Elecciones en Estados Unidos: Pensilvania y Georgia definirán la ruta hacia la Casa Blanca
Harris lidera por un estrecho 1.2% en las encuestas, mientras los estados clave muestran márgenes similares y tendencias variables que podrían inclinar la balanza en el último minuto. Economía y migración figuran como los temas decisivos para los votantes
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El martes 5 de noviembre, cerca de 240 millones de estadounidenses se disponen a votar entre Kamala Harris y Donald Trump en una contienda que se podría decidir en siete estados claves de Estados Unidos.
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Tegucigalpa, Honduras.-
A tres días de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, toda la atención está puesta sobre los estados clave: Pensilvania, Georgia, Arizona, Wisconsin, Michigan, Nevada y Carolina del Norte. Aquí es donde Kamala Harris y Donald Trump se disputarán hasta el último voto en la carrera por la Casa Blanca.
Estos siete estados, conocidos como estados péndulo o bisagras (swing states, en inglés), se caracterizan por su papel decisivo en las elecciones debido a la variabilidad de su voto.
Aunque son los más indecisos, en conjunto reúnen 93 de los 538 votos electorales, que pueden inclinar la balanza hacia uno u otro candidato. Para ganar la presidencia, el candidato victorioso debe alcanzar al menos 270 de esos votos.
Del total, Pensilvania, Georgia y Michigan son los que tienen el potencial de determinar el resultado de la elección presidencial debido a la cantidad de electores. Pensilvania tiene 19 votos, mientras que Georgia y Michigan, poseen 16 electores.
En 2020, Joe Biden (excandidato demócrata) logró ganar en seis de los siete estados indecisos por márgenes ajustados, lo que le permitió asegurar su mandato presidencial. En contraste, Trump también se había llevado varios de estos territorios cuando ganó las elecciones de 2016.
Expertos consultados por LA PRENSA Premium indican que, para tomar su decisión, los ciudadanos de estos siete estados centran su atención en las propuestas presentadas por los candidatos y cómo estas impactarán su vida diaria al momento de decidir su voto.
Encuestas
Las últimas encuestas muestran un empate técnico entre Kamala Harris y Donald Trump, con ligeras variaciones en la ventaja de cada uno. Hasta el 17 de octubre, Trump mantenía una leve ventaja, pero la actualización del 1 de noviembre de FiveThirtyEight ahora sitúa a Harris ligeramente adelante, con un 48% de intención de voto frente al 46.8% de Trump.
En Pensilvania, Trump lidera a Harris por un estrecho margen de medio punto, obteniendo un 47.9% frente al 47.5% de su rival. Mientras tanto, en Georgia, Trump también mantiene una ventaja de 1.9 puntos, con un 48.8% en comparación con el 46.9% de Harris.
En Michigan, la situación es similar, con Harris superando a Trump por un margen de 1.8 puntos, registrando un 48.5% frente al 46.7%.
Wisconsin presenta un escenario competitivo, donde Harris se encuentra por delante con un 48.1%, en comparación con el 47.4% de Trump. Sin embargo, en Nevada, la tendencia vuelve a favorecer a Trump, quien alcanza un 47.8% frente al 47.3% de Harris.
En Carolina del Norte, Trump lidera con un 48.4% sobre el 47.1% de su oponente. Por último, en Arizona, Trump se mantiene en la cima con un 48.9%, mientras que Harris obtiene un 46.6%.
Sin embargo, un reciente estudio de la Universidad Internacional de Florida (FIU) revela que Kamala Harris se posiciona como la favorita entre los latinos de estados clave.
La actual vicepresidenta estadounidense tiene un 54,7 % de intención de voto entre los latinos registrados en Arizona, Carolina del Norte, Georgia, Michigan, Nevada, Pensilvania y Wisconsin.
En contraste, su rival republicano alcanza un 27,7 % de apoyo latino en estos siete estados, y a nivel nacional, su respaldo se eleva al 33,4%, según la investigación realizada por el Foro de Opinión Pública Latina de la FIU, que encuestó a 1.500 votantes latinos.
