poca infraestructura e inversión.

“La forma de cómo invertir en la isla tiende a ser complicada por la posición geográfica en que estamos, ya que está mucho más lejos de tierra firme con relación a Utila y Roatán. Tenemos esa desventaja como isla, pero a su vez existe ese enorme potencial que muchísimas personas han descubierto”, expuso Sabillón.

Pero quien decida vacacionar en Guanaja tendrá mucho qué hacer. Si se hospeda en el Graham Place, el hotel tiene sus propios atractivos. Por estar en uno de los cayos que bordea la isla, su playa es sencillamente una piscina natural de arena blanca y agua cristalina. Está rodeado de arrecifes para los que gusten hacer snorkeling.

También tienen una jaula gigante con tres loras nuca amarilla, y “Papito”, un imponente guacamayo rojo que platica si le caes bien.

Desde ahí también se ofrecen tours a la isla para que el visitante pueda hacer buceo, pesca deportiva y recreativa, senderismo en la montaña de la isla grande, avistamiento de aves, caminatas para tomar fotografías y visitar la cascada Big Gully, uno de los sitios más lindos y casi vírgenes de Guanaja.

“Se ha estado esperando el despertar turístico, pero con orden y organización para no causar estragos en el ecosistema ni abusar. Vamos despacio, pero vamos bien. La idea es que el lugar no se arruine con la llegada masiva de gente”, apuntó.

Guanaja también es ideal para aquellos que prefieren un espacio para estar en armonía con la naturaleza, sin tantos cúmulos de gente. Luego de la pandemia por covid 19 y tras la reapertura del hotel, muchos de los visitantes han llegado buscando justamente lugares libres de saturación de personas.

“Los que vienen a Guanaja buscan desconectarse y alejarse lo más posible de lugares saturados y llenos de gente. Aquí cuesta un poco más llegar y quizá es más costoso, pero vale la pena. Se tiene más privacidad, seguridad”, afirma Sabillón. El Graham Place además de hotel, es bar y restaurante y es parte del sector privado de la isla. Comenzó operaciones hace 14 años con capital de Gran Caymán.

El alcalde de Guanaja, Spurgeon Miller, también conversó con LA PRENSA Premium sobre los atractivos turísticos de la isla y lo que está por venir en este campo.

“Guanaja es bien peculiar, porque realmente el negocio nuestro, el fuerte, es la pesca. Entonces, el 5% es la parte turística. Sí hemos visto un crecimiento en los hoteles que están en operación en la parte de visitantes locales, con el nuevo ferri y los nuevos horarios que han traído.

La conveniencia de poder trasladarse desde Roatán y los paquetes turísticos con visitantes que vienen de Estados Unidos ha ayudado a fomentar la llegada a la isla”, dijo el jefe edilicio.

En la actualidad la oferta hotelera es pequeña. “En el último recuento estábamos en 150 camas. Los hoteles los fines de semana están llenos, y ya hay un crecimiento fuerte. Primero solo estaban al 50% de ocupación y ahora hay un 90% los fines de semana, entonces ya se puede ver el movimiento”, afirmó.