La variación en los datos de las encuestas muestra un escenario extremadamente competitivo y volátil, donde Trump lleva ventaja en varios estados claves, pero cualquier cambio podría ser decisivo. El margen entre ambos candidatos es tan estrecho que el resultado quedaría al filo hasta el último momento.
Ahora, si hubiese un empate, al presidente lo elegiría la Cámara de Representantes y al vicepresidente, el Senado.
Estados clave
Pensilvania, el estado más poblado y extenso de los siete bisagras, es fundamental en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, con 19 votos electorales que pueden determinar el resultado.
En 2016, Donald Trump ganó por un estrecho margen de 0.7 puntos, pero en 2020, Joe Biden revirtió esta tendencia y obtuvo una victoria con un 1.17% de ventaja.
La población de Pensilvania, predominantemente blanca con 9.7 millones de residentes de un total de 13 millones, ha visto un crecimiento considerable en su población latina desde 2010, que ahora supera el millón, mayoritariamente de ascendencia dominicana y puertorriqueña.
Aquí, las preocupaciones sobre la economía y el empleo dominan el debate, especialmente en las zonas industriales que han visto cambios significativos en las últimas décadas.
Con un 33% de su población siendo afroestadounidense, Georgia (16 votos electorales) es el segundo estado con mayor población negra después de Texas. Este grupo fue crucial para la victoria de Joe Biden en 2020, cuando se convirtió en el primer candidato demócrata en ganar Georgia en casi 30 años, superando a Donald Trump por un estrecho margen.
Según expertos consultados, esta población está dividida en estas elecciones porque una parte desea continuar recibiendo apoyo social, mientras que otra quiere contribuir económicamente bajo la administración de Trump.
Michigan (16 votos electorales) destaca por tener la mayor población árabe-estadounidense del país. El voto afroamericano en Detroit es clave, y las encuestas indican que el estado será nuevamente crucial en 2024
Históricamente demócrata, Michigan votó por Trump en 2016 por menos de 11,000 votos, pero Biden recuperó el apoyo en 2020, superándolo por casi un 30%, con el voto árabe-estadounidense desempeñando un papel fundamental.
Historial
En Arizona (11 votos electorales), con una población de 7.4 millones, hubo un notable aumento en la población latina, concentrándose en el condado de Maricopa.
Tradicionalmente republicano, Trump ganó en 2016, pero Biden logró conquistar el estado en 2020, marcando un cambio significativo en el electorado.
Para el abogado José Tercero Midence, las elecciones en Estados Unidos giran en torno a temas clave que definen el voto en estados cruciales.
Según él, “en Arizona, los votos electorales no son solo un asunto económico o educativo, sino que se centran en la inmigración. Los votantes legales se oponen a la inmigración ilegal, lo que significa que Arizona favorece la inmigración legal”.
Con aproximadamente 5.9 millones de habitantes, Wisconsin (10 votos electorales) también es un estado que ha demostrado ser un escenario en constante cambio. Un 80% de su población es blanca, con un 7.6% de latinos y un 6.6% de afroestadounidenses.
Trump se convirtió en el primer candidato republicano en ganar el estado desde Ronald Reagan en 1984. Sin embargo, en 2020, Joe Biden logró recuperar Wisconsin, superando a Trump por 20 puntos entre los trabajadores sindicalizados, quienes se sintieron atraídos por la promesa de Biden de revitalizar la economía y fortalecer los derechos laborales.
Tercero Midence destacó que en estados como Michigan y Wisconsin, los electores se preocupan principalmente por “la energía, la industria automotriz y los productos lácteos”, con Wisconsin siendo un importante productor de queso.
En cambio, Nevada (6 votos electorales) ha sido un bastión demócrata, con un fuerte apoyo de la comunidad latina. Biden logró una victoria aquí en 2020, y las encuestas muestran que seguirá siendo un desafío para los republicanos. Las preocupaciones sobre el acceso a servicios de salud y el bienestar económico son primordiales.
En Carolina del Norte (15 votos electorales), con una población de alrededor de 10.4 millones, el enfoque se ha centrado en la economía, la inmigración y el acceso al aborto.
Las tensiones sobre estas cuestiones se han intensificado, y la diversidad demográfica del estado, que incluye un 21% de votantes afroamericanos, añade una capa de complejidad a la contienda.
Este electorado tiende a apoyar a los demócratas, y en 2020, Joe Biden logró captar el 92% de los votos negros en el estado, superando su promedio nacional del 87%.
También alberga una población rural que constituye aproximadamente un tercio de sus 10.4 millones de habitantes, y este grupo ha mostrado una tendencia creciente hacia el voto republicano este 2024.
Panorama
El abogado José Tercero Midence aclaró que, a pesar de la creciente atención hacia el voto latino, este tiene un impacto limitado en las elecciones presidenciales en Estados Unidos, especialmente en los estados bisagra, donde el 73% de la población es americana.
”El voto latino únicamente sirve para hacer la elección en los condados y para elegir a congresistas estatales. En la elección presidencial, no tiene una incidencia significativa”, señaló Midence, quien ha trabajado en campañas políticas durante años.
Según su análisis, los latinoamericanos influyen principalmente en las elecciones locales, como en la selección de alcaldes y algunos congresistas, pero no en la contienda presidencial, que se decide por otros grupos demográficos.
Por su parte, el abogado Graco Pérez, experto en derecho internacional, opina que la elección entre Trump y Harris podría verse afectada por varios factores significativos, principalmente la economía y la migración.
Él señaló que Harris ha enfocado su campaña en las necesidades de la clase media, mientras que Trump ha abordado temas más generales, aunque ha cometido errores que podrían influir en la balanza electoral.
Explicó que los latinos que han crecido en Estados Unidos en comparación con aquellos que son inmigrantes recientes. Según él, “los llamados latinos, cuando son ya primera generación... tienen una mentalidad completamente diferente”.
Esto implica que su enfoque en temas como el empleo y la migración puede diferir de las preocupaciones tradicionales de la comunidad latina.
Pérez destacó que la influencia de factores externos, como las guerras en las que Estados Unidos está involucrado, puede también afectar la decisión de los votantes indecisos.
Mencionó que “cualquier situación que pudiera producir que el electorado pensara lo que uno u otro candidato podría ser frente a una amenaza de mejor manera” puede inclinar la balanza electoral.
Según él, el clima político es tan volátil que “en política un día es demasiado tiempo”, lo que deja abierta la posibilidad de cambios significativos en la percepción pública antes de las elecciones.
César Castillo, coordinador del Observatorio Nacional de Migraciones Internacionales de la Universidad Autónoma de Honduras (Unah), mencionó que el enfoque de algunos líderes políticos, como Trump, se centra en temas como la política de migración y el aborto para captar la atención de votantes.
Sin embargo, para Castillo, el discurso conservador, que apela a principios tradicionales y a la influencia de la iglesia, podría resonar profundamente con ciertos grupos de votantes, quienes valoran la estabilidad familiar y los valores nacionales.
Expectativa
LA PRENSA Premium conversó con varios hondureños en estados clave de Estados Unidos sobre sus perspectivas en las próximas elecciones presidenciales. Desde Atlanta hasta Carolina del Norte, sus relatos destacan las expectativas del nuevo presidente.
En Atlanta, Georgia, el compatriota Wilmer Chavaría, líder de la Fundación 15 de Septiembre, expresó su descontento con las promesas incumplidas de reforma migratoria de los demócratas, señalando que muchos en la comunidad sienten que han sido utilizados políticamente.
A pesar de sus reservas sobre Trump, Wilmer opinó que podría volver a ser una opción viable debido a su enfoque directo y las expectativas de acciones concretas. “Si gana Trump va a ser un desafío para el inmigrante, pero mucha mentira de Harris, Biden y Obama. Trump dice lo que va a hacer y no anda haciendo a escondidas nada”, expresó.
María Mendoza, miembro de la Alianza Nacional del Estatus de Protección Temporal (TPS) en Nevada, también manifestó su frustración con ambos candidatos, considerándolos racistas y responsables de la creciente estigmatización de los inmigrantes.
“Cuando era presidente Trump, nosotros recibimos mucho rechazo de él y el Partido Demócrata tampoco ha hecho nada por nosotros, Biden prometió darnos residencia en los primeros 100 días y no lo hizo”, recordó.
Desde Carolina del Norte, Martha Barahona subrayó cómo la retórica de Trump afecta la percepción de la comunidad migrante, alertando sobre el riesgo de que las nuevas generaciones se inclinen a votar por él sin comprender las consecuencias de sus políticas.
“A los adultos ya no les importa lo que es la migración, pero sí la economía. Si la comunidad migrante no influye en sus hijos para votar, ellos se van a ir a lo más fácil, a lo que escuchan en la calle porque en la calle solo se habla de economía”, explicó.
”Si yo pudiese votar le daría mi voto a Kamala Harris. Si me pregunta por qué no se lo daría a Trump pues simple y sencillamente por la forma en que nos tratan a nosotros como migrantes”, mencionó.
Juan Carlos Morales, mercadólogo hondureño en Georgia, también expresó su descontento con el gobierno demócrata, destacando que aunque Kamala Harris tiene propuestas positivas para el país, le preocupa que se prioricen conflictos internacionales como la guerra en Israel mientras la economía en Georgia empeora.
Morales señaló que Georgia, a pesar de ser un estado con muchos recursos, enfrenta una falta de empleo, lo que impacta en la comunidad hondureña. “Por lo que he compartido hay mucha gente que apoya a Trump porque él tenía bien la economía -cuando fue presidente en 2016-, con sus locuras y todo pero tenía bien la economía”, dijo.
Por su parte, Bob Afansev, un ciudadano hondureño que radica desde los 10 años en Estados Unidos, reflexionó sobre la polarización política en Estados Unidos y la importancia de que el próximo presidente trabaje en la unificación del país, resaltando que la comunidad hondureña seguirá siendo un factor relevante en el electorado.
”El tema número uno parece ser la economía y la inflación, seguido por la frontera abierta y los 10 a 15 millones de extranjeros ilegales que han alquilado los Estados Unidos durante los últimos 4 años procedentes de todo el mundo. Después de eso, los demócratas están más preocupados por el derecho de las mujeres al aborto y los republicanos por las guerras en el extranjero y la salud del público estadounidense”, expresó.
¿Cómo es el voto?
En Estados Unidos, el proceso para elegir al presidente y al vicepresidente se basa en un sistema conocido como el Colegio Electoral, que es diferente del voto popular directo que se utiliza en otros países como Honduras.
Cuando los ciudadanos votan en las elecciones presidenciales, en realidad están eligiendo un grupo de electores que representan a su estado. La cantidad de electores de cada estado se determina por su número de senadores y representantes en el Congreso, sumando un total de 538 electores a nivel nacional.
En la mayoría de los estados, el candidato que recibe la mayoría de los votos populares se lleva todos los votos electorales de ese estado.
Este sistema (“winner-takes-all” en inglés) -el ganador se lo lleva todo- se aplica en 48 estados y Washington D.C., lo que significa que, independientemente de la diferencia de votos, el ganador se lleva todos los electores de ese estado. Solo Maine y Nebraska utilizan un método de reparto.
Para ganar la presidencia, un candidato debe obtener al menos 270 votos electorales. Este conteo se realiza en el Congreso el 6 de enero del año siguiente a las elecciones.
Si ningún candidato alcanza la mayoría, la Cámara de Representantes tiene la responsabilidad de desempatar y elegir al presidente. Una vez que se determina el ganador, este asume el cargo el 20 de enero, en este caso, de 2025.
Los sondeos del viernes revelan que las elecciones podrían inclinarse hacia cualquiera de los dos candidatos, Donald Trump o Kamala Harris, con cambios constantes. Ambas campañas se centran intensamente en captar a los votantes indecisos de los estados clave, quienes tienen hasta el 5 de noviembre para ejercer su derecho al voto.